El proyecto que generó polémica entre los ediles, tanto en la comisión de Tránsito y Transporte como durante la última sesión en el reciento, fue evaluado mediante un recorrido por la zona en una unidad del transporte público de pasajeros. Participaron vecinos, representantes de la empresa Tipoka y la Defensoría del Pueblo. El gran ausente fue el autor del proyecto, Maximiliano Florindo.
Luego de la polémica que se generó en el Honorable Concejo Deliberante de Posadas (HCD) por un proyecto de ordenanza para obligar a los colectivos del transporte público de pasajeros a circular por las colectoras de la exruta 213, ediles, vecinos de los barrios de la zona sur y representantes de la empresa Tipoka y la Defensoría del Pueblo, realizaron un recorrido en un coche que presta el servicio para vivir la experiencia de viajar en esas condiciones y analizar si es posible acompañar la iniciativa presentada por Maximiliano Florindo (Maximicemos).
El colectivo partió desde la Transferencia de Quaranta a las 8 y tuvo su primer obstáculo desde el momento en que pretendió ingresar a la colectora para circular en el sentido Norte- Sur por la presencia de camiones y automóviles estacionados en el acceso al taller de verificación técnica vehicular. A ellos se le sumó un primer badén, que por su profundidad obligó al chofer a frenar y maniobrar para poder continuar. “Sin gente el colectivo queda a cuatro dedos de tocar el asfalto, imagínense cargado, cuando las suspensión baja hasta cinco centímetros”, señaló René Rotta, representante de Tipoka.
Los mismos obstáculos se repitieron durante los minutos que duró el viaje, que finalizó en la rotonda de la exruta 213 y la avenida Cabo de Hornos para emprender el regreso el sentido opuesto, por la otra colectora. Durante ese viaje, Sonia Frank, presidenta de la comisión vecinal del barrio Jardín, cuestionó duramente a la empresa Tipoka y aseguró que los badenes son una excusa para que los colectivos circulen. “Tranquilamente pueden andar por la ruta y después ingresar a la colectora para las paradas, tan complicado no es”, señaló la dirigente barrial. En el mismo sentido se expresó Carlos Brunaga, de la Unión de Comisiones Vecinales, quien amenazó con tomar medidas más extremas, como cortar la ruta, para hacer escuchar sus reclamos.
Una vez finalizado el recorrido, Rotta, quien representa a la empresa cuyas líneas alimentan la Estación Trasferencia de Quaranta desde los barrios ubicados sobre la exruta 213, enumeró los inconvenientes que observan para poder realizar el recorrido por los “carriles exclusivos” que pretenden los vecinos y que impulsa Florindo. “Encontramos tres problemas: el ancho de la calle, que se va achicar si algún vecino estaciona mal, las condiciones de los badenes que no permitirán que los colectivo circulen a una velocidad comercial y la falta de dársenas para que las unidades puedan parar a subir o bajar pasajeros”, detalló.
En tanto desde el bloque del Frente Renovador de la Concordia, el concejal Andrés Mutinelli, señaló que dentro de la comisión de Tránsito y Transporte seguirá en estudio el proyecto. De los 14 concejales que hoy tiene Posadas, participaron del recorrido casi todos, a excepto Natalia Giménez (Frente Renovador de la Concordia), Martín Arjol (Unión Cívica Radical), Juan Rossberg (UNA) y la ausencia más notoria, Maximiliano Florindo, autor del proyecto que solo envió a parte de su equipo de asesores.
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