Hay que tener el amor y la valentía de los curas Jesuitas.
No de los apóstatas y cobardes que quisieron destruirlos.
HISTORIA Y LEYENDA
La historia relata que en 1612 llegaron a la región del Guaira -actual Estado de Paraná, Brasil- doce sacerdotes de la Compañía de Jesús, los soldados del ejército de Cristo. Pues, símil a un régimen militar, el comandante superior de la Orden detentaba el cargo de General, debiendo obediencia debida únicamente al Papa.
Ellos iniciaron la misión evangelizadora de catequizar a los originarios de la selva y aglutinarlos en pueblos dignamente construidos, que fuera la admiración de quienes conocieron.
Basados en las virtudes de la moral cristiana, practicaron un régimen socialista y humanista único, jamás aplicado hasta hoy día por otras naciones del planeta: La Nación Misionera y Guaraní.
Comandaba al grupo como jefe y guía espiritual Antonio Ruiz de Montoya, joven de veintiséis años de edad, e integrante de una acomodada familia, que abandonó placeres y riquezas para meterse de cura y adentrarse a la mar de la selva con el objetivo de catequizar a quienes no conocían a Cristo, de acuerdo a los designios de su fe.
Circunstancias poco claras lo alejaron de su querido Loreto, el pueblo que eligió para vivir y morir en paz, pero lamentablemente para su desdicha la muerte lo sorprendió en su ciudad natal: Lima.
Cuenta la leyenda que llegaron con Antonio dos amigos entrañables: Andrés, de riquísima familia y buen vivir, a quien la transmisión oral atribuye de ser el primero en acercarse a un originario guaraní en la región: Un niño de nombre Ñaroí, hermano de Aguaraí, de la estirpe de los Ñaró. Y según rumor de los últimos Chamanes, fueron ancestros de Andrés Guacurarí.
El otro en llegar fue Juan, el hijo menor de un hogar humilde, cuyo contacto familiar en forma regular lo hacía con Beatriz, su única hermana mujer, por medio de largas y afectivas cartas.
Ninguno de los dos, Andrés ni Juan, por motivo alguno abandonaron la selva desde que llegaron. Y del grupo de los doce Juan fue el último en morir ya muy viejito. Tanto, que los mitaí en forma indulgente y socarrona le preguntaban. ¿Cuántos años tiene Paí Juan, cien, ciento cinco, ciento diez…?
Mitaí= niño. Paí= padre
AÑO 1612. LA LLEGADA
Son ellos, se dijo al verlos.
Ellos eran los peregrinos esperados
desde hacía muchas lunas brillantes
por los hermanos de la aldea.
De aquel arribo sabían
por el relato de sus antepasados
quienes apesadumbrados decían
que en diversos lugares del suelo natal,
atracaron hombres de piel blanca
que en cualquier momento llegarían.
Sombríos los Chamanes murmuraban
que bajaron de enormes canoas
vistiendo ropajes raros y akäo en la cabeza,
que los guarecían de las flechas y las chuzas.
También referían que en vívida simbiosis
montaban bestias de cuatro patas
sin entender quién dominaba a quién,
o si se trataba de un solo ser siniestro
que doblegaba a quienes se oponían.
Por suerte y merced a las plegarias
que elevamos a Ñande Yara nuestro Dios,
entraron a nuestras expectantes vidas
hombres de toga con una cruz en el pecho
y la Santa Biblia bajo el brazo.
Seres que nos trataron fraternalmente
cimentados en la ética y moral cristiana,
a diferencia de otros pueblos originarios
que indiferentes a sus ritos y cultura
los sometieron cruelmente con la espada.
Y con la espada de la alevosa soldadesca,
o con la cruz de los píos sacerdotes,
los hombres blancos imperios conquistaron
y crearon aldeas y ciudades.
¿No ven acaso los treinta pueblos misioneros
erigidos con la voluntad de las termitas
entre el verde follaje de la magna selva?
¡Es ahí donde exhiben con sublime orgullo!
El pendón de la libertad y la justicia.
La caridad, el amor fraterno y la lealtad.
Akaô= sombreo. Ñande Yara= nuestro Dios
EL AVAÑË`E
La oralidad fue el arte de comunicarnos
Dijo el Mburuvichá a los avá presentes
Ya que ancestralmente nuestro pueblo
La tradición relataba de esa forma
En clara y manifiesta relación
Con el pasado, el presente y el futuro.
Hasta que vinieron los curas Jesuitas
Y aprendieron el dialecto del guarán
Y al compás de fonética y gramática
Elaboraron el congruente abecedario
Para después compaginar la ortografía
Y la escritura del idioma guaraní
Alterando nuestro atávico lenguaje
Y transformarlo en el moderno avañê`e!
Akä`o= sombrero.- Ñandeyara=Dios.- avá= Indio guaraní.- avañe`ë= idioma guaraní.- Mburuvichá= jefe de jefes
3- COMUNIDAD EN LAS MISIONES
Hemos formados una Nación de iguales
de comunión ecuánime y altruista
donde la renta de los productos
se prorratea según necesidades
así vengan de la caza y de la pesca
de cosechas de cultivos implantados,
o de silvestres frutos colectados.
Tampoco somos dueños de la tierra
la consideramos un bien comunitario
que debemos socialmente cultivarla.
Esto nos diferencia de los encomenderos
que reclaman la propiedad como derecho
y al no cultivar la tierra con sus manos,
necesitan de vasallos que lo hagan.
Nada mejor –entonces- que valerse
de los hermanos vilmente adocenados
para esos menesteres sin salarios.
¡Por Dios están siendo esclavizados!
en la mita, yanaconazgo y encomiendas
y en las miserables fazendas lusitanas.
4- CONFESIÓN DEL AVÁ
No sé en qué momento mi abuelo
El gran Mburuvichá, jefe de jefes,
Admitió como propio el catolicismo
Y con él mi padre y demás caciques.
Después espiritualmente guiaron
Al pueblo de mis antepasados
Hacia el sacramento del bautismo
Numen sagrado del cristianismo.
5- REFLEXIONES DEL PADRE ANDRÉS
Más bien que para mal
Dios nos dio la inteligencia
y depende de nosotros
emplearla con sapiencia.
