It, la película estadounidense que hace furor gracias a un argentino

El director Andres Muschietti recibe elogios de colegas por su film sobre el terrorífico payaso.

Esto es vivir un fenómeno cultural en tiempo real. Con Stephen King comentando, vía twitter, lo que pasa con el estreno, y llamando a los ansiosos a leer o releer su mítica novela, para hacer tiempo hasta la segunda parte. El padre del terror, el autor más adaptado de la historia, dejó por un rato su pelea con el presidente Donald Trump para acompañar el estreno estadounidense de It, el 7 de septiembre pasado, con estas sentidas palabras: “Vayan al cine esta noche. Van a flotar”. Y cuatro días después, celebrando el estallido de la boletería y agradeciendo a los que habían ido a verla.

En Venecia, el mexicano Guillermo del Toro ganó el León de Oro de la muestra número 74 con su última fantasía de amor bizarro, La forma del agua, y con su foto y trofeo en mano publicó en simultáneo la felicitación que le dedica, emocionado, al suceso histórico de It: “Así es como se hace ESO. Gran trabajo, Andy! It hace historia en la taquilla y sienta un nuevo precedente para las películas de terror”. Con link a la nota de The Hollywood Reporter cuyo título se había quedado corto: el debut masivo de US$ 117 millones de los que habla terminó en 123.5 millones para el mercado doméstico, y cerca de 180 millones en el resto del mundo, con muchos países en los que todavía no se estrenó, la Argentina entre ellos (llega el jueves).

Algo parecido a lo que pasó con Mamá, que lideró el ranking boletero en su primer fin de semana, en 2013, con más de 100 millones de dólares recaudados, habiendo costado 15 millones de dólares. En ese debut en el largo, Muschietti y su coguionista y productora, su hermana Bárbara (con la que acaba de llegar a Buenos Aires), pusieron frente a cámara a la estrella Jessica Chastain junto al danés Nikolaj Coster-Waldau, el Jamie Lannister de Game of Thrones.

Fue la versión alargada de un corto de apenas 3 minutos, el que Del Toro había visto, con el entusiasmo suficiente como para ofrecerle al argentino ayuda para financiar el largo. Junto a ellos, punto en común con It, dos pequeñas protagonistas, Megan Charpentier e Isabelle Nélisse: ahora son siete los niños impopulares, los del Club de Perdedores, que hacen al personaje central de la adaptación.

Por la puerta grande, Muschietti pasa de ser uno de los pocos sudamericanos, en la industria del espectáculo, a cargo de productos clase A (de los poquísimos impulsados por el suceso de un proyecto propio). Hacerse cargo de la versión definitoria del novelón de King -1.400 páginas, publicado en 1986- y aterrizar la nave con semejante respuesta del público, hicieron a esa historia. Con la presión de la expectativa más alta y luego de una campaña de marketing ingeniosa, a la que sumaron involuntariamente gremios de payasos profesionales, enojados con la mala prensa que les trajo el regreso de Pennywise.

Payasos y muñecas -la siniestra Annabelle a la cabeza de la taquilla argentina, en su precuela- como las fuentes de terror primario de la época. Pero por debajo, o por encima, de coincidencias temporales o temáticas, una tendencia en alza, la del revival ochentoso, como demuestra la nostálgica Stranger Things, tan deudora del universo King, y ahora ratifica It, que comparte al joven Finn Wolfhard con la serie de Netflix.

Una película dirigida por un hijo de la generación que creció en la década gloriosa. De la infancia de King, los años cincuenta en que transcurre el relato original, a la nuestra, en la que traslada la acción del film. Ese paraíso perdido de música pegadiza, rulos batidos con spray, gusto dudoso en el vestir y terrores infantiles anclados en la memoria.

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