La política le dio tranquilidad a los misioneros en un 2018 difícil

El 2018 fue un año complicado para todos, por eso es conveniente tomar distancia de la efervescencia que se genera en diciembre para poder analizar el contexto en frío y ver los resultados con mayor nitidez.

 

A diferencia de otras provincias y del escenario nacional, Misiones se caracterizó por no sufrir las consecuencias de la grieta y el nerviosismo político que se trasmite desde el país central hacia el resto. La Nación concluyó su tercer año de gobierno sin encontrar el rumbo económico, generando desconfianza e incertidumbre, además de acrecentar la pobreza y el desempleo. No le fue fácil a Macri manejar una inflación de 48%, un aumento de la luz de 100% y la nafta 78%. Ha crecido el malhumor social.

 

Las consecuencias llegaron a todos por igual. Algunas provincias sufrieron más y las otras, que están mejor preparadas, sufrieron menos. Las estadísticas demuestran que Misiones está en el lote de las últimas.

 

El misionero tuvo la certeza de que el Gobierno, realizando un enorme esfuerzo, siempre estuvo de su lado, como lo demuestra la salud pública gratuita de calidad y la innovación educativa, como principales logros, sin desmerecer otros como el turismo, el parque industrial, la escuela de robótica, el boleto educativo gratuito y las 1900 cuadras de asfalto. En Misiones la política logró llevarle tranquilidad a la gente.

 

Al mirar las cosas en frío se percibe claramente que la Provincia cumplió con creces con su pueblo y eso la gente lo valora. Hubo una gestión encabezada por Hugo Passalacqua y Oscar Herrera que se dedicó cien por ciento a resolver problemas del día a día de los ciudadanos. Y éstos le devuelven con muestras de afecto expresadas en cada rincón de la provincia que visitan.

 

Hubo una renovación de las figuras en prácticamente todas las áreas del gobierno y un esquema novedoso que sorprende a los dirigentes de otras provincias y que prioriza, ante todo, la defensa y el bienestar de los ciudadanos misioneros: el misionerismo.

 

La política seria de la conducción encabezada por Carlos Rovira le dio cobertura siempre al Gobernador y al Vice para que éstos desarrollen su gestión con tranquilidad, sin preocupaciones, focalizando toda su energía en resolver los problemas, transmitiendo esa serenidad a la gente. Ante cada problema, se transmitió seriedad, anticipación y una visión estratégica que marcó el rumbo correcto en cada ocasión.Esa paz que vive la provincia no hubo cuando los cortocircuitos fueron moneda corriente en el seno de la gestión.

 

Hoy va quedando más claro que nunca que el misionerismo es previsibilidad, es certeza y anticipación a los problemas. El Ejecutivo lleva las riendas de la gestión para estar donde la gente pide y el Legislativo diseña un camino de consenso diálogo que permite llegar siempre a la mejor solución ante cada inconveniente.

 

No hay politiquería ni peleas de políticos. Al contrario, los subsidios al colectivo y la luz que anunció el Gobernador en la primera semana de enero, sumado al incremento salarial que se informó en la segunda semana, marcan la pauta de que el Gobierno tendrá un 2019 intenso, cargado de trabajo, pero sin alejarse del rumbo marcado desde un principio: estar cerca de los misioneros.

 

(E.J)

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