El doctor José Manuel Martínez, hizo referencia a las enfermedades hepáticas, en primer término marcó que las enfermedades relacionadas al hígado, no producen síntomas.
José Manuel Martínez. Radio Libertad
“Como regla general se puede decir que el hígado no duele, salvo en determinadas circunstancias”, indicó.
Explicó que el hígado no es un órgano que cuando se enferme, se manifiesta de esa manera.
En tanto, cuando una enfermedad hepática avanzó mucho, comienza a dar manifestaciones, como ejemplo citó la cirrosis.
El doctor puntualizó que las enfermedades hepáticas crónicas son muy poco sintomáticas. Dentro de esas enfermedades están: las hepatitis crónicas, hepatitis por virus B, por virus C, el hígado graso.
En cuanto al hígado graso, señaló que es una enfermedad. Se detecta mediante ecografía. “Está caracterizada por la acumulación de un tipo de grasa que se llama triglicérido dentro de la célula hepática”, explicó. Las células llenas de grasa pueden provocar alguna reacción.
Indicó que el hígado graso simple, es solamente grasa en el órgano. Esto no tiene muchos factores de riesgo, sostuvo el médico.
Por otro lado puede ser el hígado graso con inflamación, que en este caso el paciente es obeso, hipertenso. En este caso el hígado graso comienza a dañarse, y ya es un hígado con fibrosis. Es un hígado más duro, y con cicatrices. “Este es el paso previo a la cirrosis hepática”, advirtió.
Cuándo se complica la cirrosis
Cuando la cirrosis está avanzada, hay una complicación que es cuando el hígado está tan duro, no deja pasar la sangre a través del hígado. De esa manera, esa sangre busca otro lugar por donde pasar, provocando várices por adentro, en el estómago y en el esófago. Aclaró que son casos muy avanzados.
Marcó la importancia del control médico para evitar complicaciones. En este sentido, recomendó realizarse controles anuales.
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