Trabajadores de turismo en contra de la decisión de liberar registros y operadores: “El que antes comercializaba de manera ilegal, hoy tiene vía libre”

El anuncio de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) presidencial, efectuado el miércoles pasado, generó inquietud y controversia en el ámbito turístico al establecer la desregulación de la actividad. Trabajadores del sector manifestaron su descontento ante estas medida.

Si bien el documento señala que esta medida busca fomentar «una mayor competencia entre las empresas del sector», la decisión no pasó desapercibida, y diversas entidades turísticas y referentes del sector salieron a cuestionarla.

La Ley 18.829, derogada por el DNU, era considerada como el único marco normativo que regulaba la actividad de las agencias de viajes, generando malestar y confusión en el sector. La derogación de esta ley deja a la actividad plenamente desregulada y, en este marco el presidente del Colegio de Profesionales de Turismo de Misiones, Emilio Simón, expresó su preocupación respecto a los cambios.

El decreto deroga tres leyes, sin embargo, las N° 18.828 y N° 26.356 que buscan «liberar la actividad de alojamientos turísticos de carácter privado y reducir su carga burocrática», son leyes que quedaron obsoletas, por lo que su eliminación no representa grandes cambios. Por otro lado, la Ley N° 18.829, sí tiene injerencia en el sector.

Simón sostuvo que las críticas no solo se centran en la derogación de la ley, sino que también apuntan a las posibles consecuencias. La desregulación podría abrir la puerta a la competencia desleal, permitiendo la actividad de prestadores informales sin controles. Esto, según indicó, aumentaría significativamente el riesgo de estafas y fraudes en el sector turístico. “El que antes comercializaba de manera ilegal, hoy tiene vía libre para hacerlo y no hay nadie que lo controle”, añadió.

La falta de un marco jurídico a nivel provincial para regular las agencias de viajes podría dejar a los consumidores desprotegidos y sin vías de reclamo. La incertidumbre recae en si las provincias podrán asumir el rol de contralor y regular la actividad de manera efectiva.

Frente a la situación, se plantearon distintas posturas y propuestas. Algunos abogan por la necesidad de una normativa actualizada y menos burocrática que se ajuste a la realidad actual del turismo. Otros, como Simón, sostienen que la derogación sin contar con un reemplazo adecuado deja un vacío legal peligroso.

Asimismo, destacó la importancia de reconocer «la formación y la voz de los profesionales en el sector». La desregulación, además, afectaría a pequeñas y medianas empresas, que conforman la mayoría del sector y que ya enfrentan dificultades económicas: «No son monopolios como dijo el Presidente», remarcó.

Las expectativas respecto al futuro del sector turístico están marcadas por la incertidumbre. La posibilidad de repensar y actualizar las limitaciones de la ley anterior es vista con optimismo por algunos, mientras que otros temen las consecuencias negativas de la desregulación.

La discusión continuará en el Congreso, donde se espera que se presenten propuestas y se analice en detalle el impacto de la derogación. En los próximos días, se definirá el camino que tomará el sector turístico en medio de este cambio normativo que genera un profundo debate en la industria.

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