«Viví, carajo, viví»

«Viví carajo, viví», fue el grito desesperado de un militar paraguayo, que salvó a una de las víctimas del suceso del sábado, en el río Paraná.
Este militar se convirtió sin querer en uno de los tantos héroes de la jornada de ayer. Con la típica voz de mando, el teniente de Navío Marcos Rivas luchó hasta lo último para revivir a uno de los ahogados, que fue sacado de las turbulentas aguas del río Paraná.
Usando el tradicional uniforme verde olivo, Marcos Rivas realizó una de las tareas más encomiables de su vida, que es rescatar a una persona de las garras de la muerte.
La víctima tenía su chaleco salvavidas puesto, pero su cabeza estaba totalmente sumergida en el agua. El afectado era un joven de 25 años, que al momento del accidente no fue individualizado por los intervinientes.
El joven era integrante de una de las piraguas que acompañaban a los nadadores.
En medio del percance, tuvo la suerte de ser auxiliado por un marino que tiene bastante experiencia en este tipo de maniobras.
«Estábamos preocupados porque subió sin pulso ni latido», manifestó el militar. El joven fue entregado luego a los efectivos de la Prefectura Argentina.
Marcos Rivas ya participó hace año atrás en el rescate de tres cuerpos sin vida, de jóvenes que cayeron al río Tebicuary a bordo de una camioneta, en Villa Florida. Otro de los héroes fue Orlando Krieger, quien rescató a diez personas del río.

Según testigos, el profesor de Educación Física, Luis «Lobo» Saide pudo salvar la vida de su hija pero no pudo salvarse él. Saide iba acompañando a una de sus hijas a quien le daba indicaciones permanentemente, mientras que a la otra hija del profesor la acompañaba Verónica Codazzi. Las historias tristes se repiten: Bacigalupi no iba a meterse al agua y era el encargado de recibir a los nadadores en el club del IPS, pero un amigo lo invitó a subir a un jet ski. El propio Bacigalupi pudo salvar a algunos competidores, pero él cayó al agua y no volvió a emerger. Piraguas, motos de agua y nadadores lucharon hasta el cansancio para lograr salir a flote. Personas que estuvieron en la escena contaron que «nos estiraba para abajo». «Escuchábamos gritos de pánico y de impotencia», contó Matías Aranda, un periodista deportivo de Canal 12 que cubrió la largada de la 80 competencia. Hugo Leiva, uno de los rescatistas, ya de noche, señalaba que las condiciones de búsqueda se tornaban muy difíciles, por la crecida del río y la costa paraguaya, llena de troncos y árboles. «Es muy difícil y las horas nos juegan en contra. Pero la esperanza es lo último que se debe perder».

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