Encontrar al genio para encontrarme a mí mismo

 

En la vida transcurrimos los años esperando que nos llegue la suerte, que nos toque la dicha, que nos llegue el genio y podamos simplemente frotar la lámpara y aparezca un genio que no conceda los tres deseos que nos garantice todo aquello que consideramos nos haría feliz.  Caminamos kilómetros de arenas en busca de un encuentro, de una señal que nos indique el camino que nos diga la clave que nos trasporte en línea directa a la alfombra roja.

 

Caminar en busca de algo que no sabemos si existe, pero por cultura general estamos considerando que sucede; que hay personas que tiene más suerte que otras, que algunos encontraron al genio y les cambio el destino.  Ante esto dos caminos posibles, esperamos que la vida nos muestre el camino y mientras nos dirigimos por las arenas viendo que nos pasa cada día por la deriva del suceder o elegimos qué camino tomar y nos hacemos responsables de nuestro encuentro con el genio.

 

Si te encontraras hoy con el genio de la lámpara, con un hada madrina con un trébol de cuatro hojas ¿Qué harías? ¿La frotarías para pedir lo que necesitas? ¿Conversarías con el hada esperando un toque mágico de la varita? ¿Cómo sería esa conversación? ¿Pedirías lo que necesitas?  o mejor aún, ¿Sabes qué cosas te hacen falta hoy en tu camino? ¿Podemos escuchar las necesidades de los demás, estar atentos a las demandas pero que pasa con las propias? Con las intimas, que no necesariamente son cosas materiales sino necesidades básicas de acuerdo a lo que cada uno como observador único considera elemental para su trayecto.

 

Si salieras hoy a un desierto al encuentro con la lámpara ¿qué elementos llevarías? ¿Con que fortalezas cuentas para emprender tu viaje? ¿Planearías una estrategia o simplemente te pondrías en acción? Y por sobre todas las cosas ¿sabes a donde te diriges?

 

Encontrar la lámpara, que aparezca un genio, que me conceda los deseos que hagan de mi vida todo aquello que anhelo puede ser un camino de esperanza o puede ser un camino de acción.

 

Puedo elegir ingresar a mi propio desierto, subirme a las dunas, mirar desde lo alto y caminar sabiendo adonde me dirijo.  Puedo salir en buscar de un genio y encontrarme a mí mismo en el trayecto. Caminar conmigo acompañado con todo lo que estoy siendo para alcanzar aquello que deseo ser.

 

Elegir el camino, emprender como andarlo, mas rápido, más lento el tiempo es parte del proceso y cada uno acepta sus propias sandalias y camino de acuerdo a su ritmo, establecer una búsqueda te va a llevar por caminos impensados que no los atravesarías si no dieras el primer paso, hacer que las cosas sucedan implican lanzarme y descubrir que hay detrás de aquello que anhelo.

 

Puedo vivir con la esperanza de que la suerte toque mi puerta un día y entre de manera intempestiva por mi puerta o se cuele en mi ventana me salude, me acaricie o puedo ser el protagonista que mis lámparas y el hacedor de mis varitas. La magia esta dentro de ti así como dentro de una lámpara, las estrellas no están alejadas solo tienen que identificar cual es la guía tu corazón. Es cuestión de realizar el primer paso por tus desiertos, por ahí la suerte también te está esperando a ti, y ambos juegan a las escondida. Qué pasa si salimos a buscarla y dejamos el balcón de las esperas.  ¿Te animas a descubrirlo?

 

Por:  M. Natalia Ferreira- [email protected]

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