Nos dio el alma inmortal
eterno etéreo esencial
que sutil en nuestro ser
nos escolta silencioso.
Es depositario inflexible
de todas nuestras acciones
y después que la muerte llegue
puntual se presentará ante Dios.
También nos dotó de espíritu
que es nuestro yo interior
guiando todos los actos
cedido al mundo exterior.
Es un costal que convive
el rencor y la ecuanimidad,
la envidia y la modestia,
la frivolidad y la austeridad,
la avaricia y la generosidad
el genial fuego sagrado
y las ascuas irrelevantes.
Dos alternativas contienen
dominadas por la conciencia:
aquí la fortaleza, allá la debilidad.
y ambas sometidas, a la sinceridad.
El espíritu de débil textura
comporta humanas miserias,
y la aplicación de injusticias
sobre indefensos y parias.
Al contrario el espíritu fuerte
se apoya en la imparcialidad
del sentimiento y la razón
de la justa ecuanimidad.
He aquí los valores expuestos
del espíritu del hombre correcto:
la cordura del saber por un lad0
y aplicación de justicia por otro.
7- CASAMIENTO BENDECIDO POR EL CHAMÁN
“Yvoty, tú eres la flor
Ñaroí, tú eres el roble
También Yvoty eres la luna
Y tú Ñaroí eres el sol
Ambos:
El sol y la luna
Deambulan por el firmamento
Como ustedes desde hoy,
Caminarán esta tierra.
El sol y la luna ¿pueden juntarse?
Jamás
Pero sí pueden hacerlo
La poesía y el poeta
Y tú Yvoty eres la poesía
Y tú Ñaroí el poeta
Y en la poesía
El sol y la luna pueden unirse
Como ustedes desde hoy,
Caminarán esta tierra
En esta unión Ñande Guazú los bendice.
Id y sed felices.”
Yvoty=flor.- Ñaroí= Hijo de bravo.- Ñande Guazú= nuestro gran
6- LOS VAMPIROS BANDEIRANTES
Estamos siendo invadidos
vociferaban los avá cuéra
ante el avance bandeira
dispuesto a esclavizarlos.
Y los descubierteros del frente
repetían con horror
que muy al norte del Guaira
atacaron sin piedad
las tribus de los hermanos.
Y en la orgía humillante
de la repartija sin límites
a los jóvenes engrillaban
y a los viejos degollaban
para el festín de alimañas.
En tanto otros pobres prójimos
que huyeron hacia los montes
abandonan chozas, semovientes
y sus pocas pertenencias.
Nos hallamos conmovidos
prosternados en oración
porque la asesina bandeira
cual marabunta a su paso
deja yermo todo espacio
en su afán de cazar humanos
que ellos creen infrahumanos
sin importarles iglesias
ni íconos de los santos.
En suceso de tanto riesgo
que se nos va la vida en ello.
¿Qué hacer, fugar, pelear?
Pelear ¿Cómo y con qué?
¿Las chuzas contra mosquetes?
¿O las flechas contra cañones?
Por Dios que no va esa acción.
Pues fácil presa seríamos.
Entonces ¿huir es la opción?
Y el Padre Ruiz razonando
nos dijo muy compungido
solo quedan dos caminos:
uno es pelear sin esperanzas
contra cinco mil caza-hombres.
La otra es el éxodo en masa
en busca de otra tierra sin mal
bajo la protección Divina
de Nuestro Padre Celestial.
Y explicó sin hesitarse.
que los bandeiras profanos,
se vienen por los hermanos
con el fin de esclavizarlos
en las minas y fazendas
de inmorales personajes
que dicen que son cristianos
y van a misa los domingos.
¡Oh raza de mal nacidos!
peste andante de la selva
que tratan como inhumanos
al pueblo de las Misiones.
Y en su conjuro el Chaman
al feroz invasor augura
que Añá jubiloso espera
en Añareta su alma impura
El viento expande el rumor
que el bandeira es fiel vampiro
de inescrupulosos que vinieron
a colonizar no con sus esfuerzos,
sino mediante vil explotación
a los originarios hijos de la selva.
Así mandan a crueles caza-hombres
que a su paso matan y destruyen
sin atisbo de piedad ni compasión.
Si la envidia genera odios y rencores
la codicia siempre engendra la injusticia
que se comete sobre la faz de la tierra
para colmar la avidez de ambiciones.
Es lo que perpetra esta gente infame
sobre pueblos que en excelsa ilusión
levantaron fraternalmente una nación
por voluntad de vivir mancomunados.
Por todo esto hermanos hoy nos vamos
Jurando en reconstruir un nuevo Estado
Basado en la esperanza y fe cristiana.
Precepto magno de los curas ignacianos
Avà cuèra= Aquella gente. Guaira=fue el nombre de un cacique.- Añaretá=infierno.- añá= diablo.
7- ÉXODO Y LA DESPEDIDA DEL CHAMÁN
El Chamán renunció al éxodo
Y se quedó con los ancianos
Que no podrían soportar
El largo viaje en curso.
Asimismo protegía
A enfermos incurables
Minusválidos y orates
Con destinos de orfanatos.
Los llevaría a Yasí Porá
El Paraíso leyenda
Secreto de los Chamanes
En el medio de la selva.
Allí solo entran humanos
Con sus almas que caminan
Hacia la Tierra Sin Mal
Que es el destino final.
Y como el Chamán sabía
Que a todos los que se iban
Jamás volvería a ver
Elevando sus ojos al cielo
A Tupá musitó este ruego
En su dulce avá ñe´é
¡Ea Ñande Yara!
He Añangarekó nde chara vaekue oho kuevo I Guazú
He Mboguatá pu’ae ichupe akaguapy rera petey yvymarae’ÿ
Pyri yvirá ha yvoty
¡Oho joyke’y chemba’e!
Vaekue Ñandejara kuera ñangarekó
Guaichá ñangarekó ichupe ka’guasú
Rehe ime ka’guasú reko ogapy
¡Oho ha8- pu’aka!
Ramojepe kuera mba’e vai pota pu’aka
Mbaè vai rera pire morotï
Yëra kambá re`ra ichupee pyahu te’yi
¡ Ha ñemondu`á!
