Suicidio del adolescente: La importancia de no minimizar los “problemas de chicos”

Graciela Aguirre Figueroa, licenciada Trabajo Social de la Red Previo aseguró que no siempre son problemas de chicos los acosos y hechos de violencia que sufren. “Es una edad muy difícil y hay que estimularlos permanentemente”. Ayer en Posadas se quitó la vida un menor de 14 años tirándose del noveno piso del edificio en el que vivía. Las razones estarían vinculadas a un caso de bullying escolar. 

 


Radio Libertad. Graciela Aguirre Figueroa, trabajadora social. Red Previo

La muerte de Rodrigo, el menor de 14 años que ayer se arrojó desde el noveno piso del edificio en el que vivía en Posadas, conmocionó a la comunidad educativa dado que las razones de la drástica decisión sería un caso de bullying escolar.

 

Graciela Aguirre Figueroa, licenciada Trabajo Social de la Red Previo, afirmó que “cuando se habla de bullying se habla de hostigamiento, de crueldad y eso no es algo que hay que dejar pasar porque hoy es una burla, mañana un golpe. Ellos están en una edad muy difícil en la que están en conflicto con ellos mismos y si es necesario hay que buscar ayuda”. Asimismo, remarcó que es importante no minimizar ciertas conductas de los adolescentes que siempre dan señales, no son cosas de chicos muchas veces, sostuvo y agregó que es fundamental estimularlos y brindarles afecto.

 

 

Años atrás una pelea entre compañeros empezaba y terminaba en el patio del colegio. Hoy el “patio escolar” puede llegar a ser un escenario virtual en el ciberespacio, donde la exposición y las consecuencias se multiplican y no se pueden terminar de medir ni calcular.

 

 El acoso escolar (o bullying) es una forma común de violencia contra los niños. Según investigaciones de Plan International y UNICEF entre el 50% y el 70% de los estudiantes en América Latina han sido acosados o han sido testigos de incidentes de bullying. Si bien el maltrato escolar no es un fenómeno nuevo, recientemente, la tecnología y las redes sociales han multiplicado exponencialmente el alcance y el impacto de este problema. El acoso cibernético (ocyberbullying) se lleva a cabo en Internet y con teléfonos celulares y puede tener, como el acoso escolar,  consecuencias negativas en la salud mental: el abuso de sustancias y el suicidio.

 

Un niño que se  siente intimidado y maltratado por sus compañeros  de forma repetida y sostenida, expuesto a agresiones físicas, verbales o sociales, es un niño en riesgo. El bullying es inaceptable, afecta tanto al niño acosado, al acosador y al espectador. No es “cosa de chicos’ y desde ya que no es un juego.

 

Sin embargo, no todo es bullying. Algunos conflictos entre niños son esperables y funcionan a manera de “laboratorio social”, ofrecen oportunidades para que nuestros hijos puedan desarrollar sus habilidades sociales y la capacidad para defender lo que piensan y sienten, para afirmarse y para fortalecerse. Entonces, ¿cómo diferenciar, como padres y docentes,  en qué situaciones intervenir y en cuáles mantenerse al margen y dejar que los chicos resuelvan la situación entre ellos?

 

La habilidad para crecer frente a los desafíos de la infancia surge de la capacidad para manejarse en el mundo de las emociones. En el esfuerzo por detener al bullying, es importante “fortalecer” emocionalmente a los chicos y prepararlos para que puedan resolver conflictos sin violencia y no ser “presa fácil” del maltrato.

 

Investigaciones dan cuenta que a algunos chicos cuesta más herirlos que a otros. ¿Qué es lo que hace que un niño sea más vulnerable que otro frente a una situación de maltrato escolar? La respuesta se encuentra en la capacidad de los niños para ser resilientes, en su empatía y en su capacitación emocional. 

 

Existe la creencia que aquel que es víctima de bullying automáticamente va a generar un trauma y tener consecuencias catastróficas. ¡No necesariamente! Esta puede ser una oportunidad para generar la capacidad de la resiliencia. Investigaciones dan cuentan que solo el 50% de los chicos que reportaron haber sido víctimas de bullying, registraron haber vivido la experiencia como traumática, explica la licenciada Andrea Baldantoni, especialista en niños, adolescentes y familias.

 

Los niños deben saber que en cualquier lado que vayan pueden encontrarse con niños y personas que pueden ser crueles. Es importante enseñar a nuestros hijos a FILTRAR las conductas de los otros, a discriminar entre lo que esta bien y mal y a no siempre creer en lo que los demás niños dicen. Un chico que esta “emocionalmente preparado y ajustado” puede ponerse en el lugar del otro, registrar la “crueldad o el abuso” como algo externo y perjudicial y hacer algo al respecto. (Radio Libertad 93.7)

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