Una escena de película | El crimen de Cristian Sotelo contado desde adentro: “Yo vi todo”

En la mañana del pasado 13 de junio, el barrio A 3-2 de Posadas se paralizó casi por completo al escuchar la lluvia de balas que recayó sobre el populoso barrio de la capital misionera. Ese día fue asesinado a balazos Cristián “Casimiro” Sotelo y, resultaron heridos otros dos jóvenes.

Encapuchados a bordo de dos camionetas y de un Volkswagen Gol, dispararon a quema ropa a cualquier persona que se cruzaba por su camino. Fueron efectuados más de veinte disparos y los agresores estarían vinculados al narcotráfico, según indicaron testigos.

 

Como consecuencia del hecho, un auto Ford Ka fue secuestrado ya que el mismo había sido abandonado sobre el Puente del arroyo Zaimán. En principio se tenía el dato de que este vehículo pertenecía a la banda involucrada en el hecho, pero en averiguaciones realizadas primeramente por Misiones Online, pertenecería a Marcos Sotelo, que socorrió a su tío Casimiro.

 

Marcos Sotelo fue el testigo clave de la balacera que tiño de luto la mañana del pasado 13 de junio. “Yo estaba en ese momento, vi todo

 

Mucho se comentó del motivo de la balacera en el barrio A 3-2 de Posadas, una fiesta clandestina “fallida” fue lo que desencadenó el conflicto. “Era el cumpleaños de uno de mis primos, le había prestado el auto a mi hermano y me lo pinchó, por eso yo andaba con el Ford Ka,  que después salió en las noticias que estaba estacionado sobre el puente Zaimán”.

 

crimen de cristian sotelo

 

En la manzana 21 del barrio se estaba realizando una fiesta, en la cual dentro de ella estaba uno de los Sotelo, Diego. “Esa noche agarre ese auto y con mi amigo Marcelo fuimos a la joda a la vuelta de mi casa, a buscarle a mi hermano”.

 

Recordó que al llegar al lugar, sin bajarse del auto, le consultó por su hermano a un joven que estaba justamente afuera de la casa donde se estaba realizando el evento. “Le pregunto a un morocho si no le vio a mi hermano Diego, el me había dicho que iba a ir ahí”.

 

 

“Eh todo bien me pregunta el vago, si todo bien le digo. Me pregunta si no tenia eso (refiriéndose a cocaína) y le digo que no. Ya soy grande, tengo 18 años me dice. El tipo no era del barrio”. Fue eso lo que desencadenó la primer agresión de la noche, “le digo al que estaba conmigo mira este y cuando le miro de nuevo al morocho me mete una piña, me baje del auto y le metí un botellazo en la cabeza. Le digo hijo de puta que me pegas y me subí al auto de nuevo”. Los ahora detenidos estaban todos en ese lugar, pero ninguno hizo nada en ese momento, solo se quedaron “mirando”.

 

“Subí al auto y me vine. El vago me pegó, yo le pegue y terminó todo, no es que hubo una pelea en la joda de ellos. Fue todo porque yo no le quise dar droga al vago ese”, desmintiendo el comentario que circulaba de que el conflicto se había ocasionado porque no le dejaron entrar a la fiesta clandestina a la familia Sotelo.

 

Momentos después de ese suceso, se reunieron todos los familiares en la cuadra donde habitan los Sotelo. “Nos encontramos en la cuadra de la casa de mi mamá con Casimiro, mi primo Maxi y Marcelito”. Casi (Cristian Sotelo) nunca estuvo en la fiesta clandestina, el estaba en el cumpleaños de mi primo. Se estaba yendo justo con el helatodo a dormir”.

 

 

Comentó que se quedaron charlando sobre la cuadra en cuestión por algunos minutos cuando se empiezan a escuchar ruidos, parecidos a cohetes. Lejos de ser fuegos artificiales, eran ruidos de bala que llovían desde la esquina hasta mitad de cuadra donde estaban los Sotelo. “Habían pendejitos caminando por la cuadra”.

 

 

“Miramos que se acercaba una camioneta blanca S10 todo polarizada. Pasan de la manzana 19 a la de enfrente, le estaban disparando a la gurisada y decían ´eaea´. Un vago de capucha se bajó, se arrodilló y tiro dos tiros, cuando tiro yo quiero entrar a la casa de mi vieja pero el portón estaba cerrado, entonces me escondo atrás de un árbol. Mi tío Casimiro y Maxi entraron a la casa de mi tía al lado, pero ahí no hay nada que los podía proteger.  Entra la camioneta blanca y yo veo todo. Vi que uno tenía una pistolita negra cortita, una ametralladora”.

 

«Es mentira que se pasaban la pistola para disparar, porque todos tenían armas”

 

“Le veo perfectamente a Elio Castillo en una de las camionetas”, refiriéndose al Garrafero, a quien se le dictó la prisión preventiva en las últimas horas. “Yo veo todo de costado, veo que todos disparan y, la camioneta blanca viene con una Uzzi. Elio Castillo manejaba la camioneta y disparaba. Eran por lo menos ocho personas”.

 

 

Disparaban a quema ropa y al que caminaba. “Cuando dejaron de disparar salgo de atrás del árbol y voy donde estaba mi tío tirado. Mi primo Maxi me dice Marcos me hirieron y Casimiro en ese momento ya estaba quedando blanco, pero no se veía la sangre”.

 

Las dos camionetas y el Volkswagen Gol dan la vuelta a la manzana y vuelven otra vez al lugar donde estaban las víctimas. “Vuelven a venir de nuevo y disparan otra vez. Entro a la casa de mi tía Gladys con mi primo Maxi. Yo quede en shock y mi tío quedo tirado afuera”.