Vaekue anga guaraní angete kañy
Aja va pehague tajy oiková heja rera poty jera
- TRADUCCIÓN DEL GUARÁN
Mientras el chamán rogaba en guaraní
Iba traduciendo el cura cunumí
¡Oh Dios!,
Protege a tus hijos que se van por el gran río;
Condúcelos a la paz de una nueva tierra sin mal
Con árboles y flores.
¡Id hermanos míos!,
Que Dios los protegerá
Como protege a la selva.
Porque habiendo selva tendrán hogar.
¡Id y venced los males!
Aunque los malos los quieran vencer.
Malos de piel blanca,
O morenos de la nueva raza.
¡Y Recuerden!
Que el alma guaraní recién desaparecerá
Cuando el último lapacho viviente
Deje de florecer.
Cunumí= joven, yasí=luna.- porá=linda
9- LA FE DE LOS JESUITAS
¿Qué fuego sagrado alienta al ser humano
A mantener intactas sus convicciones
Y no bajar los brazos ante la extrema adversidad?
¿Será el espíritu de la fe metido cual estilete
En el cuerpo, en el alma y en la mente,
Que los insufla de férrea voluntad como designio?
Si así fuera; debe interpretarse ciertamente.
Que fueron consagrados por la gracia celestial
Al entrar al glorioso “Ejército de Cristo”
Como exultantes soldados de su causa
Refrendando en juramento explícito y leal
Preservarlo con honor e inflexible ardor
¿Y en esta cruel encrucijada?
Jamás abandonarán la empresa señalada
Por más que en ella perdieran la vida
Porque sólo ellos sin la ayuda de nadie
Manteniendo la fe primitiva y terca decisión
Se pondrán al frente de doce mil voluntades
Y guiarlas a nuevos lares de paz y redención.
10- EL REY DE LA CREACIÓN
Kuarahy, el Karaí Resplandeciente,
despuntaba muy hiriente
avisando que el día vendría caliente.
Aunque la brisa
a la piel curtida del avá
que ya chorreaba sudor,
le brindaba cierta frescura
Paradójicamente sus rayos
asomando potentes
daban luz al magnífico paisaje
de formas y coloridos fantásticos,
obra de la mano del pintor divino.
Río y selva, cielo y sol,
pájaros volando,
monos chillando,
insectos curiosos, reptiles reptando,
roedores y mamíferos despertando,
ofrecen el espectáculo grandioso
de la naturaleza viva.
Nunca mortal alguno
podría crear algo tan bello,
ni siquiera sacar de la paleta
y transmitir al lienzo
lo que su mirada observa
y la mente lucubra.
Qué pequeñín es el hombre en la tierra
y menos de un átomo en el cosmos,
sin embargo, cuánto daño hace.
Dios mío ¿Es éste el rey de la creación?
Kuarahy= sol, Karaí= señor
11- CAMINO DE LA ESPERANZA
Doce mil almas en las balsas se apiñaron
al comienzo del éxodo terrible.
Y cuatro mil quinientos sobrevivieron
para reiniciar en el medio de la nada
la enorme y portentosa gesta heroica
de levantar treinta pueblos de leyenda
desde occidente del gran río Paraná
al oriente del Uruguay, el río de las aves
Cuatro mil quinientos pervivieron.
porque en el debe del éxodo infeliz,
se contabilizan los muertos en el río
y aquellos que en la selva fenecieron.
Verde selva engalanada de flores
que indiferente de los que huían,
jamás se separó como el mar Rojo,
facilitando el paso de los parias.
Y el verde, al contrario, verde siguió
voluminosamente enmarañado,
dificultando el camino del hombre
convertido en involuntario invasor
al destruir la vegetación a su paso
en violación al juramento protector.
Es el momentos en que la selva
insensible al conflicto humano
reacciona y activa como ser viviente
recursos defensivos con ferocidad.
Espinas y ramas se tornan agresivas
víboras ponzoñosas reptan belicosas
se lanzan impiadosos los mosquitos
y se multiplican las miasis en heridas.
Fieras locas oliendo carne humana
se acompañan de alimañas carroñeras,
y aparece ese raro y mortal proceso
que empalidece el cuerpo humano,
como un pesar más que debe soportar
el agotado espectro en retroceso
Y los chamanes ante ingrata situación
celosos defensores del sistema
en sus augures solemnes advertían:
Que la selva protege a todo ser viviente
cuando la busca como refugio natural,
pero si la atacan se vuelve tan cruel
que no distingue amigos de enemigos
y vengará la ofensa con cruel castigo
12- NOCTURNO
Entre la vastedad de las estrellas
brillando en cielo tan oscuro,
la luna dominaba el estuario
observando indiferente el escenario.
La luz reverberaba ondulante
sobre el gran río de los ríos
y la brisa del viento en superficie
minúsculas olas modelaba
que al chocar en la orilla juguetona
provocaba el murmullo titilante
del suave líquido en vaivén.
Era tan suave la cadencia
que sutil movimiento provocaba
de las cientos de balsas arracimadas
que aferradas una al lado de la otra,
al amanecer serían invadidas
por la marea humana desolada.
Cientos de balsas atracadas
En la orilla mansas esperaban
para acarrear al contingente
como si fueran míseras jangadas
y en el cruel y triste desarraigo
cual zombis los guaraní musitaban
Ay Tupá, ay Tupá
No me dejes en la estacada
Ay Tupá, ay Tupá es difícil la parada.
13- REZO EN AVAÑE´É
–Joike`y Chaemba`e: Ková va`irã jehu Oho Chupé Tembiepotá Ygua Ñandeyara ñembo`ejoike`y. Mopu`ã petei ñembo`e ndive jejaposey pe ñande ava ñeé–
Hermanos míos- expresó el avá- esto que sucedió- fue por voluntad de Dios- recemos al Padre Nuestro que está en el cielo- en nuestro familiar aváñe´é- y danzando por nuestra fe.
Ore ru reiméva yvágape
toñembojeroviákena nde réra.
Taoreañuamba ne mborayhu
Tojejapo ne rembipota,
ko yvy ári yvágapeguáicha.
Eme’êmo oréve ko’ára kóvape ore rembi’urã
opa ára roikotevêva.
Ha eheja reíkena oréve ore mba’e vaikue,
roheja reiháicha ore rapichápe hembiapo
vaikue oréndive.
