La increíble historia de “Negrito” Muñoz, el “Rey de la Puerta Giratoria judicial”

Hay personajes del hampa que parecen estar más allá de la Ley, o que resultan inalcanzables para la Ley y la Justicia misionera, aunque su derrotero de crímenes y su historial delictivo, como así también la cantidad de entradas y salidas a las comisarías y juzgados, justificarían ampliamente que estén tras las rejas.
Pero están libres y continúan cometiendo crímenes.
Esa es la historia de un peligroso criminal misionero apodado “Negrito” Muñoz, cuyo nombre siempre está en boca de investigadores posadeños por distintos delitos, que ya fue apresado una docena de veces, pero que nunca termina condenado.
Tiene al menos 23 causas abiertas en la Justicia Penal de Posadas en su contra, de las cuales más de 20 se tramitan en los juzgados desde hace más de seis años, sin resultados.
“Negrito” tiene hasta una condena, pero como apelaron sigue libre. “Nosotros ya lo encerramos muchas veces, pero al otro día lo vuelven a largar”, dijo a este medio un alto jefe policial. “Este delincuente tiene tal impunidad, que las ultimas veces actuó a cara descubierta y armado”, agregó el investigador.
Su nombre resurgió en los últimos días, porque con los testimonios recogidos de víctimas de “Negrito” Muñóz – la esposa de un baleado y un empleado judicial, se pudo establecer que fue él quién estuvo en un violento asalto con armas de fuego en el barrio San Marcos.
La cantidad de veces que fue apresado, y la rapidez con que recuperó la libertad, alcanzó para que “Negrito” Muñoz sembrara pánico en una zona de Itaembé Miní, y en los barrios Belén y Bicentenario, lugares donde dejó en claro a sus vecinos que no importaba si era detenido, al otro día volvería a reinar en el barrio, donde hasta ahora, sigue siendo “intocable”.
Y cuando las papas queman, desaparece. Como ahora, cuando lo investigan por tres robos a mano armada ocurridos en Garupá, Apóstoles y Posadas, respectivamente.
Muñoz vivía en la chacra 96, conocida como Villa Hollywood. Pero un ajuste de cuentas que le cobró la vida a un hermano, hizo que en 2009 cambiara de domicilio. Se instaló en el barrio Belén de Itaembé y desde allí arrancó una carrera criminal que es envidia de sus colegas del mundillo delictivo.
De ser el ladrón baleado en 2007 cuando quiso entrar a robar en una casa del barrio Las Dolores y de andar con las monedas contadas, caminando o en bici, pasó a moverse en autos y motos. Y a vincularse con malvivientes de todo pelaje, para explotar los negocios más diversos.
Le adjudican haber abierto distintos bares en Posadas (su barrio y San Isidro) y en Garupá, siempre en sociedad con desconocidos. Desde allí, aseguran quienes lo investigan, comercializaba desde cigarrillos ilegales hasta estupefacientes.
En su evolución mafiosa incluso habría armado un grupo de reclutadoras para captar jovencitas para redes de explotación sexual asentadas en otras provincias. Por eso, la Justicia Federal también tiene puestos los ojos en él, ya que lo sospecha presunto responsable de los delitos de narcotráfico y trata de personas. Hasta ahora también zafó.
Con la excusa de vender ropa, habría cruzado la frontera para entablar relación con cárteles paraguayos, que durante mucho tiempo le habrían facilitado marihuana y cigarrillos, que Negrito habría vendido en Entre Ríos y Buenos Aires.
En su barrio, su palabra es ley. Zanja discusiones, pide y paga favores y siembra el miedo. El temor de los vecinos está cimentado en que nunca pudieron tener a Negrito mucho tiempo preso. Siempre zafa y vuelve a las andanzas. Cuando quiere algo en Belén y alrededores, solo lo ordena. Nadie le niega nada.
Hasta 2013, tenía dos mujeres, una de ellas “viuda negra”, que trabajaba para él. Desde entonces, y pese a la multiplicidad de causas en distintos juzgados capitalinos, nunca fue condenado definitivamente.
Tal vez por eso, cebado, viró hacia otra rama de la delincuencia, los robos a mano armada. Lo que se sabe es que en sociedad con José A. (alias “Oca”) y al menos otros dos hombres entre mayo y julio habría sido parte en al menos tres atracos:
1) El 23 de mayo, dos ladrones entraron en la casa de un cambista en el barrio Ñu Porá de Garupá. Una vez dentro de la casa del barrio 140 Viviendas, tomaron de rehén al hombre, de 52 años y nacionalidad paraguaya, a su mujer y a los hijos de la pareja, de 4 y 12 años. Le robaron, entre moneda nacional y guaraníes, 200 mil pesos. Durante el golpe le hicieron saber que hacía tiempo lo estaban siguiendo.
2) Asalto en la sede de la distribuidora de productor Arcor de Apóstoles, sobre la avenida San Martín. Sucedió el martes 26 de mayo de 2015, cuando dos ladrones armados entraron al lugar y se llevaron 250 mil pesos. Los cinco empleados que se desempeñaban allí fueron reducidos por los criminales armados. Uno de los maleantes actuó a cara descubierta y el restante con un pasamontañas puesto.
3) El tercer golpe que habría cometido el mismo grupo sucedió el 12 de junio, por la noche, en el barrio San Marcos de Posadas. José Montenegro (60) llegaba a casa de calles 67 y 158, junto a su mujer. Alrededor de las 22.05, lo sorprendió un delincuente armado, quien le exigió el maletín que llevaba. Allí guardaba los 315 mil pesos que había obtenido gracias a la venta de una camioneta. Montenegro, coordinador de obra de una constructora local, se resistió. Entonces, el extraño le descerrajó cuatro balazos, sin ningún tipo de contemplación. Luego tomó el bolso y desapareció.
Tal fue la suerte del baleado, que los proyectiles no acabaron con su vida, sino que lo enviaron por unos cuantos días al hospital. Los proyectiles le provocaron la fractura de la tibia y el peroné de pierna derecha.
El 15 de agosto, en el barrio A-3-2 de Miguel Lanús, Posadas, cayó “Oca”, mientras jugaba al fútbol. El nombre de Negrito sonó más fuerte que nunca. Esta semana, incautaron en una casa de Itaembé un auto VW Suran, con la patente cambiada. Es el rodado que la mujer del constructor Montenegro vio el día del asalto de los 315 mil pesos. El vehículo estaba a cargo de Muñoz, pero tal vez consciente de que sabían de sus movimientos, lo «guardó» bajo amenazas en la casa de un aterrado vecino, otra de sus tantas víctimas.
Los investigadores policiales dicen que “Negrito” Muñoz, el “Rey de la Puerta Giratoria de la Justicia misionera”, está al caer. ¿Quedará preso esta vez? ¿Terminará procesado o condenado?
Los vecinos de Itaembé Miní, y hasta en la misma Policía, no pueden responder a esa pregunta. Ya lo vieron volver tantas veces al barrio a presumir de su impunidad y sus conexiones en la Justicia, que se permiten dudar.

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