Fuerzas de EEUU se atrincheraron en su embajada situada en Bagdad

Buscan dispersar el campamento de Hezbollah que rodea el predio. Washington envió refuerzos vía aérea para fortalecer la defensa del edificio principal, tras el incendio de la oficina de informaciones producido en la jornada del martes. El presidente Donald Trump acusó a Irán y pidió la intervención del ejército iraquí.

 

Las fuerzas de seguridad de la embajada estadounidense en Bagdad lanzaron este miércoles por la mañana, de forma breve, granadas lacrimógenas para dispersar a cientos de milicianos proiraníes que estaban quemando una bandera de Estados Unidos.

 

El martes, tras haber atacado durante horas la embajada estadounidense, cientos de personas anunciaron una sentada ilimitada en las inmediaciones de la legación para reclamar la retirada de las tropas estadounidenses de Irak, tras unos bombardeos ordenados por Washington que dejaron 25 combatientes proiraníes de la organización Hezbollah en Irak muertos.

 

Para garantizar la seguridad, Washington envió al menos tres helicópteros con refuerzos que aterrizaron durante la noche en el predio de la embajada.

 

Este miércoles, los guardias locales se posicionaron en los puestos de control de la Zona Verde -donde se encuentra la embajada y varias instituciones iraquíes-, pero aparentemente sin intenciones de desalojar a los manifestantes allí presentes, que por la noche levantaron unas cincuenta carpas y equipos sanitarios de campaña.

 

El presidente estadounidense Donald Trump responsabilizó a Irán por el asedio y ha advertido que espera que las fuerzas iraquíes garanticen la seguridad del personal norteamericano que está en la sede diplomática, mientras que el gobierno de Bagdad hizo una declaración pidiendo a los manifestantes que liberen la zona, pero sin efectuar ningún tipo de acción concretar para forzarlos a hacerlo.

 

Los participantes en la sentada intentaron acercarse de nuevo a la embajada de Estados Unidos, quemando banderas estadounidenses y gritando “Estados Unidos, gran Satán”, un lema muy utilizado en Irán durante la revolución islámica de 1979.

 

Sin embargo, desde el interior del gigantesco complejo diplomático, se lanzaron numerosas granadas lacrimógenas contra los manifestantes.

 

Las ambulancias trasladaron a los manifestantes, mientras que la policía envió refuerzos para formar un cordón en torno a la legación diplomática.

 

Desde que los aviones estadounidenses bombardearan el domingo unas bases de las Kataeb Hezbollah (brigadas de Hezbollah), una facción de las Fuerzas de Movilización Popular, paramilitares dominados por milicianos proiraníes e integrados en el ejército, el sentimiento antiestadounidense fue creciendo en Irak antes de culminar, el martes, con el ataque a la embajada.

 

Trump amenazó a Teherán con represalias, aunque pero aseguró también que no esperaba entrar en guerra con Irán.

 

Aún así, Washington desplegó 750 soldados suplementarios en Oriente Medio, “muy probablemente” para enviarlos a Irak, indicó a la AFP un responsable estadounidense.

 

 

 

Fuente: Infobae

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