Cómo prevenir la osteoporosis, una de las enfermedades más frecuentes en los últimos tiempos

Limitar la ingesta de calorías y acotar la diversidad de la dieta con el fin de bajar de peso voluntariamente es un comportamiento que pone en riesgo la salud de los huesos. Las claves de las especialistas para fortalecer el sistema óseo.

La magnitud de la expansión de la osteoporosis es alarmante. A nivel mundial, esta enfermedad afecta a 1 de cada 3 de mujeres de entre 60 y 70 años y a 2 de cada 3 de aquellas de más de 80 años. En Argentina, en tanto, se estima que 1 de cada 4 mujeres post menopaúsicas tienen la afección en, por lo menos, un área de su esqueleto.

«Esta es una enfermedad que puede afectar a personas de cualquier edad aunque se observa con más frecuencia en mujeres de más de 45 años y, sobre todo, de más de 65 años. Es una de las más comunes en la población femenina posmenopáusica», describió María Elena Torresani, experta en nutrición y directora de la carrera de Especialistas en Nutrición Clínica de la Universidad de Buenos Aires en un simposio en el marco de la Reunión Anual de la Asociación Argentina de Osteología y Metabolismo.

«También están en riesgo de padecer la enfermedad aquellas personas que son muy delgadas, las que toman durante largos periodos determinados tipos de fármacos, como los glucocorticoides, las que tienen antecedentes familiares y las que consumen muy poco calcio durante periodos prolongados de tiempo, fuman o toman alcohol o café en exceso», amplió.

La mejor forma de prevenir la osteoporosis es a través del cuidado de la salud ósea a lo largo de toda la vida. La recomendación de los expertos es ingerir, en promedio, 1000 mg de calcio y 600 ui de vitamina D durante la adultez.

Mónica Katz, médica especialista en nutrición, señaló que un problema es el gran porcentaje de la población que es dietante: «Es un comportamiento muy prevalente: en un estudio realizado por el Grupo de Obesidad de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) se observó que el 23% de un grupo de mil estudiantes universitarias realizaba dieta, sin una patología que lo justifique», detalló.

¿Qué sucede con esta cuestión? La directora de los cursos de posgrado de nutrición de la Universidad Favaloro advirtió: «Limitar la ingesta de calorías y acotar la diversidad de la dieta con el fin de bajar de peso voluntariamente es un comportamiento que pone en riesgo la salud ósea. Hay evidencia de que la práctica dietante es incompatible con la buena salud. Quienes practican dietas no suelen consumir los treinta nutrientes que son esenciales para la salud».

La osteoporosis es una afección silenciosa que no suele presentar síntomas. Las manifestaciones clínicas se presentan en etapas avanzadas y, en muchos casos, su diagnóstico es tardío. Los principales síntomas son los dolores óseos (particularmente en la zona lumbar), fracturas por impactos leves y reducción de la estatura a causa de colapsos de las vértebras de la columna.

En este contexto, los especialistas recalcan la importancia de realizar estudios de control (densitometría, TBS y análisis de laboratorio específicos) para lograr detectarla a tiempo y encarar el tratamiento oportunamente. Las fracturas son la principal complicación que causa la enfermedad: la pérdida de la densidad mineral ósea hace que los huesos sean más susceptibles a las fracturas, incluso durante actividades rutinarias como caminar, permanecer de pie o bañarse.

Si bien muchos alimentos contienen calcio, los productos lácteos son la fuente más sustancial. La incorporación a la dieta diaria de yogures (preferentemente fortificados), leche y quesos (descremados y de bajo contenido en sodio) son una medida sencilla y altamente costo efectiva para el cuidado de los huesos.

De acuerdo a un estudio elaborado por el Centro de Estudios de Nutrición Infantil (CESNI) más de la mitad de la población no consume la cantidad de porciones de lácteos recomendada. Los resultados de esta investigación arrojaron que 2 de cada 3 adultos no ingieren las dos porciones diarias de lácteos recomendada (65% del grupo entre 19 y 30 años y 69 % del grupo entre 31 y 65 años).

Los expertos puntualizaron los riesgos de excluir los lácteos de la dieta: «Hay evidencia de que el patrón vegano extremo se asocia al déficit de calcio y vitamina D -ambos nutrientes críticos para la salud ósea- y que quienes practican este tipo de dietas tienen mayor riesgo de padecer fracturas», explicó Katz. Y agregó: «También las dietas hiperproteicas impactan en la salud ósea porque hay un incremento en la excreción renal de calcio y eso deteriora al hueso. Para proteger la salud ósea hay que comer la porción justa de proteínas, ni menor ni excesiva».

«Es importante consumir una dieta balanceada que incluya alimentos con suficientes cantidades de calcio y vitamina D. Además, mantener un programa habitual de ejercicios ayudará a mantener los huesos fuertes», recomendó Torresani.

«A medida que aumenta la edad, particularmente durante la postmenopausia y envejecimiento, se reduce la absorción intestinal del calcio, lo que se compensa administrando un aporte diario mayor de calcio asociado a mayores dosis de vitamina D. De todas formas, hay que cuidar la salud ósea a lo largo de toda la vida: un bajo consumo de calcio en la adolescencia llevará a una edad adulta con un esqueleto que tendrá mucho mayor riesgo de sufrir fracturas a lo largo de la vida», concluyó.

Fuente: Infobae

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