En la jornada sobre el cambio climático realizada en la Legislatura Misionera, el Ministro de Cambio Climático de la tierra colorada, Gervasio Malagrida, hizo hincapié en la necesidad de tomar medidas urgentes para proteger el medio ambiente y preservar el futuro de la humanidad.
El Ministro recordó los inicios de la lucha por la conservación ambiental en la región, mencionando que los misioneros colocaron una «barrera firme» en defensa del entorno natural. Sin embargo, enfatizó que hoy se enfrenta nuevamente la tarea de mantener esa barrera, que representa la vida y la biodiversidad de la zona.
Malagrida mencionó cómo la devastación y el extractivismo han llevado a países vecinos, como Brasil y Paraguay, a sufrir pérdidas significativas en sus recursos naturales. Destacó que es vital para todos los misioneros, y la humanidad en general, tomar conciencia de la importancia de proteger los recursos para el bienestar presente y futuro.
El Ministro alertó sobre la situación del Paraguay, donde se ha perdido un 82% de la base de recursos en solo 200 años, mientras que en otros países se ha visto afectado en un 97% debido a la revolución industrial. Esta advertencia resalta la necesidad de cambiar el modelo actual y pensar en un futuro sostenible.
Haciendo referencia a la historia de lucha de los misioneros por la libertad de los pueblos, desde la época de San Martín y Andresito, el Ministro subrayó que ahora es crucial unirse como especie humana para sobrevivir. El cambio climático afecta a todos por igual, y la resiliencia del planeta es más fuerte que la nuestra, por lo que es imprescindible tomar acciones conjuntas.
Malagrida también hizo énfasis en el término «resiliencia», mencionando que es esencial enfrentar la adversidad y adaptarse a los desafíos que el cambio climático presenta. En ese sentido, celebró el compromiso del Ministerio del Cambio Climático y el gobierno en general, pero sobre todo, destacó la importancia de que los misioneros sean conscientes de que la protección del medio ambiente no es un eslogan, sino una realidad ineludible.
