La Diócesis de Posadas cuenta con dos nuevos diáconos

 

Anoche en la Catedral de Posadas fueron ordenados diáconos Cesar Benítez Martínez y Juan Antonio Ruiz Díaz por manos de Monseñor Juan Rubén Martínez. Fue una celebración muy emotiva que contó con la presencia de 26 seminaristas y 32 sacerdotes que llegaron de diferentes diócesis.

 

Estos dos jóvenes realizan su camino de formación en el seminario diocesano Santo Cura de Ars.

 

El diaconado es un paso previo a la ordenación sacerdotal. Al recibir este ministerio, los jóvenes podrán administrar los sacramentos del Bautismo y los Matrimonios.

 

Juan Antonio Ruiz Díaz es oriundo de la ciudad de Posadas y Cesar Benítez Martínez es oriundo de la ciudad de Natalio, República del Paraguay.

 

Durante la celebración los jóvenes que fueron ordenados recibieron la bendición de manos de Monseñor Juan Rubén Martínez. Como todas las celebraciones de este tipo, los jóvenes se postraron para pedir una gracia especial y en ese momento de rezaron las letanías.

 

 

Los nuevos diáconos recibieron el “evangeliario” y Monseñor Juan Rubén Martínez los bendijo animándolos a recibir el evangelio, practicarlo y enseñarlo con el ejemplo.

 

Monseñor también durante su homilía, destacó la importancia del servicio: “Servir es dar la vida, y tener predilección por los pobres en el ministerio tiene que ser el principal objetivo. Servir es donarse, y donarse es entregarse por amor”.

 

 

 

Algunos fragmentos de la homilía:

Es una oportunidad para agradecer en primer lugar a Dios, en segundo lugar a las familias por acompañar el esfuerzo, en tercer lugar al pueblo de Dios presente.

Agradecemos la presencia de los Sacerdotes de Paraguay, Oberá y a las Consagradas Religiosas, y también de todos los sacerdotes de nuestra diócesis que acompañaron en la formación  y a los diáconos permanentes.

El orden sagrado tiene tres grados: el sacerdocio, el episcopado y el diaconado. Hoy reciben este ministerio que los acompañará siempre, son diáconos para siempre.

Ahora se identifican con el orden los que tienen un llamado a la vocación, el orden del Díaconado, en particular es fuerte celebrar este momento tan cerca de la Pascua, el triduo Pascual es indisoluble en su pasión en su sufrimiento. El Evangelio de Juan señala el servicio y el misterio pascual. Queremos recordar esto porque Cristo realiza este gesto con los apóstoles y los discípulos. Si bien, es difícil servir desde el amor, tanta gente sirve del presente podríamos retratar tantos gestos de servicios que son los que nos hacen retratar la historia. Servir es amar. Servir es dar la vida, esto no es fácil de decirlo. Algunos servicios son fotografiados para una campaña. Ahí uno percibe que los servicios son pensados para algo.

Qué bueno es recordar el texto de la última cena, en donde el gesto del maestro y pastor y de sus discípulos que le lava los pies. Evangelizar es amar dando la vida. El señor da la vida por todos, pero con predilección a los más pobres y necesitados.

El Papa Francisco, en el Evangeluim Ganduim expresa que la búsqueda en la evangelización de y de la inclusión de los más pobres. Él nos dice que nuestra fe en Cristo hecho pobre hasta el extremo. Y siempre cercano a los pobres y a los excluidos brota la compasión y unidos a Dios escuchamos su clamor. Ese es el amor de los que necesitan, supone que seamos dóciles y queremos que seamos cercanos, y que escuchamos el amor ante sus opresores.

El viernes rezábamos por los dolores de nuestros hermanos. Hoy tenemos esperanzas y no bajamos los brazos. Tenemos la certeza del que Jesús murió y resucitó al tercer día y por ellos somos testigos de la pascua y creemos que podemos mejorar las cosas.

Fuente: Pastoral de Comunicación – Diócesis de Posadas.

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