Los integrantes del Tribunal Penal de Oberá visitaron el viernes la cárcel de la Capital del Monte. Allí tuvieron audiencias con casi 50 presos y las inquietudes que escucharon tuvieron que ver con pedidos de salidas transitorias, demoras en las audiencias con los defensores oficiales y la soledad que muchos sienten porque ningún familiar o conocido los visita. La charla con los reos se dio en un clima cordial. Incluso se cerró con un ágape.
Fuentes judiciales indicaron que hay un clima de paz en la Unidad Penal Dos, que el hecho de violencia en el que un recluso atacó a otro la semana pasada fue un episodio aislado y que la conducción del presidio está trabajando de manera articulada con la Justicia de Ejecución Penal.
Los camaristas Francisco Aguirre, Lilia Avendaño y José Pablo Rivero consultaron sobre las condiciones de detención de los internos que están a su cargo (condenados y aquellos que están a punto de ir a juicio). Desde el trato de los penitenciarios, pasando por el estado de la comida que reciben hasta la atención médica en el presidio, todo eso fue motivo de consulta.
Del grupo de internos que tuvo audiencia con los jueces, un grupo ínfimo se quejó del trato de los guardiacárceles, sobre todo a la hora de las requisas. El resto pidió que se agilice sus salidas transitorias; que las visitas de los defensores oficiales sea más asidua y finalmente que se vea la forma de acercarlos a sus familias, porque la soledad les pesa mucho.
En la última requisa que se hizo en la UP II, los penitenciarios decomisaron 60 cuchillos de fabricación casera (facas). Esto despertó el alerta. De todos modos, las fuentes consideraron que ese tipo de redadas son habituales y que las requisas, aunque odiadas por los reos, es parte del trabajo que deben encarar los uniformados para mantener la seguridad en la colonia penal.
El preso apuñalado volvió al penal
La semana pasada, el preso Cristian Valenzuela armado con un cuchillo de fabricación casera irrumpió en la celda del también condenado Oscar Carballo y quiso agredirlo. Allí se desató una pelea, que terminó con Valenzuela herido en el abdomen.
Una vieja diferencia entre ambos por razones de convivencia fue el motivo del incidente.
Carballo fue separado de los demás reclusos y se le impuso un castigo disciplinario.
El herido ya volvió a la UPII, después de ser operado en el hospital Samic. Allí seguirá su recuperación. Hace unos días recibió una visita inesperada: el padre de Carballo fue a verlo para interiorizarse de su estado de salud.
Luego de la pelea de presos y el decomiso de 60 «facas», hay inspección judicial en la cárcel de Oberá
El preso apuñalado en la cárcel de Oberá se halla estable, pero su vida aún corre riesgo
