Rovira defendió la legitimidad de los ministros del STJ y el fiscal de Estado

El gobernador le pidió al fiscal de Estado y los nuevos ministros de la Corte que trabajen mucho y hablen poco. Ayer asumieron en sendos actos en el Centro de Convenciones y en el Palacio de Justicia, que albergará las oficinas de los flamantes magistrados

Juventud. Cristina Leiva es la ministra más joven, con apenas 37 años, pero una larga experiencia en la profesión. Fidel Duarte juró como fiscal de Estado en reemplazo de Lloyd Wickström.

Juventud. Cristina Leiva es la ministra más joven, con apenas 37 años, pero una larga experiencia en la profesión. Fidel Duarte juró como fiscal de Estado en reemplazo de Lloyd Wickström.

[su_note note_color=»#cdcdcd»]Se inicia una nueva etapa con el desafío de mejorar la imagen y la eficiencia de la Justicia[/su_note]»La voz del pueblo no está detrás de una toga o de una sotana«. Con esa frase, el gobernador Carlos Rovira respondió a las críticas y defendió la legitimidad de los nombres elegidos para cubrir las vacantes en el Superior Tribunal de Justicia y en la Fiscalía de Estado. Ayer juraron los cuatro nuevos ministros y el flamante fiscal. Fidel Eduardo Duarte, ex asesor del Gobierno, juró como reemplazante del destituido Lloyd Jorge Wickström en el Centro de Convenciones ante un público multitudinario.

Por la tarde, en el Palacio de Justicia les llegó el turno a los nuevos ministros del STJ. Cristina Leiva, Ramona Velázquez, Rubén Uset (será reemplazado en la Subsecretaría Legal y Técnica por el joven abogado Marcelo Siniuk) y Mario Dei Castelli, prestaron juramento ante el presidente del Superior Tribunal, Jorge Rojas. Así, se inició una nueva etapa en la Justicia, con el gran desafío, asumido por todos los nuevos y los que ya son integrantes del Poder Judicial, de cambiar una imagen deteriorada, hacerla más eficiente y sobre todo, hallar soluciones para la sociedad. Los nuevos ministros conforman un grupo heterogéneo que mezcla juventud -como Leiva- con experiencia -como Dei Castelli- y la promesa conjunta de «trabajar incansablemente» por un mejor servicio de Justicia.

Ambos actos de asunción contaron con una masiva participación de funcionarios, diputados y dirigentes del oficialismo, funcionarios de la Justicia, del Tribunal de Cuentas y algunos abogados que marcaron diferencias con la postura asumida por el Colegio de Abogados que lideró la embestida contra los nombres propuestos por el Ejecutivo para cubrir las vacantes.

El gobernador fue claro con el perfil que quiere de la Fiscalía de Estado y la orientación que debe tener la Justicia.

«Esto es un acto de institucionalidad de la joven democracia, una provincia moderna, pero basada en un pueblo que rige todos los destinos, dotado de transparencia y legitimidad»; indicó el gobernador después de tomarle juramento al fiscal. Sobre su rol, sostuvo que «no lo verán en medios de difusión o en las radios. Debe trabajar, no hablar, debe defender en silencio los intereses de los misioneros».

Duarte no dudó en hacer suyas las palabras del gobernador y se negó a dialogar con la prensa que buscó sus primeras impresiones. Prácticamente lo mismo hicieron los flamantes ministros, que apenas se limitaron a breves reflexiones.

La alusión al «silencio» tenía un destinatario: el ex fiscal de Estado, Lloyd Jorge Wickström, quien «había perdido la confianza del gobernador» porque se «dedicaba a cuestiones políticas».
Asimismo, Rovira destacó que «hoy hay entre 500 y 600 causas que pueden significar un deterioro de las arcas del Estado».


«Hemos llegado al absurdo político de darle herramientas al ex fiscal para trabar desde la Fiscalía, frenar licitaciones, subsidios, todo lo que significaba hacer más», cuestionó en relación «al pasado que todavía tiene pretensiones ilegítimas de usurpar el poder», representado por sectores políticos, eclesiásticos y corporativos que prejuzgaron a los postulantes.

«El cuidado de las instituciones no se hace desde las sombras. Pero perdono a todos los que calumniaron y prejuzgaron, perdono a nuestros dos Obispos y a los que deliberada o tácitamente han pretendido entorpecer este hermoso presente que estamos haciendo los misioneros», afirmó el gobernador.

También explicó que se decidió por «estos dos hombres y mujeres» después de «una profunda reflexión. «Escuché la voz del pueblo. Escuché la voz de la Capital, pero también la de miles de voces lánguidas en el interior y elegí a hombres y mujeres que apuestan por la capacitación, la educación y la superación. Por supuesto que la independencia de los Poderes del Estado forma parte de nuestro ideario democrático pero resulta importante que estos poderes juntos hagamos un esfuerzo permanente para la inclusión de un millón de misioneros».

«No como hacen los que se creen patrones de la política, los que responden a los poderosos intereses ocultos, los exegetas. Seguiremos nuestro camino de cara a nuestro pueblo. Con transparencia y muchas veces con dificultades, con la firme decisión de seguir paso a paso».

Cambios urgentes

Los flamantes ministros mostrarán rápidamente el objetivo de cambiar la imagen de la justicia. Como primera medida, pasarán a ocupar los despachos del Palacio de Justicia, en lugar del viejo edificio céntrico del Superior Tribunal de Justicia.
Además, pretenden modificar los horarios de trabajo para hacerlos extendidos para ampliar la atención al público.
El uso del Palacio de Justicia se concretará a la brevedad, prometió el presidente del STJ, Jorge Rojas, quien explicó que «se están ultimando detalles de algunas oficinas para la mudanza».
El Palacio de Justicia se inauguró el año pasado, pero hasta ahora es usado sólo por algunos juzgados.
Rojas también anticipó que con los nuevos ministros se avanzará en la reforma judicial en un debate «profundo con los otros dos poderes». «Hay que trabajar mucho, como lo está haciendo la Justicia para mejorar», aseguró el presidente del cuerpo.

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