Ha ani orerejátei reñepy’ara’ã,
ore pe’a avei mba’e pochy poguý
opa ára roikotevêva.
Ore ru reiméva yvágape= Padre Nuestro que estás en el cielo…
14- MBORORÉ Y EL TEMOR A DIOS
Con la manifiesta mística Jesuítica
y el portentoso ardor de los titanes
los Misioneros fundaron treinta pueblos
después del éxodo doliente y oprobioso.
Ave Fénix fulgurante que en su espacio
de cuya ponderosa y sublime redención
albergó a miles y miles de familias
en hogares formalmente construidos.
Y ante la amenaza de la nueva arremetida
de bandeirantes en busca de su presa
en simbiosis con los curas aguerridos
se prepararon en defender a la Nación.
Ya tenían preparado el bronceado cuerpo
a fuerza de instrucción y cuerpo a tierra
la moral de inquebrantable fortaleza
y el espíritu rebozando de pasión.
Que se venga nomás esa caterva
viles caza-hombres del averno
ya tenemos preparadas nuestras flechas
arcabuces, cañones y las lanzas.
Y se vinieron con ocho mil soldados
entre tupí, bandeirantes y mamelucos
cubriendo el Río Uruguay de costa acosta
con la parafernalia de su máquina guerrera.
Los enfrentamos frente al cerro Mbororé
en lucha a muerte por tierra y en el agua
y fueron nuestros golpes tan potentes
que en tres horas los teníamos de hinojos.
¡Ay Dios! de vencer estábamos seguros
nos salíamos de la vaina en dar combate
después que el cura guerrero en su homilía
con su arenga nos llenara de coraje.
15- ARENGA DEL CURA JESUITA
Hermanos: Debemos tener bien en claro- que en este momento aciago- ¡Solamente debemos temer a Dios y a nadie más!- Debemos entender- que al referirnos al temor a Dios- no es el caso temerle- sino diferenciar respecto de Él- el bien del mal. Y sabiendo de qué se trata- cada uno estará en condición moral- de no ofenderlo con el pecado.
El temor de Dios implica entender- que tenemos lucidez en diferenciar- cuando una cosa está bien- o cuando una cosa está mal. Recuerden que es una gracia divina- otorgado por el Espíritu Santo- que nos dota de real sabiduría- para obrar y actuar en la vida- frente al mandato de Dios.
Es un temor moral y espiritual- diferenciado del temor físico del hombre- que es el miedo que siente- frente a peligrosa agresión. En tal escena se huye o se pelea. Se huye por real cobardía- o cuando se está en inferioridad numérica- sabiendo que habrá oportunidad- para reivindicarse después.
Pasó con nuestros sufridos hermanos- hace solamente diez años- en el duro martirio del éxodo- cuando huyeron por la necesidad-
de salvar a la nación misionera- conservando en la intención- el fortalecerse y dar pelea- con el combate que hoy día- estamos dispuestos a dar.
¡Ya ven hermanos!- Teníamos la alternativa de huir- y sin embargo nos aprestamos a batallar- porque ahora estamos fuertes- ¡sabiendo que aquí está el bien- y entendiendo que allá está el mal!- Pues ellos pelean por esclavizar al hombre- y nosotros lo hacemos por defender nuestra tierra- el futuro de nuestro pueblo y la libertad.
¡Por todo esto Hermanos!- ¡Luchemos que Dios está con nosotros!-
¡Y sólo a Él debemos temer!
Mbororé= románticamente se traduce (1) “Lo que fue alguna vez”. (2)Nnombre de un cacique.
16- HOMILÍA (18-03-1641
Después de la Santa Misa
Ofrecida en acción de gracia
Por la fiera y cruel victoria
En la bella región de Mbororé
El Rector de los curas guerreros
Del grande ejército indiano
Lanzó la homilía siguiente
Dirigida a toda su gente.
Y para entrar en la historia:
Hermanos de la Nación Misionera
Tengan presente que eternamente
El territorio de la Mesopotamia
El territorio del Paraguay
El territorio del Perú
Y el territorio de los Orientales
Le deberán agradecimiento
Porque evitaron con sangre y fuego
Fueran esclavizados por imperiales.
Por tanto hoy día ruego a Dios
Que los hijos de la raza blanca
O la emergente mestiza morena
En el infinito tiempo por venir
Os protejan y traten como héroes
Respetando vuestras tradiciones
El portento de sus construcciones
Hecha realidad en las reducciones
De la pujante Nación Misionera.
¡Id hermanos míos!
Y convivan en paz y libertad
Porque la paz y la libertad
Consiguieron en brava lucha
Dejando girones de vida.
Id y convivid en familia,
y en la divina gracia de Dios.
17- AVANTI A COLONIA DEL SACRAMENTO
La avanzada lusitana.
Como cáncer en el mapa
Con la intención de expandirse
A la Banda Oriental llegaron.
Y en menos que canta un gallo
Sin mediar preaviso alguno
Fundaron en territorio Español
La colonia del Sacramento.
El porteño gobernador
De las nacientes Provincias
Se llevó un julepe flor
Y enseguida pidió socorro.
Por favor manden soldados
Pues yo no tengo defensa
Le dijo a los curas guerreros
De la Nación Misionera.
Vengan antes que arrasen.
Nuestra porteña ciudad
Con el ejército Misionero
Del virreinato el Goliat.
A la orden de a la carga
En un ataque potente
Los hermanos destruyeron
La Colonia allí fundada.
En tanto quedaron tendidos
Ciento setenta cadáveres
Desparramados en el suelo
De la Colonia fundada.
Y ciento setenta cruces
Se levantaron enhiestas
En el primer campo santo
De la Colonia fundada.
18- DESOLACIÓN EN COLONIA DEL SACRAMENTO
La noche del seis de agosto- con fuerza brutal superior- dio comienzo a la invasión- en desolada región.
Como marabunta hambrienta- cayó el ejército indiano- sobre la población medrosa- de la Colonia fundada.
Los defensores escudados – en miserables defensas- aguantaron un suspiro- la embestida feroz- en tan pobrísima Troya
Aterraba la visión- pues en tan reducido espacio- se esparcían los cadáveres- y sonaban lastimeros- los ayes del dolor- y el llanto de las mujeres.
