Julio Koropeski, el titular de Crucero del Norte, dijo ayer durante la presentación oficial del plantel que el clásico Guaraní-Crucero, que estaba pactado para el sábado 6 de febrero, se terminó cancelando por decisión del ex gerenciador del club de Villa Sarita, el ingeniero Roberto Enríquez.
«Teníamos todo preparado para una gran fiesta de fútbol, para el aficionado misionero, pero no sé por qué el gerenciador o ex gerenciador de ellos, porque no se sabe bien ahora que rol ocupa en el club, no quizo que se jugara el partido», explicó ayer Koropeski.
Misiones Online dialogó con los entrenadores de ambos equipos al comienzo de la pretemporada y la voluntad de los DTs, era disputar un amistoso de preparación el último fin de semana antes del comienzo de sus respectivos certámenes. La fecha se acordó entre ambas dirigencias, sábado 6 de febrero. Sin embargo, la disyuntiva siempre fue si jugar con público o hacer una mera práctica informal de fútbol (es decir, sin público, de esas donde se juegan dos tiempos de 30 minutos, con muchos cambios y jugando con pecheras en lugar de las camisetas).
Koropeski y la dirigencia de Crucero querían jugar a puertas abiertas, con público, incluso se barajó poner en juego alguna Copa de Verano, como hicieron rivales como Boca-River, Gimnasia-Estudiantes, Atlético Tucumán-San Martin de Tucumán o Godoy Cruz y Gimnasia y Esgrima de Mendoza (reciente ascendido al Nacional B). En la vereda de enfrenta, Guaraní no estaba convencido con esa misma idea.
Consultado por MOL, Chaucha Bianco comentó al comienzo de pretemporada que «no me corresponde a mí decidir cómo jugar». Lo que si quería Bianco era jugar contra Crucero, lo mismo que Schurrer. Para ambos DTs significaba la posibilidad de enfrentar a un rival de jerarquía sin tener que hacer un desgastante viaje.
Al final, Crucero tuvo que jugar su último amistoso para entrar en ritmo frente a Mitre, de la Liga Posadeña. Y Guaraní debió contentarse con jugar un amistoso ante Nacional de Encarnación, equipo que milita en la Liga Encarnacena.
La rivalidad Enríquez-Koropeski
En los últimos días, la rivalidad soterrada entre Roberto Enriquez y Julio Koropeski quedó expuesta por una serie de chicanas bien propias del folklore futbolero. Ambos son empresarios exitosos y máximos artífices de la vuelta de Misiones al fútbol grande y también. Son dos personalidades fuertes enfrentadas por el color de la camiseta.
En los últimos días, Guaraní salió a «enrostrarle» a Crucero su decisión de llevar la localía de los partidos ante River e Independiente a Chaco y publicó avisos de conscripción de socios con la frase «Guaraní, más misionero que nunca». Del otro lado, Koropeski salió a contestarle que en el estadio Andrés Guacurarí, remozado tras los destrozos que ocasionó el temporal de fin de año, «nunca se construirán torres». Recordando la idea de Enriquez de trasladar al estadio, que generó rechazos y la posterior renuncia del empresario al cargo formal de gerenciador. En Villa Sarita no dan información sobre el rol actual de Enriquez, pero fuentes del ambiente del fútbol que negocian todo el tiempo con el club, sostienen que es Enriquez el que sigue teniendo la última palabra en las decisiones que hacen al manejo del fútbol profesional.
MB
EP
