La OTAN y Rusia no ceden las negociaciones sobre el conflicto en Ucrania y Putin no descarta desplegar misiles en Cuba y Venezuela

Un complejo choque de intereses complica las relaciones entre los Estados Unidos y Rusia y pone fecha de caducidad a la paz en Europa. Tras una semana de reuniones bilaterales en Ginebra entre las partes implicadas en el conflicto en Ucrania, las negociaciones no han conseguido rebajar las tensiones que han alcanzado un nivel sin precedentes desde la caída de la URSS.

Lejos de calmarse el conflicto en Ucrania, la situación en la frontera entre el país europeo y Rusia sigue escalando y amenaza con generar nuevos daños colaterales: el viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Riabkov, dijo que no «confirma ni desmiente» un eventual despliegue militar en Cuba y Venezuela, y condicionó todo a los próximos pasos que dé Estados Unidos. Los rusos ya tienen desplegadas alrededor de 100.000 tropas a lo largo de la frontera.

El estallido de un conflicto bélico en la frontera entre Rusia y Ucrania parece inminente, a pesar de las promesas del Kremlin que no tienen planes para hacerlo. Este jueves, el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, ha hecho una lectura pesimista de las reuniones delante de lo que ellos consideran que ha sido uno “no” rotundo de Occidente a sus propuestas para rebajar las tensiones.

Conflicto en la frontera entre Ucrania y Rusia

Riabkov ha argumentado que “el principal problema es que los EE. UU. y la OTAN no están dispuestos hacer ninguna concesión de ninguna clase”.  Como ya llevaban avisando desde hacía días, los rusos no descartan replicar la situación límite de la crisis de los misiles cubanos de 1962 y desplegar armas en Cuba y Venezuela.

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El presidente ruso Vladimir Putin advirtió sobre «medidas militares-técnicas adecuadas» si siguen los roces con Occidente. Rusia exige un compromiso por parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de que frenará su expansión hacia el este y de que no aceptará la integración de Ucrania, este último punto fue abiertamente rechazado por el organismo.

No obstante, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió que «hay un riesgo real de un conflicto armado en Europa«, tras la reunión con Rusia. En un tono similar, el canciller polaco y nuevo presidente de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), Zbigniew Rau, evaluó que el «riesgo de guerra» en la región era el mayor en 30 años.

La agenda diplomática entre Rusia y Occidente comenzó este lunes con conversaciones bilaterales entre las delegaciones rusas y estadounidenses; seguida por el encuentro con la OTAN el miércoles; y la reunión con la OSCE este jueves.

Tras las reuniones, el vicecanciller ruso Riabkov -que lideró las conversaciones con Estados Unidos el lunes- , describió las negociaciones con Occidente como un «callejón sin salida o diferencia de enfoques» y que no veía ninguna razón para sentarse de nuevo en los próximos días para reiniciar las mismas discusiones.

Por su parte, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que si Rusia estaba dispuesta a comprometerse para continuar las conversaciones, el conflicto en Ucrania se podía resolver «pacíficamente». «Esto es, claramente, preferible para todos», agregó.

En Estados Unidos, el bloque demócrata del Senado presentó un proyecto de ley sobre eventuales sanciones el caso de que Rusia decidiera invadir Ucrania. El proyecto impondría amplias sanciones a altos cargos militares y gubernamentales rusos, incluidos Putin y otros dirigentes, así como a instituciones bancarias claves. También se dirigiría a las empresas rusas que ofrecen sistemas de mensajería segura como SWIFT, que los bancos utilizan para intercambiar información clave con otras instituciones financieras.

La insistencia de Estados Unidos en las sanciones subraya una creciente sensación de impaciencia en la Administración Biden respecto a la postura europea. Por un lado, los funcionarios estadounidenses no están contentos con que los países europeos no hayan llegado a un acuerdo exactamente sobre qué sanciones aplicarían en el hipotético escenario de que Rusia invadiera Ucrania.

Pero a Estados Unidos también le preocupa que los líderes europeos estén mal preparados para responder si Putin toma medidas que no lleguen a ser una invasión abierta, como ciberataques o campañas de desinformación reforzadas.

 

Fuente: El Cronista.

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