En el centro de la escena- una mujer abrazaba- el cuerpo de un oficial muy joven- tirado en tierra encharcada- por la sangre derramada.
Los brazos del herido- correspondiendo a la vez- se aferraban a la mujer- de largo y negros cabellos.
El hombre de cara al cielo- con los ojos ya sin ver- convulsionaba de a ratos- mientras se le iba la vida.
La espalda de la mujer- mestiza de ojos verdosos- mostraba flechas clavadas- y orificios de balazos.
Y el vestido antes beige- que luciera primoroso- tenía cubierto de manchas – de color rojo escarlata.
En actitud solidaria- la mujer pretendió cubrir- con su cuerpo el cuerpo del amado- tendido en el suelo inerme- de la ilusoria Colonia.
La tragedia llegó a su fin- cuando estos seres unidos- exhalaron postrer suspiros- en el solar devastado- de la quimera Colonia.
Así los cuerpos sin vidas- de los infaustos amantes- dejaron libres sus almas- que etéreas se elevaron- hacia la tierra Sin Mal- Edén del hombre inmortal.
19- EN BUSCA DEL PADRE ANTONIO RUIZ DE MONTOYA
Fueron a Lima a buscar
El cuerpo del Padre Antonio
Con el fin de sepultarlo
En campo santo misionero
De su querida Loreto
El pueblo que tanto amó
Y que eligiera vivir en paz.
Cien misioneros guaraníes
Recorrieron a paso cansino
Mil cien kilómetros de ida
Mil cien kilómetros de vuelta
A rescatar al Padre Antonio
Y ofrendarle en su responso
El Réquiem de adiós terreno.
20- RÉQUIEM AL PADRE ANTONIO
El pueblo del alma guaraní
Te despide, noble Señor.
En instancia de soterrar tú cuerpo
se expanda el espíritu fraterno
que liberó de la esclavitud
a tantos hermanos;
renovando la esperanza
al desperdigado pueblo.
Desorientado.
Ya sobre el éxodo espantoso,
Ave Fénix en la miseria,
Has creado una nación
de fe, libertad, paz y religión:
Las Misiones Guaraníticas.
¡OH Dios mío!
¿Qué joven de veintiséis años
deja el buen vivir de la ciudad,
el lujo, la vanidad, el oropel,
y se adentra a la mar de la selva
para unir hermanos y fundar pueblos?
Pueblo sobre otros pueblos
Treinta pueblos
del occidente del río Paraná
al oriente del río Uruguay.
Con sus leyes, autonomía y cabildos.
Pueblos de ideales elevados.
Pueblos con trabajo, pan y techo.
Una nación de iguales.
Sin ambición de las cosas terrenas.
Sin avaricia, sin odios, sin apropiaciones.
Con fe en Dios Nuestro Señor
que nos guía hacia el camino
de la Tierra sin Mal.
Hoy te despedimos Noble Señor,
en tu querida Loreto que tanto amaste.
Fuiste Marangatú en vida;
Ahora Santo caminante
en la eternidad de la Tierra sin Mal
Descansa en paz, noble Señor.
La Nación Guaraní, agradecida,
Te agradece.
Marangatú= santo caminante
21- ÚTIMA CARTA DEL PADRE JUAN.- 31-12-1699
Querida hermana Beatriz:
Convencidísimo estoy- que escribo mi última carta- en la cual rezando ruego- a la Virgen y al salido de su entraña- que en sublime acto de bondad- concedan elevarme junto a ellos- en la gloria de la excelsa eternidad.
No quiero presenciar en vida- la entrada del siglo venidero- enancando razón y luz de iluminados- y soterradamente innoble y artera traición- a nuestra magnífica y ascendente Nación.
Lo siento y me entristece presentir- que obras de bellezas palatinas- creadas por la imaginación del hombre- otros de la misma estirpe y condición- destruirán sin contemplación.
Se estudia en la humana evolución- que la civilización fuerte se impone- sobre otra de más débil posición- no que destruya a sus hermanas- Puesto que entre pueblos de afines comuniones- guiados por la razón de las ideas- Caín no mata a Abel- como presiento sucederá- con miles de inocentes vidas- aniquiladas en combates fratricidas.
Pero, ¡oh, Beatriz!, ¿qué me sucede?- Que radiantes imágenes percibo- y otras etéreas que se acercan- en celeste universo de ilusión- y me pregunto si será visión de anciano- O voy rondando en otra dimensión.
Veo a Jesús acercándose sutil- y a la Virgen con dulzura y calidez- extender sus brazos hacia mí.
Veo intensa luz que irradia prestamente- inmensa paz de redención- y los rostros de espíritus serenos- volátiles desplazarse en derredor.
Veo a Ñaroí tan carialegre- y a los queridos San Ignacio, Antonio Ruiz y Aguaraí- ¡Y a papá y a mamá junto al Chamán! -en sinfonía de real felicidad.
Te veo a ti Beatriz de mi nostalgia- rodeada de nuestros hermanos entrañables- de parientes y amigos tan queridos- y de los niños que alegraron nuestra infancia.
Entonces mi querida Beatriz- si todo esto no es visión de anciano- ni espejismo de áridos desiertos- debo admitir conscientemente- que guiados de las manos de Jesús y de María- arribé al lugar donde no existe el mal- y a la vez reconocer que mis plegarias- fueron escuchados por ellos ciertamente
22- FUNERAL DEL ÚLTIMO CURA MARANGATÚ
La noticia de la muerte del Padre Juan- el último cura Marangatú viviente- cofundador de la República de los Jesuitas- corrió veloz por los treinta pueblos.
Atravesó en susurros selvas y praderas-el anuncio de la partida terrenal- de este querido ser tan singular- venerado por una nación agradecida- siendo las tres de la tarde de lluvioso día- el tiempo y la hora de las almas bendecidas.
Según la primaria tradición- Los nativos volvieron a rezar- bailando y cantando por el santo cura- al son de tribales danzas milenarias- repitiendo en plañidero coro- versos funerarios del guarán.
Oraban con alegre sentimiento- presumiendo que el espíritu
del muerto- pronto hallaría a sus queridos seres- en el deseado espacio celestial- donde no hay corruptos ni existe el mal.
