River sufrió un duro golpe en la altura y quedó muy complicado

En Cochabamba, a 2.500 metros, Jorge Wilstermann le ganó 3-0 en la ida de los cuartos de final.

River se vuelve preocupado de Bolivia. En su excursión a la altura todo le salió mal: perdió 3-0 ante Jorge Wilstermann, desperdició chances increíbles para al menos hacer un gol de visitante que podría cambiar la serie y ahora se jugará su futuro en el Monumental: el jueves en la revancha de los cuartos de final deberá golear a los bolivianos para seguir en la Copa Libertadores.

Cada vez que un equipo argentino va a jugar a la altura el desafío es doble y la incógnita sobre cómo reaccionarán ante esa circunstancia adversa sobrevuela la previa. River lo sabía. Tenía dos rivales: Jorge Wilstermann que asomaba como accesible para una instancia de cuartos de final de la Copa Libertadores y los 2.500 metros sobre el nivel del mar de Cochabamba.

El local no lo dejó ni aclimatarse. Fue un aluvión en los primeros minutos, lo acorraló, lo asfixió con desbordes por las dos bandas y abrió la cuenta con un bombazo de Edward Zenteno tras un córner desde la derecha.

Iban apenas 5 minutos de juego y el equipo boliviano sorprendía a todos de entrada.

A partir de ahí bajó el ritmo. Con la ventaja, el local manejó la pelota con pausa y River empezó a hacer pie. Progresó de la mano de Enzo Pérez, la manija en el medio. Aunque no lograba generar peligro el equipo de Gallardo porque Rafael Santos Borré y Nacho Scocco, sus dos delanteros, quedaban aislados en ataque.

Wilstermann era directo: apostaba a ganar un tiro libre en campo contrario y tirar la pelota al área o a los remates desde afuera.

A los 19 minutos, a la salida de una pelota parada, Serginho se quedó en el área y enganchó de volea un centro cruzado: la clavó en el primer palo pero estaba un paso adelantado y el grito de gol fue bien anulado por el asistente.

El único que cambiaba la ecuación en River era el Pity Martínez. Arrancando de derecha al centro, el 10 tuvo la chance más clara del equipo argentino en el primer tiempo con un zurdazo seco que salió besando el poste izquierdo del arquero Raúl Olivares.

En el segundo tiempo, el equipo argentino mejoró y parecía acercarse al empate. Es más, Scocco tuvo el gol tras un buen centro desde la derecha de Nacho Fernández pero el cabezazo del ex Newell’s fue rechazado en la línea.

De esa jugada, llegó la contra de Wilstermann y el 2-0. Nació en los pies de Cristian Chávez, el Pochi, el ex jugador de Boca, que asistió con un centro perfecto a Gilbert Alvarez, que metió un buen frentazo de anticipo contra el primer palo de Lux.

Fue un mazazo para River. Porque estaba comenzando a hacer pie en la altura, porque lucía más cómodo y quedaba más cerca del empate, pero justo en ese lapso recibió el segundo golpe.

El segundo grito dejaba al equipo de Gallardo en una posición incómoda en la serie. Necesitaba salir a convertir un gol de visitante que incrementara sus chances. Otra vez la chance estuvo en los pies de Scocco, que falló de manera increíble en la línea del arco. Nacho Fernández peinó la pelota en el primer palo, le quedó servida a Scocco, que acomodó mal el pie y la tiró por arriba. Si no había entrado esa…

River no podía quebrar el cero. El arquero Olivares crecía y se hacía figuras con dos buenas atajadas a los remates desde afuera de Nacho Fernández, primero, y de Pity Martínez, después. Y para colmo, de contraataque llegó el tercer golpe, que puede ser nocaut para los de Gallardo. Cristhian Machado pasó al ataque por izquierda, avanzó sin que ningún defensor le saliera y se animó: clavó un derechazo fuerte y letal que se incrustó contra el palo derecho de Lux.

Tremendo golpe para River. Un 3-0 que le saca margen de error. Deberá estar fino en la revancha, ya no podrá fallar las chances de gol que no convirtió en Bolivia. Para seguir en la Copa Libertadores deberá golear a los bolivianos.

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