 

“Yo le vi bien a Elio Castillo con una 9mm, manejaba y sacaba la mano por la ventanilla para disparar”.

 

crimen de cristian sotelo

 

Pasados esos minutos del terror, los sanguinarios huyeron del lugar, dejando un impresionante desorden, una víctima fatal y dos heridos de bala. “Cuando no escuchamos más ruidos salimos de la casa de mi tía. Casimiro ya estaba moribundo. Le levanto la remera y tenía un tiro en el pecho, le agarramos con mi hermano y le subimos al Ford Ka para llevarle al Hospital, mientras que a Maxi le llevó mi otro tío”.

 

Varios kilómetros recorrieron desde el barrio A 3-2 hasta el Hospital Ramón Madariaga. Al llegar, un camillero del lugar confirmó la muerte de Cristian Sotelo. “Vuelvo para el barrio, pero me quedo sin nafta sobre el puente Zaimán. Mi auto estaba lleno de tiros”.

 

La banda de los Cafú

 

A Diego Cafú también le vimos bien. Dentro de la camioneta también estaba Pitoka, un morocho medio gordito, Belko y, obviamente Elio Castillo. Todos los que están hoy imputados dispararon”.

 

Una lluvia de balas recayó sobre el barrio A 3-2 el pasado 13 de junio. Los disparos de arma de fuego se llevó consigo la vida de “Casimiro” Sotelo, un hombre trabajador y muy querido en el barrio. “Fue una lluvia de balas, dispararon como 40 veces. Yo no me desespere porque estaba en shock”.

 

Diego Cafú de 25 años, es uno de los cuatro imputados por el crimen de Sotelo y, uno de los aparentes cabecillas de la banda criminal. “Diego Cafú se arrodilló a disparar. Son una banda que se cree la gran cosa, no sé exactamente a que se dedican. A Diego Cafú le conozco, andan en la droga, pero en la grande. Si vos preguntas ellos tuvieron presos por robo de autos”.

 

El primer dato que se manejaba era que el conflicto esa madrugada se ocasionó porque los ahora imputados no le habrían dejado ingresar a una fiesta clandestina a los Sotelo, pero en la realidad eso no fue así. “Nosotros nunca tuvimos problemas con ellos. En otro momento, uno de los Cafú le dijo a mi tía que un Sotelo iba a morir. Cuando había discusiones ellos te mostraban la pistola”.

 

Al fiel estilo de Pablo Emilio Escobar Gaviria

 

Encarnados en la piel de los sicarios que mataban y delinquían tras las órdenes de uno de los Narcotraficantes más famosos que tuvo la historia de la humanidad, ese día en el barrio A 3-2 de Posadas se vivió algo similar. Hombres transformados en sicarios, armados hasta los dientes, disparaban al que se le cruzaba por el camino, sea hombre, mujer, o niños.

 

Incontables fueron los disparos e impactantes los relatos de los allí presentes. Quizás la persona más inocente murió ese día, Cristian Sotelo de 41 años. “Casimiro no tenía nada que ver, si no le encajaban el tiro en el patio de mi tía, le iban a disparar en la esquina porque le estaban disparando a toda la gurisada. Un pendejito de enfrente me dijo que él salió a mirar que pasaba y a los tiros le corrieron de la casa, tuvo que salir a correr”.

 

“Casimiro era muy querido en el barrio, se daba con todo el mundo. El laburaba en la política, cortaba el pasto”.

 

Hasta hace poco, la causa tenía seis detenidos, dos de ellos fueron liberados, mientras que Juan Carlos “Pitoka” R. (27 años), Elio “El Garrafero” (28 años), Germán “Belco” I. (25 años) y Diego “Cafú” T. (25 años), están seriamente comprometidos en la causa.  “Pitoka” y “El Garrafero”, están más complicados. “Los hoy imputados estaban en ese lugar, pero ellos eran como ocho. Es mentira que se pasaban la pistola para disparar, porque toditos tenían armas”.

 

 

Preventiva para los imputados por el crimen de Cristian Sotelo

 

De a poco fueron cayendo los sospechosos por el asesinato de “Casimiro”, dos de ellos ya fueron liberados mientras que a los otros cuatro, se les dictó la prisión preventiva

 

La medida fue dispuesta por el Juzgado de Instrucción N°6, a cargo del Magistrado Ricardo Balor y, además se dispuso que sean alojados en la Penitenciaria de Cerro Azul.

 

 

Hasta hace poco, la causa tenía seis detenidos, dos de ellos fueron liberados, mientras que Juan Carlos “Pitoka” R. (27 años), Elio “El Garrafero” (28 años), Germán “Belco” I. (25 años) y Diego “Cafú” T. (25 años), están seriamente comprometidos en la causa.  “Pitoka” y “El Garrafero”, son los más comprometidos en el crimen.

 

El juez Balor los imputó bajo los cargos de “homicidio y homicidio en grado de tentativa agravado por el uso de arma de fuego y por ser en poblado y en banda”, todo ello en relación a la balacera que protagonizó la madrugada del domingo 13 de junio en el populoso barrio A 3-2 de Posadas.

 

Armando Emanuel G. de 26 años fue liberado a raíz de la falta de pruebas que lo incrimine y, debido también a que en ninguna de las declaraciones testimoniales fue escuchado su nombre. Mientras que Diego Ezequiel R. de 27 años fue puesto en libertad al determinarse que al momento del hecho, el mismo se encontraba en el cumpleaños de su hermano.

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