Lo llevaron a enterrar al cerro Mbororé- lugar sagrado del suelo misionero- con su sotana, su rosario y mirando al río- puesto que en tan mítico lugar- peleó junto al indiano regimiento- bajo el mando de los curas aguerridos- a fuego y sangre y apecho descubierto- por ser libres y vivir con dignidad.
Y cuenta la leyenda guaraní- esparcida in voce a los cuatro vientos- que allí el avá entendió con claridad -que la dignidad es la virtud moral- en que se apoyan la equidad y la libertad.
Marangatú= Santo caminante
23- COMIENZO DEL OCASO
¡Insólito! dijo el Mburuvichá, a los Tuvichá presentes-
El rey traidor pactó con el enemigo- En contubernio de escritorio-
La devolución de aquellas tierras- Que recuperamos a sangre y fuego-
Para gloria del hispano.
Y en la mesa diplomática- Decide sin nuestra anuencia-Trocar nuestros siete pueblos- Al oriente del Río Uruguay- Por Colonia del Sacramento.
¡Neike lo mitá! ¡Jamás permitiremos!- Y vayamos a la guerra- Contra los imperios unidos- De la España y Portugal.
Y culminando el suceso- El ejército Misionero- Se aprestaba a batallar- Antes de perecer- Como República Ignaciana- En los áridos y amarillos campos- Del bastión de Caibaté.
Y con voz quebrada por el llanto- Llena el alma de pena y compungido- El Benjamín de los Avá en la contienda- Vociferó funesta maldición- Que asemejó con profunda bronca- Un largo sapukai de rebeldía- Que trepidando a lo lejos resultaría- El último grito de plena autonomía- En la doliente Nación que fenecía.
Neike lo mitá= Vamos muchachos. Sapukai= grito del avá
24- LA MALDICIÓN DEL AVÁ
¡Escuchen malditos lusos y españoles!
Hasta ayer enemigos hostiles
hoy se acoplan con el fin de destruir
a seres humildes y sin maldad
ciudadanos que viven en libertad
por la sublime gracia de Dios.
Se unen casualmente por codicia
sin conformarse con lo que tienen
y cual avaros desean más y más
en la creencia que la felicidad final
reside en la riqueza material
por encima de la piedad cristiana.
Y sin importarles respetos humanos
pretenden echarnos de nuestro suelo
que supimos labrar con dignidad
en esta Nación erigida noblemente
organizada en sociedad comunitaria
la ilusión de otros pueblos del planeta.
Tengan presente en sus pobres vidas
que a ustedes también los echarán
en sangriento devenir no muy lejano
y no por trabajar la tierra dignamente
sino por absolutistas, por mezquinos
por crueles asesinos de inocentes.
Y la maldición de vuestros descendientes
que recibirán de herencia en este continente
será el enfrentamiento entre ellos mismos
sin que jamás encuentren el camino
que los lleve a lograr mínimamente
lo que ustedes se proponen destruir.
¡OH! Misiones República de iguales.
fundado en la moral y caridad cristiana
y en lo espiritual sobre el hado material
que ustedes hoy asolarán sin miramientos.
Por todo esto soportarán en el futuro
falsos profetas y gobiernos hegemónicos
que embusteros prometerán uno tras otro
paz, justicia, igualdad y libertad;
Sueños nobles concretado por nosotros
y que ustedes en odio “amancebados”
arrasarán con tremendo genocidio.
¡Por tal razón, malvados, los maldigo.
Caibaté= hierba en la altur
25- CANTO DE FE DEL CHAMÁN ANTE LA MUERTE
Bendita es la estirpe de los Ñaró
que nos dieron hombres fuertes
que ayudaron a levantar nuestra nación
con inteligencia y templanza.
Que Tupá los bendiga,
porque ellos dieron al solar
lo que tuvieron que dar
por la paz en tiempos duros,
y vivir en bonanza y dignidad.
Ahora Tupá nos dice:
“Han logrado lo que anhelaban,
comunión y paz espiritual.
Como en la tierra sin mal.
Multiplicaos de aquí en más
a través de la mujer guaraní,
el vientre de la raza.”
Ellas, hermanos, son nuestro futuro;
Y en agradecimiento recemos a Tupá
por la llegada de la niña:
De nombre Amambay
26-CAIBATÉ
Montado en su ruano el Padre Sebastián,
con el torso desnudo y la cabellera al viento,
apenas si escuchaba del avá la maldición
que lanzaba aullando a los cuatro puntos.
Su mente sometida a la sensación visual
contenía únicamente el contorno natural
del verano más cruel castigado por el sol,
donde el amarillo sobresalía sobre el verde
que pronto marchitaría si seguía la sequía.
Nada conmovía al Padre Sebastián
ensimismado totalmente en su yo interior,
como si el ambiente exterior girara en paz
y lo alejaba de la realidad terrena.
Tal vez respondía a una orden superior
que lo instaba a permanecer muy calmo
y lo hiciera percibir difusamente
el grito de “a la carga” del Mburuvichá
los bramidos y sapukai de los lanceros.
Y los cascos retumbando en polvareda
De repente iridiscentes refucilos
salieron de arcabuces y cañones
provocando alaridos de dolor
y cadáveres dispersos por doquier.
¿Y si el silencio letal siguió a la muerte?
¡Entonces por fin! la guerra halló su fin
Pero, ¡Oh milagro! ¿Dónde estoy?
Se preguntó el cura sorprendido,
al ver el escenario ajado y bronco
reanimar en revival colores glaucos.
La armonía viva de matices verdes
revestía pleno bucólico ambiente
y hasta la pálida y maltrecha fronda
nuevas flores mostraba en los gajos.
Y el cerro Caibaté opaco y rocoso,
redimiendo esplendores pasados,
se cubría de musgo esmeralda,
en contraste con el azul del cielo
que expandía el eco de aves canoras
entre querubines rubios y morenos.
La paz serena invadía el ambiente
Y el Padre Sebastián contemplativo
Ya sin absorber el caluroso viento,
dejó de sudar y perdió todo escozor
que pudiera lastimarle el cuerpo.
