Tragedia del puente caído: “No espero nada de la Justicia, hoy vivo con la ayuda que me dan mis hijos mayores”, admitió la viuda del misionero fallecido

Elena Dzikovski (47) se salvó de milagro el 12 de julio de 2017 cuando la camioneta Ford EcoSport en la que viajaba con su pareja Rogelio Schweig (47) se precipitó al arroyo Guazú de Corrientes, entre las localidades de Goya y Esquina. El hombre no había notado que en ese tramo de la ruta nacional 12 el puente se había desplomado y el tránsito vehicular estaba interrumpido. Rogelio se ahogó, pero Elena pudo nadar hasta la costa.
“Jamás pensé que podía pasar algo así. ¿Qué espero de la Justicia? Nada. ¿O alguna vez hubo justicia en la Argentina?”, dijo la mujer en una charla con Misiones Online.

Elena estuvo en Posadas, donde reside una hija suya que estudia la carrera de Enfermería. El aniversario de la tragedia la encontró en la capital provincial, con toda la carga de recuerdos. “Estábamos yendo a visitar a mi cuñada Cristina, que vive en la provincia de Buenos Aires. Habíamos viajado otras dos veces hacia allá, pero por la ruta 14”, recordó y apuntó el por qué de la decisión de cambiar de recorrido: “Queríamos visitar a un tío que vive en Corrientes capital y no pudimos contactarnos con él, por lo que decidimos seguir de largo, pero por esa ruta”.
El 12 de julio del año pasado, alrededor de las 4.15, cuando compartían una charla y unos mates amargos, Elena y Rogelio cayeron al arroyo. Nunca se percataron que a la ruta le faltaba una parte. “Estuve internada dos días y medio. Por suerte no quedé con secuelas físicas. Tuve que declarar todo lo que pasó dos veces. En una ocasión en Corrientes y la otra en Puerto Iguazú, hasta donde vinieron autoridades correntinas para tomarme declaración”, contó la sobreviviente, que vive con cuatro de sus siete hijos en Comandante Andresito.
“Tuve ocho hijos. La mayor se murió hace cinco años. Siete con Rogelio. De ellos, cuatro, de entre 5 y 17 años, viven aún conmigo. No recibí ningún tipo de ayuda desde que sucedió la tragedia. Me mantengo con la asistencia de mis hijos mayores. Uno de ellos, de 24 años, vive en la misma chacra con nosotros, pero en una casa aparte, con su mujer y bebé”, dijo sobre su presente.
Elena reconoció que desde la Justicia correntina no la mantienen al tanto de cómo marcha el expediente. Ella cree que es por la distancia que hay entre el juzgado de Esquina donde se tramita la causa y su residencia en el Norte misionero.
La camioneta jamás fue recuperada del arroyo. Y la causa avanzó hasta la imputación contra dos policías de Goya que tenían que haber alertado a los automovilistas que el puente sobre el Guazú había colapsado y que había que hacer un desvío.
“No había nadie avisando. Ni siquiera un cartel”, repitió Elena. Un año después agradece no haber quedado con secuelas físicas, aunque las heridas del alma siguen abiertas.

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