El DJ acusado de cautiverio y corromper a sus hijas dice que tiene condena mediática

Jorge Martínez Poch aseguró que ya está «condenado mediáticamente» al comenzar el juicio oral al que es sometido en La Plata, acusado de haber privado de su libertad, golpeado y abusado sexualmente a su novia y de haber corrompido a sus dos hijas, quienes denunciaron el “infierno” de perversiones de las que fueron víctimas en su infancia.
“Estoy definitiva, rotunda y categóricamente condenado mediáticamente; un millón de palabras y una tonelada de papel me hicieron el peor tipo de la Argentina y yo aún no hablé”, dijo a la prensa Martínez Poch (51) al llegar a los tribunales platenses trasladado desde la Unidad Penitenciaria 9, donde está preso.
Añadió que «de lo único» que se arrepiente «es de haber invitado a cenar a Vanesa” Rial (40), afirmó Martínez Poch al ser consultado sobre los hechos por los que comenzó a ser juzgado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de La Plata.
El DJ, vestido con pantalón y campera de jean y remera negra, enfrentó a la prensa con semblante impertérrito y respuestas escuetas ante preguntas sobre los hechos ocurridos en septiembre de 2013, cuando la Policía rescató de su departamento platense a Rial.
De acuerdo a la investigación, Martínez Poch mantenía a esta joven abogada cautiva, golpeada y abusada sexualmente bajo efectos de narcóticos.
Tras conocerse públicamente este hecho, las dos hijas de Martínez Poch denunciaron padecimientos y maltratos sufridos cuando vivían con su padre.
“Estoy por demás sorprendido” dijo el acusado sobre las imputaciones que se le hacen e insistió que “se sobredimensionó en la prensa, los malditos egos y las broncas se retroalimentaron en un feed back que no termina nunca”.
Consultado sobre las imputaciones de abuso y corrupción que concretaron sus dos hijas se defendió asegurando que hay “que leer lo que dicen las chicas en el expediente, no lo que dice Mauro Viale, Mauro Zeta o Kaplan”.
“No saben lo difícil que fue criar solo a una familia”, se victimizó, al aludir a la viudez que lo obligó a criar solo a sus dos hijas cuando estas tenían 6 y 7 años.
El TOC 1, integrado por Juan José Ruíz, Carmen Palacios Arias y María Isabel Martiarena , comenzó a escuchar los testimonios de las hijas de Martínez Poch quienes, según la fiscal del juicio, Florencia Budiño, sufrieron “violencia física, psicológica, humillaciones, abuso sexual y corrupciones” de parte de su padre.
La fiscal amplió las imputaciones de “privación ilegal de la libertad doblemente agravada y abuso sexual con acceso carnal” a su pareja “corrupción de menores agravada y abuso sexual gravemente ultrajante” de sus hijas, con las que llegó al juicio y pidió se le aplique también la ley que pena la violencia de género.
Por pedido de la fiscal, ya que las jóvenes iban a “ventilar cuestiones íntimas” y para no revictimizarlas, las declaraciones de ambas fueron a puertas cerradas, sin público y sin que estuviera presente el imputado, quien fue trasladado a un salón contiguo desde el que podía oír los testimonios.
El abogado Roberto Casorla Yalet, que representa a ambas jóvenes, hoy de 19 y 20 años, explicó a Télam que “el calvario, el infierno que sufrieron las chicas es inimaginable, es una película de terror”.
“Vivieron con un pervertido con un depravado”, afirmó Casorla Yalet y remarcó que “son inimaginables los vejámenes que sufrieron, los actos de violencia y los actos sexuales que debieron presenciar y que no podían evitar de ver porque este hombre había colocado una cama de dos plazas, a modo de altar, en el medio de la casa, que era tipo loft”.
El letrado contó que Martínez Poch “era violento” con la madre de las jóvenes y acotó que, para la abuela materna de las chica, ”el cáncer que mató a esta mujer a los veintisiete años fue producido por Martínez Poch, por todo lo que vivió”.
”Cuando murió la madre de las niñas ya había otra mujer, embarazada, viviendo en la casa”, agregó.
Casorla Yalet precisó que Martínez Poch abusó de las niñas con “tocamientos y manoseos” y agregó que “la violencia física queda en un segundo plano frente a la violencia moral y el sometimiento psicológico que sufrieron las chicas”.
Mañana está previsto que declare Vanesa Rial, quien actualmente está con “asistencia de cuatro psicólogos y tratamiento psiquiátrico”.
Su abogado, Julián Rimada, expresó a Télam que tiene «altas expectativas de llegar a un veredicto condenatorio y que a la pena máxima de treinta y un años se le apliquen agravantes”.
“Martínez Poch, según indican las pericias, es un psicópata, un manipulador, un mentiroso, no siente culpa, está contento con cómo es, es su forma de vida”, remarcó.
Eduardo Rial, el padre de la víctima que al desaparecer ésta la buscó y logró ubicarla en el departamento del que fue rescatada, también expresó su deseo de que “se pueda hacer justicia con alguien que hizo tanto mal a tantas mujeres”.
“Mi hija perdió la sonrisa, después de que haya un veredicto condenatorio podremos todos volver a vivir nuevamente”, dijo emocionado.

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