Destacan “explosión” de investigaciones en torno a la yerba mate

El investigador Miguel Schmalko explicó que en la década de los 90 se comenzó a estudiar las propiedades químicas de la yerba mate y los resultados obtenidos en los primeros trabajos llamaron la atención del mundo académico. La evidencia de altas concentraciones de antioxidantes fue lo que sedujo a científicos de distintos países. También se avanzó en investigaciones para mejorar controles de calidad, como la que permitirá modificar el método de medición de contenido de palo.

El docente de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) recordó que a fines de los 70 se inició una serie de estudios que apuntaban a mejorar en la parte de producción y de industrialización de la yerba mate para dar respuesta a un problema de mercado que se presentó. “Hubo un problema severo de escasez de yerba, entonces se desarrolló el método de estacionamiento acelerado, que reduce de dos años a 60 días el período de estacionamiento. En ese momento fue importante, porque evitó que la gente dejara de tomar mate, porque solo había yerba verde en el mercado, un producto que no tenía aceptación de la gente. Por otra parte, ese desarrollo redujo el costo financiero de la producción de yerba”, indicó en diálogo con Misiones Online TV.

Señaló que hasta los 90 no se sabía mucho  de la composición de la yerba y que a mediados de esa década se comenzó a estudiar la química del producto madre de la región. “Encontramos numerosos nutrientes, muchos minerales y algunas vitaminas. Antes sólo sabíamos que era algo energizante, pero después encontramos que tiene nutrientes y compuestos funcionales que no son indispensables para vivir, pero sirven para paliar algunas deficiencias y tener una mejor salud”, explicó.

Más allá de las conocidas propiedades revitalizantes de la yerba, lo que más llamó la atención de la comunidad científica fue la presencia de polifenoles que tienen la propiedad de ser antioxidantes. “Se descubrió que la infusión de yerba mate, por ejemplo, evita el envejecimiento de las células y con eso es anticacerígena, a partir de descubrimientos como ese, se comenzó a investigar a la yerba mate en todo el mundo. Hoy Brasil es el país que más trabajos genera, pero también se estudia la yerba en Japón, Estados Unidos, España, Italia Alemania y Polonia, Turquía y hasta en Australia”, enumeró.

A partir de este interés, la cantidad de trabajos que tienen por objeto a la yerba mate se quintuplicó en pocos años, llegando en la actualidad a más de 50 por año. “Hubo una explosión de investigaciones”, resumió.

Para Schmalko, la yerba mate tiene ventajas significativas en relación a otros alimentos en los que se detectaron concentraciones significativas de polifenoles, como el vino o el té. Una de ellas es el precio, al punto de que el mate es la fuente más barata de antioxidantes que se conoce y otra ventaja es que por la forma en que se la consume tradicionalmente, la yerba permite incorporar mayor cantidad de antioxidantes en una sola ingesta, ya que dentro del mate van alrededor de 50 gramos de sólidos, mientras que en el té, por ejemplo, esa cantidad se reduce a 2 gramos.

A decir del investigador, las propiedades halladas en la yerba mate le dan a este producto un potencial comercial enorme, pero advirtió que queda mucho por desarrollar. Destacó sin embargo que se están exportando extractos de yerba para la elaboración de bebidas energéticas, y productos de belleza, especialmente aquellos que prometen retardar el envejecimiento.

Mejor control

El trabajo científico en torno a la yerba mate permitió avanzar en la modificación del método de control de porcentaje de palo en el producto elaborado, dando así respuesta a un reclamo histórico del sector primario. Miguel Schmalko es el principal responsable de la investigación que permitió el desarrollo del nuevo método propuesto que permitirá practicar una medición más precisa y con ello evitará “avivadas” de un sector de la molinería que van en detrimento de todos los demás integrantes del sector.

Según estipula la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL) la yerba mate puede contener hasta 35 por ciento de palo y la forma de medir ese valor no varió desde el inicio de la industrialización de este producto.

Para discernir cuánto hay de hoja y cuánto de palo, el método tradicional manda a tamizar la yerba a través de mallas de distinto grosor, de lo que se obtienen tres fracciones: una superior, donde queda la parte más gruesa que se considera palo, una intermedia que tiene fragmentos de palo y de hoja y una inferior que contiene las partículas más finas (polvo) que se considera totalmente hoja.

Lo que ocurre con ese mecanismo es que si alguien muele palitos hasta reducirlos a polvo, ese material puede introducirse en un paquete y no va a ser identificado como palo. “Así se puede convertir el palo en hoja”, bromeó el investigador.

Ante reiteradas denuncias de que algunos industriales se estarían aprovechando de esa deficiencia en el método de control para reducir sus costos de compra de materia prima, investigadores desarrollaron mecanismos más precisos. Uno de ellos fue el propio Schmalko, quien junto a su equipo desarrollo el “método de control de fibra bruta”, que fue luego elegido por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) como el más apropiado para sugerir ante la CONAL.

“Se trata de un método que permite determinar, mediante la aplicación de un procedimiento químico y una fórmula matemática, cuál es el porcentaje de palo, independientemente que ese palo esté en forma de polvo”, señaló

Apuntó que un control eficiente del contenido de palo aportará no solamente a mejorar los estándares de calidad del producto, sino también tendrá un efecto en el mercado de materia prima al elevar la demanda de hoja verde.

“Un mejor control del contenido de palo es un reclamo de los productores, que entienden que si se controlara más estrictamente, la industria va a demandar más hoja. Estamos de acuerdo que es así. Es un problema de lealtad comercial”, dijo.

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