Alan Turing, un genio perseguido

El 5 de setiembre del corriente año, en casi todos los diarios apareció una noticia que llamó la atención a pocos. Por ejemplo, el título y copete del artículo del diario Perfil decía: “El matemático Alan Turing será la cara de billete de 50 libras del Reino Unido. El descifrador de códigos y padre de la inteligencia artificial, Alan Turing, será la cara del nuevo billete de polímero de 50 libras (US$63) del Reino Unido”.
Este hecho me da pie para escribir algunas opiniones acerca de un matemático de muchísimo nivel, que tuvo una vida desgraciada ocasionada, fundamentalmente, por un estado discriminador que lo acosó sicológicamente al extremo de empujarlo a la muerte.

Alan Turing (1912-1954) fue un matemático inglés que también se dedicó a la computación y a la filosofía; en la actualidad y con toda justicia, es considerado como padre de la computación y precursor de la informática moderna y de la inteligencia artificial. Fue uno de los principales responsables de descifrar los códigos nazis durante la segunda guerra mundial utilizados para una probable invasión de Inglaterra.

Sin embargo, a pesar de transformarse realmente en el hombre clave en la derrota de Hitler, tenía un “pecado” que para el poder inglés de aquel entonces era imperdonable: ser homosexual.

En el año 1952 fue encarcelado por “indecencia severa” tras admitir que tenía una relación con otro hombre; a raíz de esto, perdió su trabajo en el estado y fue obligado a elegir entre la cárcel o un proceso de castración química experimental en base a inyecciones con estrógenos.

Eligió lo segundo que, para las autoridades, representaba un método para atenuar drásticamente sus «inclinaciones perversas».

Dos años después del juicio, con diferentes alteraciones físicas provocadas por el tratamiento como aumento de su peso, murió por envenenamiento por cianuro, aparentemente ingerido una manzana envenenada y que, oficialmente, fue catalogado por suicidio. Sin embargo, existen dudas sobre la real causa de su muerte y hay hipótesis que incluyen el asesinato. Sus últimos años los vivió enclaustrado y con una gran amargura.

Su matemática fundó los avances de la computación y aparición de los motores de búsqueda; comenzó a escribir el primer programa para el juego de ajedrez y participó en el desarrollo de la cibernética. Comenzó a responder una pregunta crucial en su tiempo: ¿una máquina puede pensar? En este sentido diseñó un test que es conocido con el nombre de Test de Turing.

Fue un matemático sobresaliente y también un héroe de guerra en un país que históricamente rindió honores a sus héroes. A pesar de todos estos méritos fueron completamente empañados por su condición sexual. El conservadurismo de esa época directamente lo empujó a la muerte. Y el hecho no sucedió en la edad media.

Por eso, poner su foto en un billete en el año 2019 es una reivindicación tardía que lo único que muestra es lo vergonzoso que fue el comportamiento del estado en aquel entonces. No borra la vergüenza que deben sentir la mayoría de los ingleses.

Para el que se interese más en el tema, es muy interesante su biografía escrita por escrita por Edward Hodges y titulada The Enigma que, lamentablemente, todavía no se ha traducido al español. Sobre ese libro, se filmó la película The Imitation Game (Código Enigma en Hispanoamérica), con la dirección de Morten Dyltum y Benedict Cumberbatch en el papel de Turing. Se trata de una obra muy recomendable que describe el aporte del matemático en la segunda guerra mundial y todo su proceso y sufrimiento que provocaron su prematura muerte.

 

 

 

Por Juan Petryla (*)
Correo: [email protected]
Twitter: @juanpetryla

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