El estremecedor relato de Belén, la joven violada por cinco hombres: «La invitaron a mi amiga por Facebook y fuimos»

La joven decidió contar el terrible momento que vivió esa noche cuando junto a otra joven fue a una reunión de amigos en el barrio Intersindical de Salta.

«El dueño de casa donde nos juntamos, Facundo Z…, la invitó a mi amiga a través de Facebook y ella me preguntó si quería ir. Acepté y salimos de mi casa a las 21.30 más o menos. Cuando llegamos estaba el dueño y dos amigos más a quienes conocemos. Un ratito antes de las 12 de la noche o incluso a esa hora llegaron los dos muchachos, a quienes el dueño de casa estaba esperando. Los chicos que estaban con nosotras decidieron irse porque no les caían o una onda así», refirió Belén, la joven que fue violada, golpeada salvajemente y abandonada en un descampado de barrio Santa Ana III.

Se suponía todo debía marchar en paz y armonía, sin embargo un hecho particular dio paso a una pesadilla que la joven jamás imaginó podría resistir. «En un momento me levanté para ir al baño, y cuando volví advertí que me habían robado el celular.Eran cerca de las cuatro cuando le dije a mi amiga que nos fuéramos, estaba mal porque me habían robado y el que me sacó el celular fue M. M. -menor de edad- mientras tanto el otro, A. B. -mayor- trataba de hacerme la cabeza de que su amigo no había sido».

Sin ganas de seguir en el barrio Intersindical, zona sur de la ciudad, Belén se dispuso volver a su casa. Lo que pasó a partir de ese momento lo contó así: Estábamos saliendo los cuatro -Belén, A. B., el dueño de casa y la otra joven- cuando Facundo Z le pidió a mi amiga que dejara que nos fuéramos solos. Ella se volvió diciéndome que ya nos alcanzaba y me dejó sola con A. B. Éste supuestamente me acompañaría hasta la parada, y cuando llegamos me pidió que le convide fuego. En eso sentí que me agarraron del cuello pero de una forma tan particular que no podía gritar. Estaba sola, sin poder moverme, el único local abierto a esa hora era McLucas».

La atrocidad estaba al caer. Mientras la víctima intentaba liberarse, sintió la llegada de un auto oscuro y no pudo divisar la marca ni el color. En medio del escalofriante relato, mezclado con momentos de furia pero sobre todo con una profunda angustia, manifestó lo siguiente: «A. B. me agarró de adelante y me subieron por la parte trasera del auto. No dejaba de ahorcarme mientras M. M., que estaba en el asiento del acompañante se reía, el tercer tipo que aún no atraparon era el que manejaba. Comenzaron a golpearme, lo único que podía expresar eran gemidos que no llegaban a ser gritos. Después me desmayé y desperté en medio del monte».

Ultrajada y casi sin movilidad, al cabo de algunas horas Belén despertó sin saber qué le había pasado. Estaba desnuda, mojada, ensangrentada y sin movilidad. «Desperté y estaba boca abajo, con la cabeza entre los yuyos. Muy dolorida, no podía abrir uno de los ojos de tan hinchando que lo tenía, igual que la boca. De a poco fui recordando y de golpe me dio muchísimo miedo, pensaba que si esos tipos volvían podían matarme. Sabía que tenía que levantarme y comencé a arrastrarme», comentó.

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