Brito: “El blanqueo será exitoso, pero hay que ver cuánta de esa plata se va a invertir en el sector productivo»

Desde la ventana de una de las oficinas del séptimo piso de la sede del Banco Macro en Misiones puede apreciarse con claridad la eterna cola en el puente que une a Posadas con Encarnación, una imagen que Jorge Brito utiliza para “medir las crisis” del país. El dueño del Banco Macro asegura que éste será un año malo, pero advierte que hay que “mirar toda la película” y esperar los resultados en marzo del año que viene.

La fotografía, obedece, según su visión, al descalabro macroeconómico dejado por el Gobierno anterior, que el actual está “intentando” resolver con errores como el tarifazo o algunas fallas de la política en materia de comunicación.

Brito vino a Misiones a inaugurar la nueva sucursal de la entidad bancaria en Itaembé Miní, la nueva ciudad que emerge dentro de Posadas, con una clientela potencial cercana a las 90 mil personas. La nueva sucursal forma parte de la estrategia de expansión del banco que apostó al interior del país, que se complementa con un desembarco frontal en Capital Federal, con la oferta que realizará el lunes para la compra del Citibank. Si se concreta la adquisición, el Macro se transformará en la entidad financiera más grande del país detrás del Banco Nación. Hoy es el Banco de capitales argentinos más importante de la Argentina.

Jorge Brito, presidente del Banco Macro.

Durante su estancia en Misiones, Brito mantuvo una decena de reuniones con los principales empresarios de la provincia y después, dialogó con Misiones On Line.

¿Cómo visualiza la economía en el primer tramo del mítico segundo semestre?

Para visualizar la economía del país y no ser crítico hacia esta gestión, hay que mirar la situación en que este Gobierno recibió la economía el 10 de diciembre del año pasado. Y creo que era una economía totalmente desmadrada, donde teníamos un déficit fiscal récord, una emisión monetaria récord, las tarifas costaban entre 10 y 15% de su valor real. Era un Gobierno que quería terminar su periodo, diciendo que han sido exitosos en algo que, desde mi punto de vista, no han sido exitosos. Ahora… Esto es muy difícil de transmitir a un trabajador, que en noviembre del año pasado cobró el sueldo, pagó impuesto y servicios y le alcanzaba para pagar las cuotas y para comer y vivir tranquilo. Hoy a este señor no le está alcanzando y a este señor no le preocupan demasiado los problemas. Si yo vivía así antes, quiero seguir viviendo así. Pero acá hay que explicar que la gente vivía bien pero no se puede seguir viviendo de prestado toda la vida. Yo lo asemejo siempre a tu economía familiar, vos podés gastar lo que recibís o puede existir un defasaje un mes. Ahora si durante un año tu familia gastó más del 30 por ciento que puede gastar, a fin de año le vas a decir a tu familia: “Familia quebramos”. Tengo que vender la casa, el auto. Esto le paso a Argentina, es duro pero es real. Dentro de ese contexto el Gobierno está trabajando. Vemos de positivo que se ha generado una confianza externa importante. Hemos salido del default, de la quiebra con los Fondos Buitre que, te guste o no, había que salir. Este país con el Gobierno que se fue, tendía a ser Venezuela. Pero hay que ser claros. No fueron doce daños del mismo gobierno. De 2003 a 2007, se cumplieron los trípodes de una economía que son superávit fiscal y comercial, un tipo de cambio competitivo, y una inflación de menos del 10 por ciento. Esto ya no se discute, después habrá Gobiernos más progresistas o más desarrollistas, y lo que sobre de esto, lo podemos invertir más en educación o más en rutas. Y nadie lo discute, los gobiernos y las políticas ganan y nadie discute si esto es viable o no, es necesario. Después vino un híbrido del 2007 al 2011, cuando muchos, entre los que me incluyo, creíamos que la Presidenta iba a hacer un gran cambio, y no, profundizó todos los defasajes. En lugar de haber aprovechado el 52 por ciento de los votos para encaminar la economía, no lo hizo y estamos en la situación que estamos. Por eso quiero aclarar que no fue todo lo mismo. Cuando hablo de esto, solo hablo de política y economía, no meto a los casos de corrupción que vemos en los medios, porque es otra cosa y todos la condenamos.

 

¿En esta primera etapa, cree que se están tomando las decisiones correctas… faltan algunas otras?

Lo que hoy estás viendo es una foto. Me gustaría ver la película y hablar en marzo y ver… Cualquiera que ganase tenía que producir cambios en ese sentido. Hay que ver, los aumentos en las tarifas de gas fueron un gran error político. Si tenés un defasaje lo tenés que arreglar, pero no podes arreglar los errores de un día al otro. La gente no puede para poder pagar el gas dejar de comer. Me parece que después del aumento del gas, poner un tope del 400%, es claro que es un aumento significativo. Es entendible que cuando tenés muchas variables que ajustar, cometas errores. Pero hay que mirar la película. Lo más importante es pensar en una Argentina puesta al servicio de la producción, que es lo que todavía no se está viendo. El capital lo primero que hace en las crisis, se va de la Argentina. Cuando empiezan a creer en la Argentina, debe bajar la tasa de riesgo país. Ahora está en siete por ciento, que no es la ideal. Debería estar en el cuatro y medio, pero es razonable. Ahora hay que pensar cómo hacemos para que los capitales entren a la producción.

 

¿El blanqueo de capitales puede ayudar en ese sentido?