Y los heroicos y nobles misioneros
defensores hasta morir de la Nación
se mecían sonrientes a su lado
morando en una nueva dimensión
Mítico lugar donde la paz hallaron
que los hacía felizmente guarecidos
de acechanzas y males terrenales
mientras sutil en sus almas se instalaba
la sublime calma del amor supremo
que los guiaba hacia la etérea cumbre
de la Tierra sin Mal tan anhelada.
Demiurgo infinito que los hizo musitar:
Mi Señor, sea eterno este sumo bien.
Padre Sebastián: Uno de los cuatro consejeros de Padre General en Roma
27- DESPUÉS DE LA BATALLA
Los cadáveres de hombres de torsos desnudos
Esparcidos sobre el campo de espartillos secos
Reflejaba el acto inmoral de la desigual contienda.
Tuvo su fin a la hora en que el sol manda sus rayos
Con la fiereza infernal de los veranos más calientes
Y vuelven locas a las víboras y alimañas de la siesta.
Pocos pájaros aleteaban en desolado tramo,
Salvo carroñas de pico curvo y mirada torva
Que volando oscuros en tétrico pneuma
Sopesaban lúgubres el momento de posar
En las deshojadas ramas de espinillos mustios
O en el pedregoso páramo de la cruel contienda.
¿Qué atrae más a estos comensales del aire
Que llegan al festín sin ser invitados?
¿Los muertos desparramados por doquier?
O los pocos prisioneros amontonados
Que enlazados a otros tantos lacerados
Estoicos se desangran sin gemir dolor.
¿Dolor? Si desde el principio de los tiempos,
El guaraní fuerte y valiente en su donaire
Al caer herido en batalla o riña solitaria
Jamás de los jamases revelará su tormento
Puesto que el dolor lo acerca a Ñande Yara
Habitante y dueño eterno de la Tierra sin Mal
Ensoñado lugar de los míseros humanos
Tierra Sin Mal= cielo
28- LA ÚLTIMA CARTA DEL PADRE SEBASTIÁN
Caibaté de las Misiones, 8 de Febrero de 1756, año del Señor.
Estimado Padre General en Roma, Aloysius Centurione
Cuando usted reciba la presente carta
ya no estaré en este mundo,
aunque sí en el lugar que todo cristiano
anhela residir después de muerto.
Ignoro el momento,
porque lo mío no es un suicidio,
pero, presumo,
será en unos días en el campo de batalla.
Mi intención primaria es pedirle disculpas
por no haberme despedido en el momento
en que decidí regresar a esta tierra
que a la vez es mi patria de adopción.
Tenía presente que de haberlo hecho
usted me habría reprochado mi deserción
de las filas del Ejército Jesuita
lo cual habría generado pláticas vanas
e interpretaciones filosóficas y políticas
que en ese momento de crisis moral
no estaba en condiciones de afrontar.
En mi concepto abandoné la Orden
¡no el sagrado Ejército de Cristo!
pues por encima de toda organización
primero está Él y sus santos mandatos
que nos enseñan a amar al prójimo
y a defender por siempre a los desvalidos,
en este caso, a la Nación de las Misiones
acosados por la insolencia de reyes necios.
¿Recordáis la bienaventuranza del Señor
que nos dice que los mansos verán a Dios
y los pobres habitarán el reino celestial?
Ergo, los misioneros son seres pacíficos
con hambre y sed de justicia; sin embargo,
la jerarquía de la Orden no se comportó
con la entereza de la fe comprometida
al aceptar el trueque de los siete pueblos
y permitir la expulsión de sus habitantes
que penando están sin hallar consuelo.
¡Pero por Dios!,
tendrán el bálsamo de los perseguidos
habitar el Celeste Olimpo tras la muerte.
No me permitiré juzgar al hombre,
que dirige la Compañía de Jesús
¡No, por favor!; jamás lo haré
digo nada más que al aceptar
la excesiva presión imperiosa del rey
os habéis puesto en lugar incómodo.
Y yo, ante la alternativa de seguir en Roma,
decidí ponerme al lado de mis hermanos
que están sufriendo el agravio del despojo
¡de lo que siempre fue suyo!
Lo terrible no es solamente el abrupto desarraigo,
sino el haber destruido un modo de vida distinto,
al que Tomás Moro en su libro Utopía describió
y que en nuestra amada Misiones se transcribió.
Utopía es un país inexistente, imaginado ideal,
fundado en la justicia, la bondad y la razón
bajo mínimas leyes terrenales.
Una sociedad cuyos primos principios sostienen:
la libertad, el bienestar general y la solidaridad,
y el lugar donde la avaricia y codicia no existe
¡ni tampoco la propiedad privada!
En Utopía trabajo y descanso son obligatorios
y lo obtenido de la producción comunitaria
se distribuye a cada cual según necesidad
respetando un mismo plano de igualdad.
Además es el lar donde la familia es el bastión
y a los ancianos lo veneran con respeto,
pues gozan de cuidados especiales
y revisten de mentores comunales.
Asimismo los nuevos gobernantes
duran un solo año en su mandato
luego remplazados por otros nuevos,
¡y si no sirven se los echan sin reclamos!
Igualmente entre ellos no hay esclavos
y los considerados en tal categoría
son los que han cometidos fechorías
y expían su pena labrando el doble.
Utopía está ubicada en una isla
en la cual cincuenta pueblos conviven
bajo equilibrados principios de vida
semejante a los treinta pueblos misioneros.
Y como nadie ambiciona lo que el otro tiene,
no hay guerras ni expoliación entre los pares.
No obstante están alertas y prevenidos
De ataques piratas y bucaneros sañudos.
En religiosidad son libres de profesar la fe
que cada uno considere conveniente
para satisfacer la conciencia y el espíritu
sin molestar a los que dicen que no creen.
Y si cerrarais los ojos y la mente volar dejarais
tratando de carear la índole de estos dos Estados:
Utopía y las Misiones Jesuitas
os seguro que no hallaríais diferencias.
Y si cotejarais estas repúblicas de iguales
con las del mundo ilustrado de los blancos,
comprobareis que existen extremas diferencias,
puesto que en la moderna civilización de Europa
la avaricia, la traición, la envidia
la falta de libertad, la pobreza y la injusticia
están a la orden del día.
En tanto las ambiciones desmedidas
corrompen los sectores del poder,
al punto que nadie está seguro de su puesto
desde que el hijo del rey mata por el cetro.
