El fútbol y el arbitraje argentino está de luto ya que este jueves falleció Jorge Vigliano, exárbitro. Padre del actual juez Mauro, transitaba una dura enfermedad. En la provincia de Misiones se lo recuerda por una gran anécdota que terminó perjudicando a Guaraní Antonio Franco en un partido allá por el año 1985.
Una triste noticia sacude el mundo del fútbol argentino debido a que falleció Jorge Vigliano a los 78 años tras estar varios días internado. Hace tiempo luchaba contra el cáncer de garganta. Fue padre de Mauro Vigliano, actual árbitro.
«Lamentamos informar el fallecimiento de Jorge Vigliano, quien marcó el legado del amor por el arbitraje. Padre de Mauro, Paulo y Enzo», fue el sentido mensaje que publicaron en la cuenta oficial de Twitter de la Asociación Argentina de Árbitros.
Jorge Vigliano, de extensa trayectoria en el arbitraje tanto nacional como internacional, tuvo una carrera de más de 50 años. Dirigió 17 años en Primera División.
En 1984, fue protagonista de un incidente mientras arbitraba el encuentro entre Independiente y Ferro, luego de recibir un piedrazo proveniente de la tribuna del entonces conocido como Estadio de la Doble Visera. En esa ocasión, fue repudiado por sus decisiones dentro del campo de juego.
La anécdota de Jorge Vigliano en Misiones
En 1985, Guaraní Antonio Franco disputaba su última participación en un torneo Nacional. El equipo enfrentaba a Ferrocarril Oeste en Villa Sarita e iba ganando 1 a 0. Claramente, lo dirigía Jorge Vigliano.
A los 43 minutos del segundo tiempo, Vigliano sancionó un penal a favor de la visita. El tiro lo tomó Juan Domingo Rocchia y convirtió. Dos minutos después Vigliano sancionó otro penal a favor de Ferro. Ejecutó nuevamente Rocchia y también convirtió. De esa forma, el equipo visitante ganó 2 a 1.
La historia no finalizaba al pitar el silbato ya que cuando fue a tomar el vuelo de regreso a Buenos Aires, estaba por subir a la escalerilla del avión, por la noche, la policía lo demoró y lo trasladó a la seccional Primera ante una denuncia efectuada por el escribano Osvaldo Torres por “mal desempeño de sus funciones”.
Posteriormente, Vigliano fue liberado y pudo viajar al día siguiente. El hecho pasó a la historia del fútbol misionero y nacional ya que no se conoce un caso similar en todo el país.
El tiempo pasó y no quedaron rencores. Ni de Misiones hacia Vigliano ni de los Vigliano hacia el fútbol misionero. Seguramente deben atesorar la anécdota como una de las cosas más insólitas y divertidas que le pasó a la familia en su exitosa trayectoria en el fútbol argentino vistiendo “de negro”.
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