El caso inicialmente investigado por el robo en la vivienda de una kinesióloga de Puerto Iguazú, derivó en el allanamiento de una construcción donde se hallaron 40 dosis de crack, una droga derivada de la cocaína. Un hombre fue detenido en el marco de esa causa y está a disposición de la Justicia Federal.
La vivienda de una kinesióloga que había viajado fue desvalijada por delincuentes que ingresaron tras romper una ventana de la parte posterior. El hecho fue descubierto por una empleada de Erika Schneider, de nombre Andrea Garayo.
Los delincuentes se apoderaron de un reproductor de DVD, un walkman, un celular, una bicicleta, un perfume, gran cantidad de joyas de oro y plata, elementos que fueron valuados por la profesional en 20.000 pesos.
En inmediaciones de la casa la policía encontró un abrigo rojo y una ojota de color negro. Precisamente este calzado fue la clave para esclarecer el robo. Es que días pasados los policías de la Brigada de Investigaciones persiguieron a Francisco Carmona y al detenerlo advirtieron que tenía sólo una ojota.
Los policías centraron su investigación en el barrio Primero de Mayo y allí se pudo establecer que Carmona le había vendido a Federico Gabriel Garrido, de 22 años, parte de las joyas robadas a Schneider.
Al allanar la vivienda del sospechoso se hallaron dos anillos de oro y una cadenita del mismo metal. Además, había dos bafles, un autoestéreo y una guitarra criolla que también serían robados.
Durante la requisa de la precaria casa se encontraron 40 envoltorios de papel metalizado conteniendo crack, una droga derivada de la cocaína, motivo por el cual Garrido quedó detenido por el delito de «tenencia de estupefacientes con fines de comercialización», figura legal agravada por la proximidad de una escuela y un centro comunitario.
Los investigadores ahora intentan localizar a Carmona, que sería el autor material del robo en la vivienda de la kinesióloga.
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