El misionero Matías Schrank salió subcampeón de la edición de Gran Hermano 2015. La noche de la gala final empezó a pura emoción. Los padres y el hermano del misionero le grabaron un video que hizo que el más joven de la Casa derrame algunas lágrimas.
El final de la Gala provocó un momento inédito en Gran Hermano: como pocas veces, se lo pudo ver a Matías emocionado, dejando escapar algunas lágrimas. Y los “culpables” de esta demostración del misionero no fueron otros que sus padres y su hermano, quienes en el comienzo del programa le enviaron un emotivo mensaje.
“No tenés idea de lo que estoy esperando que llegue este bendito miércoles, que todo termine”, le dice Roberto, su papá, en una de sus primeras intervenciones. “Para mí seguís siendo chiquito a pesar de que entraste con 19 años”, agrega luego la mamá, quien prometió darle un gran abrazo apenas lo vea.
