Reflexión del Centro Familiar Cristiano: Recuperando la visión

Muchas veces un impedimento en los cristianos para no recibir las bendiciones, cambios y milagros que esperan, y que les impide aun dimensionar el Dios grande que tenemos; es la incapacidad de ver en lo espiritual, la falta de “visión espiritual”. Veamos qué nos dice la Palabra de Dios al respecto.

 

Como iglesia estamos llevando adelante los propósitos de Dios sobre esta tierra; las personas son salvadas, liberadas, sanadas y restauradas. Lo cual demuestra el Dios grande que tenemos, y nosotros por ser sus hijos sin dudas viviremos cosas grandes y extraordinarias (ver 1° Corintios 2:9)

A medida que nos alineamos más a Su voluntad, estamos reflejando el Dios que tenemos.

Pero lo que muchas veces se levanta como un impedimento para no fluir en lo sobrenatural, ni aun dimensionar el Dios grande que tenemos; es la incapacidad de ver en lo espiritual, la falta de “visión espiritual”.

“Luego el Señor lo llevó afuera y le dijo [a Abraham]: -Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, a ver si puedes. ¡Así de numerosa será tu descendencia!” Génesis 15:5  (ver Génesis 13:14-15)

Dios tuvo que sacar a Abraham de su tienda, para que pueda ver lo que iba a ser con él. De la misma forma Dios quiere hacerlo con tu vida, sacarte la ceguera, para que tengas la capacidad de ver lo que Él hará con vos, y estés enfocado en sus planes.

Podés hoy estar en la casa de Dios, pero aun seguir “ciego”. Necesitas “visión”, mirar mucho más adelante.

¿Qué es VISIÓN? Es la capacidad de ver a largo plazo sobre cómo se espera que sea el futuro. Su función es guiar y motivar a la persona.

A través de este mensaje vamos a analizar la vida de tres personas ciegas: Bartimeo (Marcos 10:46-52), el ciego de Betsaida (Marcos 8:22-26), y el ciego de nacimiento (Juan 9:1-41); quienes recuperaron su vista a través de Jesús.

Estos tres ciegos tenían en sí cosas muy similares en su vida:

-SUFRÍAN DE CEGUERA FÍSICA. Incapaces de ver y manejarse por sí solos, debían depender de alguien.

Hoy en la actualidad, por varias razones las personas pierden el enfoque en sus vidas; pierden esa visión espiritual, la capacidad de ver a largo plazo.

El hacer alianza con lo terrenal lleva a perder la visión y el enfoque.

Las cosas que nos pueden cegar son: la ambición, el trabajo, el miedo, la desconfianza, la ira, el orgullo, la rutina, las costumbres, el pecado, etc. Situaciones o circunstancias que vivimos, y más aún si todavía tenemos contacto con nuestro pasado.

La pérdida de visión te llevará a que nunca puedas proyectarte hacia lo que Dios tiene para tu vida, no podés ver que formas parte del Reino de Dios y que el trabajo que realizas, no lo haces para vos sino para el Señor.

Quien pierde la visión no sabe diferenciar lo urgente de lo importante. Por eso cuando el hijo de Dios pierde esa visión espiritual, diluye lo que es capaz de hacer y termina siendo una persona no efectiva.

-EN SEGUNDO LUGAR LA BIBLIA DICE QUE LOS TRES “MENDIGABAN”.

¿Cuantos hoy en día en la casa de Dios han optado por mendigar? no porque tengan bajos recursos económicos; sino que es muy baja su autoestima…viven mendigando amor, compañía, atención, y esto los lleva a estar junto al camino, solamente pidiendo, demandando y no siendo aquellos que puedan brindar y generar las bendiciones.

Por eso te animo en este día que empieces a tomar otros roles en el Reino de Dios, que te conviertas en un maestro y dejes de ser estudiante, en vez de seguir siendo liderado y demandar tiempo a tu líder, convertite en líder e invertí tiempo en los demás, enseña a otros a restaurar sus vidas como un día te ayudaron a vos.

Para ir recuperando la visión espiritual debes romper con el yo, y entender que el crecimiento en todas las áreas de la vida viene a través del servicio.

 

Y la pregunta ahora sería ¿estás en una situación de mendigo?

Entonces te digo ¡Levántate de tu lugar! ¡Deja de mendigar! Sé obediente y salí fuera de esa zona de confort, porque allí nada crece. No importa cuánto tiempo tuviste que cargar con ese problema, esforzate y rompe ese molde de mendigo/a.

La situación de aquellos que han perdido su visión es esta: de escuchar lo que Jesús está haciendo con los demás, cómo Dios bendice y usa al que está al lado, pero conmigo no lo hace.

Hoy debes tomar la actitud y decisión que han tomado estas tres personas ciegas; de clamar hasta que Dios te escuche y de pedir ayuda para ir al encuentro con Jesús.

 

CÓMO RECUPERO LA VISIÓN:

1.Soltar la capa.

“Entonces Jesús, deteniéndose, mando llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús.” (Marcos 10:49-50)

Soltar la capa es soltar lo malo, lo que ata, lo que te impide avanzar, dejar la vieja vida con todos sus males.

Cuando te acercas al Señor y él cambia tu ser interior, asegúrate de demostrarlo exteriormente con un acto de fe. Así lo hizo Bartimeo, dejó su capa, lo único que tenía, lo que le daba seguridad y abrigo.

¿Cómo manifestaban su fe aquellos hombres y mujeres de la biblia? Dejándolo todo para seguir a Jesús.

 

2.Alejarse de la Aldea.

“Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, les puso las manos encima, y le pregunto si veía algo” (Marcos 8:23)

Para recuperar esa capacidad de ver más allá, debes alejarte de esa aldea (puede ser amigos, costumbres, formas de pensar, cultura y hasta familiares, entre otros). Solo cuando te alejas de esas voces que te decían que no podías y que no tenés valor, vas a volver a tener una visión espiritual.

 

3.A través de la Unción profética.

“Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta” (Juan 9:17)

Para que vuelvan abrirse los ojos espirituales se necesita una unción profética, la unción del Espíritu Santo, la cual trae consigo todos los dones. Esta unción se desatará sobre tu vida cuando alabes y adores a Dios a pesar de las circunstancias que estés pasando. Cuando exaltas a Dios ante todas las cosas, eso traerá visión espiritual y te hará ver la situación de otra manera. La atmosfera de alabanza y adoración desata esa unción profética (ver 2° Reyes 3:15). A partir de hoy se abren tus ojos para que empieces a mirar como Dios mira.

 

4.Unirme a gente visionaria.

Es el tiempo de que te vuelvas a juntar con gente que visiona en grande, con gente de propósito. Si querés encontrar soluciones precisas y concretas, únite a personas que piensan, miran y hablan como el Reino de los cielos lo hace.

Y recordá: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros,  dice Jehová,  pensamientos de paz,  y no de mal,  para daros el fin que esperáis” Jeremías 29:11

Sé un visionario!!! Dios te bendiga y tengas una semana de victoria!

Cristian Arrejín – Líder de jóvenes.

Prédicas en vivo los miércoles y domingos 20 horas, a través de http://cfceldorado.org/

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