Reflexión del Centro Familiar Cristiano: «Más allá de los ojos físicos»

Helen Keller al año y medio de haber nacido, quedó ciega y sorda. Su historia es impactante. Helen estudió y se graduó con honores en la universidad. Se convirtió en escritora, conferencista y política, fue reconocida por luchar (1880-1968) por los derechos de las personas con discapacidades. Ella escribió la frase "Lo único peor que no tener vista, es no tener visión".

Los médicos y los docentes decían que era imposible que Helen lograra aprender como los demás niños. Pero sus padres no se dieron por vencidos y contrataron una institutriz que fue clave en su vida. Esta maestra le enseñó el lenguaje para sordos y le ayudó a nombrar y a imaginar cosas que ella nunca había visto.

Helen estudió y se graduó con honores en la universidad.  Se convirtió en escritora, conferencista y política. Es conocida por luchar en su época (1880-1968) por los derechos de las personas con discapacidades. Ella escribió esta frase que es tan cierta: “Lo único peor que no tener vista, es no tener visión”.

Hay personas en el pueblo de Dios que están caminando sin visión, sin propósito, sin saber lo que Dios quiere con sus vidas. Viven el momento, esperando a ver cómo se van dando las cosas, en vez de ser intencionales, conforme a un propósito y a una visión. Somos el pueblo de la Palabra. Somos herederos de la promesa, por lo tanto necesitamos activarnos y enfocarnos para poder alcanzar lo que Dios planeó para nuestras vidas.

 

LA FE

«Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan» Hebreos 11: 2-6 RVR.

Dos características que tiene la fe que agrada a Dios:

1-  Cree que Él existe.

2- Que premia a quienes le buscan. Es decir, reciben lo que piden.

Nuestra intensidad de búsqueda debe crecer. Debemos hacer algo en pos de la visión, porque la visión es una fe activa. La capacidad de visionar es santificada.

 

Hay tres obstáculos que no nos permiten tener la visión de Dios

1- No sentirnos aptos

No creemos que Dios puede hablarnos, o que hay un propósito sobre nuestra vida: Pero fue a nosotros a quienes Dios reveló esas cosas por medio de su Espíritu. Pues su Espíritu investiga todo a fondo y nos muestra los secretos profundos de Dios.

Nadie puede conocer los pensamientos de una persona excepto el propio espíritu de esa persona y nadie puede conocer los pensamientos de Dios excepto el propio Espíritu de Dios. Y nosotros hemos recibido el Espíritu de Dios (no el espíritu del mundo), de manera que podemos conocer las cosas maravillosas que Dios nos ha regalado (1 Corintios 2:10-12 NTV).

Nosotros podemos conocer todas las cosas que vienen de parte de Dios. El Espíritu Santo nos revela todas las cosas y es para todos, es para los hijos. Dios tiene cosas maravillosas para nuestra vida. Por eso desarrollar la identidad en Cristo es importante (1 Pedro 2:9 RVR).

 

2- Por no abandonar el “sillón emocional”

Es la zona de confort, el conjunto de todos aquellos lugares físicos y espirituales en donde nuestra mente se siente segura, cómoda y protegida. Es lo que nos da seguridad porque nos resulta familiar. Las actividades que están dentro de esta zona de confort las realizamos sin mayor sobresalto, por ejemplo, lo cotidiano. Pero las que están por fuera suelen provocar temor, estrés, ansiedad, vergüenza, inquietud.

Esta zona es un lugar donde nada sucede. Permanecer allí es la excusa perfecta para no avanzar, no hacer, no arriesgarse y por ende no crecer. Necesitamos soltar la mentalidad de sillón si queremos caminar en la visión que Dios tiene preparada para nuestra vida

 

3- El diablo nos lanzó una flecha:

En tiempos antiguos se usaban flechas encendidas para dañar al oponente, quemar y arruinar sus posesiones. Si en una batalla la flecha caía sobre un soldado no solo lo mataba a él sino que destruía a todo a su alrededor.

Cuando satanás lanza flechas sobre tu vida el objetivo es el mismo: que quedes muerto, herido y el pueda destruir todo a tu alrededor (Efesios 6:16 NTV). Las flechas que el enemigo lanza pueden ser muchas: la ira, el enojo, el orgullo, la mentira, los vicios, la infidelidad, la victimización, la crítica, la baja autoestima, el desánimo, el cansancio espiritual, y la favorita del infierno, que es el legalismo, para que lo importante no sea la intimidad con Dios y el crecimiento en el espíritu.

 

Para tener visión necesitamos 2 cosas:

1- Activar nuestra fe.

2- Escribir lo que esperamos que suceda, colocar en un lugar donde se pueda ver, creer, orar y profetizar.

El profeta Habacuc llevó a Dios su carga. Dios le respondió y le dijo: escribí lo que va a suceder en el futuro y no te preocupes que, aunque tarde, se va a cumplir.

«Subiré a mi torre de vigilancia y montaré guardia. Allí esperaré hasta ver qué dice el Señor y cómo responderá[a] a mi queja.  Entonces el Señor me dijo: «Escribe mi respuesta con claridad en tablas, para que un corredor pueda llevar a otros el mensaje sin error. Esta visión es para un tiempo futuro. Describe el fin, y este se cumplirá. Aunque parezca que se demora en llegar, espera con paciencia, porque sin lugar a dudas sucederá. No se tardará» Habacuc 2:1-3 NTV.

Y declara confiado que sin importar lo que sus ojos físicos estén viendo en el presente, él se alegra en el Señor porque sabe que vendrá lo que está esperando. «Aunque las higueras no florezcan y no haya uvas en las vides, aunque se pierda la cosecha de oliva y los campos queden vacíos y no den fruto, aunque los rebaños mueran en los campos y los establos estén vacíos, ¡aun así me alegraré en el Señor ¡Me gozaré en el Dios de mi salvación!» Habacuc 3:17 NTV.

De la misma manera sucederá en tu vida, profetiza un futuro de gloria sobre cada situación que estás viviendo, y confía porque ¡Dios lo hará!

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de victoria!

Pastora Cecilia Libutzki

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