EXPEDIENTES: Recrudece el maltrato animal y se encienden luces de alarma en Misiones

Un pastor evangélico que decidió colgar a su perro de un árbol porque tenía leishmaniasis. Fue una ejecución a la vista de todos. Un conflicto entre familias que derivó en el asesinato de un perro como intimidación. Un vecino deplorable que “castigó” a un Pitbull encerrándolo cinco meses sin comida ni agua porque el ejemplar atacó a un caniche. Todos estos casos sucedieron este año en Eldorado, pero la lista podría seguir. El maltrato animal, penado por una ley nacional, por la legislación provincial y por normas municipales, recrudece en Misiones. Este año, hubo casos de detenciones y de intervención de la Justicia en muchos de los episodios. Sin ir más lejos, el pastor de Eldorado que encabeza el listado de ejemplos nefastos estuvo preso 15 días por haber ahorcado a su perro. De este fenómeno preocupante se ocupa esta edición de EXPEDIENTES, el programa policial y judicial de Misiones Online.
En el anteproyecto de reforma integral del Código Penal Argentino, se trata la temática. Endurece la pena para maltrato y crueldad contra los animales, estableciendo, por ejemplo, castigos de hasta cuatro años de cárcel y multa para quien comete esos delitos.


La actual ley nacional que rige en la materia es la 14346, que data de 1954. En Misiones, hay multas y hasta cárcel para los infractores en el llamado Código de Faltas. Y en Posadas, por ejemplo, se aprobó en 2015 una ordenanza de cuidado responsable de animales de compañía, con un contenido acorde a los tiempos que corren.
El abogado Manuel Balanda, una de las voces que tiene el informe de EXPEDIENTES, afirma que el camino legal tiene que responder a un cambio de paradigma que ubique a los animales como “sujetos de derecho” y no como “cosas”. Mencionó conceptos como el de bienestar y sanidad animal, en boga en otros países, que buscan armonizar la relación del ser humano con otras especies, haciendo foco en que el hombre no tiene derechos sobre la naturaleza (flora y fauna) de manera ilimitada.

El veterinario Ricardo Luzuriaga, ex funcionario municipal de Posadas y profesional de larga carrera y prestigio irrefutable, sostuvo sin titubeos que el “homo sapiens” es un ser peligroso, que demuestra tal afirmación con la depredación que ejecuta y con el sometimiento de otras especies. “El hombre domesticó al lobo, lo transformó en perro, y ahora debe hacerse cargo de las consecuencias”, repitió. Y consideró que sólo un cambio cultural, de la mano de la educación, puede generar el cambio suficiente para desterrar el maltrato animal.
“Yo vi gran parte de la película, porque hace muchas décadas que vengo trabajando en esto. Se mejoró, es cierto, pero falta mucho”, admitió.


Finalmente, Vanesa Florentín, secretaria de la asociación civil El Refugio, pionera en la lucha contra el maltrato hacia los animales en cualquiera de sus caras, sostuvo que el fenómeno refleja la violencia en la que está sumida la sociedad. “Quien hace eso con los animales es porque en su vida personal tiene problemas de violencia. Y se descarga con ellos, que no los pueden denunciar”, consideró.
“El caso más recurrente de maltrato es el abandono”, añadió Vanesa, quien coincidió con Luzuriaga con que la sociedad algo avanzó. Pero, aclara, “no mucho”.
En El Refugio, una especie de hospital de guerra para perros, hay alrededor de 260 canes, de todas las edades y algunos con diferentes patologías. Muchos de ellos, con sus cicatrices y lesiones permanentes, son el reflejo del poder destructivo que puede tener el ser humano con sus vecinos de planeta y con animales que desde hace miles de años aceptaron ser sus “amigos”.

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