Asamblea de la ONU | Jair Bolsonaro defendió el uso de medicamentos sin comprobación científica contra el Covid-19

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, defendió este martes, al abrir la Asamblea General de la ONU, el uso de medicamentos sin comprobación científica contra el coronavirus, atribuyó a las cuarentenas el aumento de la inflación y sostuvo que no hay corrupción en su Gobierno, investigado por el escándalo de un intento de compra fraudulenta de vacunas.

 

El mandatario de la ultraderecha también invitó a los líderes mundiales a visitar las políticas ambientales de su gestión hacia la selva amazónica y aseguró que llegó al gobierno en 2019 cuando Brasil «estaba al borde del socialismo».

 

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, defendió este martes, al abrir la Asamblea General de la ONU, el uso de medicamentos no comprobados científicamente contra el coronavirus, atribuyó a las cuarentenas el aumento de la inflación y sostuvo que no hay corrupción en su Gobierno, pese a estar investigado por un intento de compra fraudulenta de vacunas.

 

El mandatario de la ultraderecha también invitó a los líderes mundiales a ver por si mismos las políticas ambientales de su gestión hacia la selva amazónica y aseguró que llegó al Gobierno en 2019 cuando Brasil «estaba al borde del socialismo».

 

Bolsonaro repitió las tesis atribuidas al negacionismo de que existen remedios preventivos contra la Covid-19 y repudió la existencia de los «pasaportes de vacunas» para poder ingresar a lugares públicos, algo que vivió en carne propia en Nueva York, donde tuvo que comer en la vereda pizza y picaña brasileña porque dice no haber sido vacunado.

 

«Vengo aquí para mostrar un Brasil diferente a lo que se publica en los periódicos o se ve en la televisión», disparó Bolsonaro, quien, sin Donald Trump, es el dirigente del país más grande del mundo dominado por la ultraderecha.

 

El presidente brasileño dijo también que su gestión apoya la vacunación contra el coronavirus, aunque repudia su obligatoriedad, y militó a favor de remedios como la cloroquina, un medicamento que el mismo promocionó en Brasil como parte de un nunca comprobado tratamiento precoz contra la Covid-19, que además ahora está siendo investigado como un posible crimen contra la humanidad por el Senado.

 

«Desde el inicio de la pandemia, apoyamos la autonomía del médico para buscar tratamiento precoz, siguiendo la recomendación de nuestro Consejo Federal de Medicina. Yo mismo fui uno de los que se sometieron al tratamiento inicial. No entendemos por qué muchos países, junto con gran parte de los medios de comunicación, se opusieron al tratamiento inicial. La historia y la ciencia sabrán responsabilizar a todos», desafió.

 

Bolsonaro repitió que Brasil estaba «al borde del socialismo» y que durante los Gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) había cooperación con países comunistas.

 

«Brasil tiene un presidente que cree en Dios, respeta la Constitución y sus Fuerzas Armadas, valora a la familia y le debe lealtad a su pueblo. Eso es mucho, es una base sólida, considerando que estábamos al borde del socialismo«, afirmó.

 

«Todo eso ha cambiado. Les presento ahora un nuevo Brasil con su credibilidad ya recuperada», dijo y enumeró programas de infraestructura de su Gobierno.

 

 

Biden en la ONU: «No estamos buscando una nueva Guerra Fría»

 

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, centrósu discurso ante la Asamblea de la ONU en una reivindicación al multilateralismo y el fortalecimiento de las organizaciones internacionales, y aseguró que no busca «una nueva Guerra Fría», en medio de la creciente tensión con China e incluso con algunos de sus socios por su nuevo acuerdo militar en el Indo-Pacífico, «una de las regiones más significativas para el presente y para mañana».

 

«Estamos en un punto de inflexión en la historia», sentenció Biden y coincidió con las múltiples crisis presentadas unos minutos antes por el secretario general de la ONU, António Guterres, aunque destacó que este complejo momento también presenta «una oportunidad».

 

«Estoy aquí para reafirmar el compromiso de mi Gobierno hacia un futuro más pacifico y próspero para todas las personas» y agregó: «Trabajaremos para salvar vidas frente al covid-19, enfrentaremos la amenaza del desafío ambiental y defenderemos la dignidad humanidad y los derechos que se forjaron en esta institución, o dejaremos esos valores universales en la búsqueda del poder político».

 

Biden se cuidó de no mencionar a China, el rival que eligió en su política exterior desde el primer día de su Gobierno, pero mencionó muchos de los temas que tensan actualmente la relación bilateral: su reciente acuerdo militar con Australia y Reino Unido en el Indo-Pacífico -que enojó también a algunos de sus socios-, el «ciberterrorismo» y la defensa de los derechos humanos.

 

«No estamos buscando una nueva Guerra Fría o un mundo dividido», aseguró el mandatario, pero agregó: «Continuaremos defendiendo a nuestros intereses y a nuestros aliados, pero para proteger a nuestros intereses, la misión debe ser clara y realista, y en acuerdo con nuestros aliados. El uso de la fuerza debe ser el último recurso, no el primero«.

 

Y en ese apunto, volvió a defender su decisión de retirar todas las tropas estadounidenses de Afganistán el mes pasado: «Mientras cerramos una etapa de guerra continua abrimos una de continua diplomacia».

 

Asimismo, prometió respetar completamente el acuerdo nuclear con Irán, si la República Islámica «hace lo mismo», una posición que Teherán rechaza porque fue Estados Unidos, bajo el Gobierno de Trump, el que decidió abandonar el tratado.

 

Biden también destacó sus políticas dirigidas a una transición verde, llamó a defender los derechos de las mujeres, pidió escuchar las voces que reclaman «dignidad humana» -«vemos a los ricos hacerse más ricos cuando hay personas que les cuesta poner comida sobre la mesa», destacó- y comprometió 10.000 millones de dólares para «terminar con el hambre».

 

Además, aseguró que quiere «duplicar» su contribución al financiamiento contra el cambio climático.

 

«Esto convertirá a Estados Unidos en un líder en finanzas públicas para el clima», destacó y prometió enviar la propuesta al Congreso estadounidense.

 

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