“Quiero llorar por mi Nación”, expresó el sacerdote Alberto Barros al conocer los últimos datos de pobreza e indigencia del país

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC), la pobreza bajó al 36,5% en el primer semestre de 2022 pero aumentó la indigencia un 8,8 %. Ante estas estadísticas, brindó su testimonio el titular de Cáritas Misiones, el párroco Alberto Barros.

Estos datos muestran un cambio con respecto a los números de cierre del 2021, período en el que se informó que la cantidad de población por debajo de la línea de la pobreza era de 37,3% y de la de indigencia 8,2%.

El padre Alberto Barros señaló que más allá de los números y los análisis de los expertos, es más de la mitad del país que está entre la pobreza y la indigencia, “es una realidad muy triste”.

“Estamos en un país rico en recursos naturales, que produce alimentos, que haya gente, incluso asalariada, que esté por debajo de los índices de pobreza es lamentable, es una decadencia de hace décadas y que vino con los años”, sostuvo.

“Quiero llorar por mi nación”, expresó el religioso cuando recordó que “hay menores en situación de bajos recursos y abuelos en estado de vulnerabilidad, quienes apenas pueden comprar sus alimentos, sin alcanzarle para sus remedios por la escaza jubilación que cobran”.

Manifestó que “vivimos en un país donde el ambiente es de desánimo y reina la desesperanza”. Señaló que estos datos del INDEC abarcan el primer semestre del año, mientras que, aún falta el segundo, que consideró será peor en lo que resta del año.

En este contexto, dijo que se trata de un fracaso del gobierno nacional, y de las dirigencias políticas gremiales, sindicales y empresariales, “los cuales no son incapaces de sentarse a dialogar, a consensuar políticas de estado a mediano y largo plazo, que ayuden a sacarnos de este pozo”.

Barros hizo hincapié en que los gobernantes piensan más en su poder y en las candidaturas en vez de trabajar en el servicio por el bien común, “lo vemos todos los días, existen grietas absurdas, enfrentamientos, falta de generosidad en las dirigencias y mediocridad en el sector político”.

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El religioso destacó la importancia de pensar en un país con un desarrollo integral para las personas en los sectores económico, social, cultural, laboral y espiritual. “Si estamos como estamos es porque no logramos generar como sociedad espacios de convivencia sana, de unidad, de fraternidad, y en los valores que hacen al desarrollo de un país como el bien común, la justicia, dejando de lado el individualismo”, expresó.

Sin embargo, señaló que existen valores morales y espirituales muy fuertes entre los argentinos, “los cuales nos permitirán unirnos como hermanos, como nación y recuperar otros valores para el desarrollo del país, pero debemos descubrirnos para caminar todos en el mismo sentido y revertir este fracaso”.

Por otro lado, Barros habló sobre los especuladores de precio: “Por eso insisto en las políticas de estado para regular este tipo de casos, porque estas personas se meten con los alimentos, un producto básico y esencial para vivir en la vida de todos, especialmente de los niños, que son los que comen mal y van a las escuelas sin alimentarse, aquí también entra el sistema educativo, lugar donde descendió la asistencia de muchos escolares y es otra problemática”.

Sobre aquellas personas que cobran la asignación por hijo y planes para poder subsistir con la asistencia del Estado, Barros se negó a dar declaraciones sobre el uso de estos muchas veces criticado por la misma sociedad, por no comprar para lo que realmente está destinado ese dinero, que es alimentos y productos esenciales para las familias. “No diré nada al respecto porque hay mucho prejuicio, la maldad y la bondad no son propiedad de ningún sector social. La problemática no pasa por comprar un celular sino pasa por la pobreza y la alimentación”.

Se refirió a aquellos que compran celulares o artefactos tecnológico con este subsidio: “Hoy en día un smartphone no es un lujo, recordemos en pandemia familias que tenían muchos hijos y sólo un celular, donde la situación se les complicó; también la compra de un televisor, eso no hace la diferencia en la compra de alimentación, con 40 mil pesos no se da de alimentar a varios niños”.

“En general, entre los vecinos se cuida mucho a los niños, que son un tesoro para la sociedad. Eso no quita que exista el deterioro de los adultos, aquellos que hace tiempo no trabajan, sobrevivientes del día a día, hay muchos elementos que hacen a la decadencia”, afirmó.

Para finalizar, nombró que el INDEC sostiene que una familia es indigente con un sueldo por debajo de los $58.000. Debido a ello, cerró: “Hoy en día ese dinero no te alcanza para comprar casi nada, tres cosas en el supermercado te salen $4.000 y una familia de 4 personas necesitan comer, vestirse, tiene gastos escolares, entre otros”.

 

 

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