«Amor, no me mates, estoy embarazada y te amo», la súplica de una mujer antes de ser asesinada por su amante

 

La víctima fue apuñalada en el estómago y luego degollada. La Policía arrestó al hombre gracias al video de una cámara de seguridad.

«Amor, no me mates, estoy embarazada y te amo». Esas fueron las últimas palabras que Ana María Lacramioara Di Piazza le dijo a su amante, Antonio Borgia, antes de que la matara a puñaladas en la localidad italiana de Partinico. Luego, el empresario huyó de la escena, pero fue arrestado a las pocas horas gracias a las pistas aportadas por dos testigos y al video de una cámara de seguridad.

Según medios locales, el hombre de 51 años planificó el asesinato de Ana María luego de que ésta le contara que estaba esperando un hijo suyo. Al respecto, amigas de la víctima agregaron que ella le había pedido 3000 euros para pagar sus consultas médicas, ya que se trataba de un embarazo de riesgo.

Ante esta situación, el empresario, que salía a escondidas con la joven desde hacía un año, la llevó en su camioneta a las afueras del pueblo con la excusa de tener un encuentro sexual. Pero, tras mantener una discusión, sacó un cuchillo y la apuñaló varias veces en el vientre.

Finalmente, Borgia le cortó la garganta, envolvió el cuerpo en sábanas y se deshizo de él en un campo cercano. Luego, lavó la camioneta y continuó con su rutina como si nada hubiese pasado.

Pero a pesar de los intentos del empresario por esconder el cuerpo, la Policía recibió el alerta de dos testigos que se encontraban en el lugar donde cometió el femicidio.

Uno de ellos dijo que vio cómo la joven corría cerca de una camioneta blanca mientras un hombre la perseguía con los pantalones bajos y un cuchillo. Más tarde, las autoridades pudieron comprobar sus dichos gracias a la grabación de la cámara de seguridad de una casa cercana. «Amor, no me mates, estoy embarazada y te amo», suplica la mujer en el video antes de ser asesinada.

Con pruebas suficientes en su contra, la Policía detuvo al empresario a las pocas horas, justo cuando se dirigía a la peluquería después de almorzar.

Acorralado por la evidencia, Borgia confesó el femicidio, pero acusó a Ana María de haberlo extorsionado. «Me dijo que me arruinaría si no le daba el dinero que me pedía, pero yo le dije que tenía dificultades financieras», declaró.

Actualmente, se encuentra imputado por los delitos de «homicidio», «portación de armamento ilegal», «ocultamiento de cadáver» y «provocación de aborto».

 

(TN)

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