Tras la certificación de producción agroecológica, fabricaron en Misiones dos tipos de abonos orgánicos para trabajar el suelo

Luego de conseguir la certificación de producción agroecológica, desde el Ministerio del Agro y la Producción en conjunto con el Instituto del Suelo, fabricaron abonos tales como el Fertilizante Foliar Líquido y el Bocashi y en ese proceso implementaron el uso de la agrotecnología, junto al conocimiento histórico y tradicional de los profesionales.

Guillermo Reutemann – FM Express

 

Desde el Ministerio del Agro de Misiones, el ingeniero agrónomo, Guillermo Reutemann, a cargo del Instituto del Suelo, explicó que tras la vinculación del abono tradicional con la agrotecnología, fabricaron dos tipos. Por un lado, el abono fertilizante foliado líquido, para el que desarrollaron ensayos previos durante tres años y brindó buenos resultados en cuanto al aumento del rendimiento. “En principio, fertilizamos el suelo de manera tradicional, y durante el período de brotes, aplicamos el foliar”, explicó.

 

El abono foliar se fabrica en las propias chacras con elementos propios de las mismas como por ejemplo suero de leche, miel de caña o de abeja que funcionan como el energizante de la mezcla, desechos de vaca, además de un complemento de sales minerales que disponen de nutrientes asimilables. “Esto otorga micronutrientes a los suelos, ya que generalmente, es un problema de deficiencia que tienen los mismo, principalmente los suelos yerbateros”, precisó Reutemann.

 

En cuanto a la producción del abono sólido orgánico, al que también se conoce como Bocashi, se trabajó directamente desde la corporativa yerbatera asociada a Sayri, una empresa que produce tabaco mediante la denominada Agricultura Regenerativa que cumple con los mismos principios que se usa para la Agroecología.

Abonos
Abonos orgánicos: el bocashi es una de las opciones de preparación para enriquecer el suelo.

Según explicó Reutemann, el abono Bocashi se fabrica también con productos propios de las chacras como el aserrín, la cascarilla de arroz, cenizas, carbonillas y polvo de basalto, estos se activan con microorganismos y se fermentan sin un proceso anaeróbico, donde se realizan movimientos diarios para la mezcla y en los primeros días se hacen solo dos volteos ya que las temperaturas que se activan son muy elevadas. Luego de esta primera parte, se espera hasta el día 30 de la elaboración del producto, ya que es cuando el abono se estabiliza y se puede utilizar. “Es una mezcla bastante seca, es decir que una vez que está hecha ya se puede embolsar”, dijo.

 

El objetivo de esta fabricación de ambos abonos, es la búsqueda de la estabilización del sistema, es decir, depender de menos insumos, disminuir los costos de los mismos, y mantener los márgenes con menor inversión al igual que los riesgos, “porque lo que productor recauda es lo mínimo, debido a que, en gran parte, lo que se recauda de la producción se destina al costo de nuevos insumos”, comentó Reutemann.

 

Al respecto, explicó que “suelen considerar al suelo como algo estático”, pero no es así, ya que al suelo hay que tratarlo como un organismo vivo ya que posee metabolismo propio, “por lo que tenemos que devolverle algo de lo que le sacamos”, dijo. Además, agregó que el suelo tiene la capacidad de movilizar nutrientes permanentemente debido a que no es estático.

 

En cuanto a la fabricación de los abonos, comentó que se están utilizando en las plantaciones de yerba mate; también, aquellos que están trabajando con los tabacaleros de la empresa Sayri, lo están utilizando en el proceso de Agricultura Regenerativa para el tabaco. “Además, estamos trabajando en la fabricación e implementación de otros productos destinados al suelo”, precisó Reutemann.

Abonos
Abonos orgánicos: productores, junto a los organismos del Estado combaten la erosión del suelo.

Para la implementación del uso de los abonos en los suelos, se realizan análisis en los laboratorios del INTA y en el de la Facultad de Ciencias Forestales, ya que el Instituto de Suelo aún no cuenta con un laboratorio propio.

 

En los estudios se observa que uno de los problemas más graves que presentan los suelos es el deterioro físico del mismo, esto es debido a la pérdida de capacidad de filtración, de aireación y del impedimento al desarrollo radicular, esto se da a raíz de los problemas de erosión.

Abonos
Los abonos orgánicos ayudan a restaurar el suelo.

“El cuidado del suelo es parte de una serie de medidas que hay que tomar, como por ejemplo la cobertura de los mismos, como el uso de cubiertas y abono verde, por lo que estamos trabajando en arborización de yerbales donde tenemos que poner un techo sobre las plantaciones, ya que se dañan por el exceso de luz solar, granizos o heladas”, concluyó Reutemann.

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