Mauro Vigliano será el árbitro de Boca-Crucero el domingo a las 18.15

La AFA sorteó ayer el árbitro para Boca-Crucero el próximo domingo y será Mauro Vigliano, quien integraba la terna de posibles jueces junto a Germán Delfino y Darío Herrera.

Hace treinta años, el papá de Mauro, Jorge Vigliano arbitró un partido muy imporante entre Guaraní y Ferro Carril Oeste -por entonces, una verdadera potencia del fútbol argentino- por el Nacional 1985.

Tras la polémica sanción de dos penales sobre el final del partido que le permitieron al «Verdolaga» dar vuelta el 1 a 0 con el que Guaraní se encaminaba a otro gran batacazo ese año (había derrotado 1 a 0 al Independiente Campeón de América y el Mundo), Vigliano fue detenido cuando subía la escalerilla del vuelo de Austral para regresar a Buenos Aires. El árbitro quedó detenido, denunciado por «mal desempeño de sus funciones». Por supuesto, fue liberado a las pocas horas y al otro día volvió a la Capital sin problemas. Y todo quedó en una anécdota insólita, entrañable.

Lo curioso es que el fútbol misionero, tras ese 1985 donde tuvo su participación más recordada en sus intervenciones en Primera (siempre en torneos Nacionales), entró en una profunda crisis, como sucedió en otras provincias, de la que recién pudo volver ahora, 30 años después.

Y justo este año importante para el fútbol misionero, el de la «resurrección», al hijo de Jorge Vigliano, Mauro, le toca estar en momentos importantes para el equipo misionero.

Vigliano arbitrará el domingo el primer partido de un equipo misionero en La Bombonera, y el tercero que un conjunto de la tierra colorada juega con los xeneizes por los puntos.

Crucero, que ya está casi descendido, empezó a derrumbarse tras empatar una finalísima con Huracán, hace seis fechas. El Colectivero, se recordará, empató 3 a 3 cuando iba ganando el partido 3 a 0 faltando 15 minutos para el final. ¿El árbitro? Mauro Vigliano.

Coincidencias, que le dicen, ya que para todos los cotejos, el árbitro siempre fue designado por sorteo.

MB

EP