Y el mismo rey para que herede el preferido,
en constantes intrigas palaciegas
que inclusive a su mujer la decapita
para casarse con la nueva favorita.
Si atisbamos el entorno subalterno,
el Canciller, los ministros, funcionarios,
amanuenses y hasta el mínimo ordenanza
temen caer del pedestal y ser depuestos
por aviesos y expectantes conjurados.
Y a su vez, quienes vienen en remplazos
advertirán al poco tiempo a codiciosos
tratando corroer sus plácidos asientos,
al punto de creer que vuestra jerarquía
sea ambicionado por nuevos Alcibíades
Y en tal ambiente de vasto desorden
se ven intrigantes y cofradías varias
confabularse en tumbar la Orden
por arrebatarle toda su poder.
Y si les fuera posible a los Jesuitas
que expandieron la fe por el neo mundo
sin medir efectos ni daño profundo
los borrarían de la faz de la tierra.
Con esta misiva mi querido Padre,
os revelo el estado de mi espíritu
y la felicidad que embarga mi corazón
al haber encontrado aquí en la selva
mi rincón del mundo sirviendo al Señor.
Y lleno estoy de dicha sin igual
al exponer que el bienestar general
se construye cuando hay buena voluntad,
que en las Misiones se practica en libertad .
Y os digo sosteniendo mis razones
sin ánimo de atizar los corazones
que allá afuera los blancos gobernantes
a brazo partido deberán luchar
por hallar entendimiento entre los hombres
que aquí en Misiones se pudo lograr;
Repito:
el principio de entendimiento que los guíe
a la senda constructiva del bien común.
Con esto me despido de todo corazón
rogando que encontréis en el Señor
la fortaleza que todo cristiano necesita
en las horas oscuras de la desazón.
Y principalmente usted la necesitará
que de aquí en más tendrá que lidiar
en soledad contra quienes mal nos quieren
teniendo al Santo Papa de único sostén.
Padre Sebastián Gamarra`.
29- FINAL DE LA TRAGEDIA
Estimado Padre Superior
Contesto vuestra interrogación
Partiendo del mismo momento
En que nuestra congregación
Allegó por superior mandato
A suplir a la hermandad Jesuita
Expulsada en forma ignominiosa
De esta portentosa y vital nación
¿Situación actual?
Ha pasado más un año de nuestra llegada
Y el escenario no puede ser más confuso.
Siguen guaraníes abandonando los poblados
Yendo unos al norte adentrándose a la selva
Y otros hacia el sur en busca de cobijo y pan
Porque aquí nadie planta ni cosecha nada.
¿Y los bienes de la hacienda?
Rapiñadas entre los neo amos de estos lares,
Puesto si en extremo malo resultó a los vecinos
Que le hayan sustraídos los bienes terrenales:
Industrias, inmuebles, semovientes y yerbales
Muchísimo peor y todavía más conmovedor
Ver niños llorando en busca de sus padres
¿La venta de las tierras parceladas?
Fue realizada bajo un modelo inmoral
En el cual inescrupulosos funcionarios
Hicieron pingües y turbios negociados
Favoreciendo a una rancia camarilla
A hombres del poder con sus amantes
Y a surgentes capistotes indecentes
¿Las subastas de las grandes estancias?
Fueron repartidas entre pícaros criollos,
Mestizos acomodados y jueces tramposos
Apoderando lo mejor de enormes campos
De manera que pocos arrasaron con todo.
Y por necesidad los indigentes indios
Son sirvientes de esta naciente oligarquía,
Que al ser amos de personas y haciendas
Se erigieron en nueva casta de caudillos
Para colmo ignaros sin lustres ni brillos
¿La expulsión de los hermanos Jesuitas?
Fue inmensamente nefasto e indigno
Porque dio el golpe final que liquidó
El entramado socio-cultural y político
Y destruyó las pujantes reducciones
Que de haber seguido subsistiendo
Hubiera servido de modelo integrador
Con nuevos colonos que se avinieran
A convivir en este régimen socializado
Y en relación a otros pueblos afincados.
¿Y nuestra actual función?
Se limita a observar con mucha pena
El ocaso de los prósperos pueblos,
De la nación Misionera y Guaraní
Que paulatinamente son abandonados
Y en breve se convertirán en taperas.
Impotentes asistimos a la diáspora
De habitantes que todo lo abandonan,
No porque no sepan gobernarse,
Sino porque mantienen el concepto
Que en un sistema de libertad y justicia
No existe imposición ni expoliación
Y porque tampoco jamás aceptarán
El avance de la inmoralidad y la codicia.
30- EL SUEÑO
Usted sabe mi señor
Que yo anoche tuve un sueño,
Y en el sueño soñaba
Que yo estaba en este suelo
Y mis padres en el cielo;
Venturosos sonreían.
Soñaba que me decían
“No te preocupes “che” niño,
Que si allá hay odios sin unión,
Acá hay amores que unen,
Es por eso que algunos suben
Y otros se quedan abajo.
Suben, che niño, suben
Los desamparados sin techos,
Los hambrientos de justicia,
Los engrillados de la verdad
Que penando en soledad
Reclaman por libertad.
También suben, che niño suben
Los altruistas y el pordiosero,
Los bondadosos, los justos,
Los que reparten amores,
Sea en la paz o en la guerra
Cumpliendo los mandamientos.
No suben, che niño, no suben
Los codiciosos y avaros,
Los que usan a los necesitados,
Los aprovechadores de pobres,
Los asesinos y tiranos.
Esos mi niño no suben,
Tampoco los que rezan y son ladrones.”
Che niño= mí niño
EL TAJÍ (lapacho)
El cielo está encapotado
Gruesas nubes como espadas
Ennegrecen el espacio celestial
Hiriendo la carne del indio.
Cae la sangre indiana
Tiñendo todo de rojo
La tierra ancestral rubí
Escarlata las cataratas.
Más emerge el espíritu indiano
En la savia del Tají florecido
Cubriendo de rosa rosa
La espesura del bosque verde.
Y los chamanes siguen voceando
Que la indómita estirpe guaraní
desaparecerá de la faz de la tierra
cuando deje de florecer el Tají
y no hayan mestizos errando.