El blanqueo va a ser exitoso en cuanto a la cantidad de plata que se va a blanquear. Lo que hay que ver es cuánta de esa plata se va a invertir en el sector productivo. Eso es lo importante. Cuánto se blanquea es importante para el fisco, porque es plata que queda blanqueada y paga impuestos. Ahora, es muy diferente a que yo ponga una fábrica a que deje la plata en una cuenta en el exterior. Y con eso no critico a nadie, porque cada uno tiene derecho a hacer con su dinero lo que quiera. Pero desde el punto de vista del país es muy diferente.

 

Con Europa en crisis y Estados Unidos con una elección que define su futuro, ¿cómo influye el escenario internacional en la Argentina?

Es una muy buena pregunta. Creo que Europa ya tiene un problema serio. No tiene liderazgos. La bandera que era Alemania con Merkel a la cabeza, a partir del millón de inmigrantes que dejó entrar al país, sin hacer un juicio de valor, sino viendo cómo la sociedad alemana lo tomó, perdió su liderazgo en Alemania y en toda Europa. Veamos Inglaterra. ¿Para qué un primer ministro llama a un plebiscito que lo va a perder? Claramente, tuvo sus razones y pensaba que iba a ganar. Toda Europa, Italia tiene un 20 por ciento de sus préstamos incobrables. Toda Europa está en crisis. En Estados Unidos, vengo de allá, de hablar con muchos bancos y la sensación que tienen es que hay una elección muy pareja y si gana Trump, nadie sabe qué puede pasar. Los banqueros dicen que en septiembre cierran los libros y se toman vacaciones, porque nadie sabe qué va a pasar allá. Y si seguís incluyendo qué va a pasar en Estados Unidos, donde Trump habla de cerrar la economía de su país, esto va a impactar en China, con lo cuál, el mundo quedaría un poquito complicado. Algunos entienden que esto nos favorece porque vendrían más inversiones a la Argentina. Yo creo que a un mundo complicado le podés vender menos cosas. Lo que sí creo es que vos o yo no podemos hacer nada por lo que pasa en el mundo y tenemos que preocuparnos por lo que pasa en la Argentina. ¿Qué es ocuparnos? Tenemos que ser cada día más eficientes. En una empresa tenemos que ver si la luz la apago todos los días, no tengo gastos superfluos. Esto hace a mi costo. Si reduje mi costo un 20 por ciento, no tengo que aumentar los precios, no solamente para no generar inflación, sino para poder exportar más. Después tenemos los costos de los Gobiernos, nacionales y provinciales, que son los más altos del mundo. No existe modelo económico donde el 60 por ciento pague sus impuestos. Tienen que pagar todos. Hay una evasión muy grande.

 

¿Cree que para bajar la inflación hay que poner esfuerzo empresario?

No me gusta hablar de culpas porque sino parece que juzgamos. Todos tenemos que ser responsables. Los empresarios debemos serlo y el Estado también.

 

¿Cuál es la visión del banco sobre la economía de Misiones, más compleja por las asimetrías que debe afrontar?

El problema de Misiones no es tan fácil de solucionar. Este banco se terminó de construir en el 99 y siempre miro las crisis en función de la cantidad de cola que hay en el puente. Claramente hay formas de trabajarlo, en los 90 se modificó el impuesto a los combustibles y la gente no cruzaba a comprar nafta, que es un motivador para que cruce y compre otras cosas. No hay una solución mágica, sino un conjunto de medidas.

 

¿Cómo sigue el banco?

Creemos en la Argentina, creemos que va a haber que trabajar duro para readecuar los defasajes de la economía, pero seguimos invirtiendo. El lunes hacemos la oferta por el Citibank. Creemos en el futuro de la Argentina, más allá de un semestre duro que tenemos por delante. Creemos que el país va a crecer el año que viene en torno al 2,5 por ciento. El sector financiero es una industria que está produciendo al 20 por ciento de su nivel. Hay que generar muchos préstamos para la producción. Cuando nos comparamos con la región, tenemos un 20 por ciento de préstamos en relación con el PBI, cuando otros países tienen el 80 por ciento.

 

¿Se activaron los créditos hipotecarios?

Soy muy optimista respecto al futuro de estos préstamos. Hoy la gente ve un préstamo atado a la inflación y se frena. Pero es imposible un país que no tenga moneda. Para reconstruir la moneda necesitamos un Banco Central que fije políticas serias de emisión. Eso va a generar el regreso de una inflación de un dígito. A medida que tengamos la inflación de un dígito, los hipotecarios por UVI van a ser importantes. Tenemos 800 carpetas autorizadas, pero solo 20 efectivizaron el préstamo. En algunos casos no encontraron la propiedad y en el mayor de los casos, temen a la inflación.

 

¿Cuál es su relación con Macri?

Todos los empresarios tenemos que tratar de hablar con el Gobierno y llevarle nuestras experiencias. Ellos tienen la lapicera para firmar, pero es bueno que escuchen. Yo vine y me senté hoy con cinco o seis empresarios porque exhiben otra realidad. Esto es central. No es bueno que los empresarios no hablemos con el Gobierno. No es amiguismo. Más allá de que compartamos las ideas del Gobierno, tengo la obligación, como los trabajadores representados en la CGT, de hablar con el Gobierno. Un país, una patria grande, se hace con las tres patas, sentarse a una mesa, Gobierno, trabajadores y empresarios.

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