Femicidio: la forma más extrema de violencia

En lo que va del año, continúan aumentando en nuestro país los casos de violencia y muerte de mujeres producto de las acciones agresivas de muchos varones violentos, lo que nos hace re pensar como estamos funcionando como sociedad.

La violencia que el hombre puede ejercer hacia la mujer de manera consciente e intencional con el fin de provocarle un daño, presenta diferentes formas:

· Física: en donde el maltrato se da por medio de golpes físicos como puñetazos y/o patadas; agresiones con objetos o armas con el fin de provocar un daño o la muerte a la víctima.

· Psicológica: ocurre mediante conductas de manipulación; amenazas; humillaciones que terminan destruyendo la autoestima de la mujer; culpa; dependencia económica como forma de control; estrategias para que la víctima se aísle de su entorno y se quede sola.

· Verbal: gritos; insultos; descalificaciones, que genera en la mujer un estado de temor e indefensión.

¿Qué es el femicidio?

Se trata de la forma más extrema de violencia, en donde el hombre asesina a la mujer, generalmente de manera consciente y premeditada.

El femicida no ve a la mujer como a una persona, como a un igual, sino que la reduce al lugar de objeto o de cosa, la considera de su propiedad, es decir, siente que le pertenece.

Estos sujetos, consideran que la mujer NO puede tener una entidad separada de la de ellos. Tienen una visión e interpretación de la mujer como “una cosa” que forma parte de ellos y esto les sirve para poder satisfacer sus necesidades. Por lo tanto, al considerar a la mujer como parte de su propiedad, creen que pueden disponer también de su vida, es decir si la deja; la mata o la deja vivir.

Algunas de las características que estos sujetos presentan son:

-alto grado de impulsividad;

-baja tolerancia a la frustración;

-conductas violentas que se expresan de forma verbal y / o con golpes;

-actos manipulativos hacia la víctima;

-conductas psicopáticas.

La característica más importante es que el agresor no experimenta el sentimiento de culpa al momento de golpear y matar a la mujer, ya que está convencido y siente que se lo merecía. Esto es producto de las creencias e interpretaciones distorsionadas que hace de la realidad, como por ejemplo, creer que ella lo engaña o no aceptar que la otra persona no quiera estar más con él.

¿Alcanzan las medidas actuales para cuidar a la víctima?

Lamentablemente los hechos nos muestran todos los días, que las medidas como la prohibición de acercamiento – entre otras – no logran salvar las vidas de las mujeres que continúan muriendo en manos de los violentos.

Es importante que cada uno de nosotros nos involucremos desde nuestro lugar denunciando al golpeador y siendo solidarios con la víctima, teniendo una actitud empática,- ponerse en el lugar de la mujer golpeada-, no subestimando las amenazas del violento.

La violencia de género es un problema que nos compete a todos, instituciones e individuos, teniendo en claro que la violencia NUNCA tiene que ser justificada.

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