Se realizó la jornada de actualización “Perfeccionismo infantil y vulnerabilidad psicológica: Una relación peligrosa”. El evento contó con la visita de la destacada investigadora de la Universidad Adventista del Plata, licenciada Mónica Serppe y de la doctora Laura Oros, docente de la UCP, quienes revelaron los primeros resultados que arroja la investigación que llevan adelante en conjunto.
La jornada “Perfeccionismo infantil y vulnerabilidad psicológica: Una relación peligrosa” apuntó a transferir el conocimiento generado por la investigación que la Universidad Adventista del Plata y la UCP llevan adelante en conjunto. El equipo de investigación se compone por alumnos de ambas instituciones, dirigida por la Dra. Oros y co-dirigida por la Lic. Serppe.
Dando apertura a la jornada la doctora. Oros explicó cuál es el marco de la investigación y que factores llevaron a ambas investigadoras a abordar la temática. “Dentro del encuadre de la psicoterapia terapia cognitiva las creencias juegan un rol muy importante en el desarrollo de las emociones y de las conductas, esto quiere decir que las creencias, pensamientos respecto a uno mismo mismos y lo que sucede a nuestro alrededor y del futuro, determina cómo nos sentimos y cómo nos comportamos. Cuando éstas creencias son irracionales y distorsionadas, pueden ser causa directa de desordenes emocionales, estrés, depresión, ansiedad, etc. Un tipo de creencia irracional es el perfeccionismo, son creencias negativas, ligadas a la enfermedad; hay una gran diferencia entre el perfeccionismo positivo y se asocia a metas personales altas pero las mismas son alcanzables, así como también lo que se espera de los demás. Suelen ser personas con buenos hábitos de trabajo, que realizan mucho esfuerzo pero si fracasan no se sienten derrotados, al contrario lo asumen como un trampolín para mejorar. El perfeccionismo negativo lleva a individuos a compararse permanentemente con su ideal de persona, concentrándose en sus errores, planteándose metas irreales, observando cómo responden los demás su comportamiento; y cualquier respuesta del entorno generará sentimientos negativos, culpa, frustración, vergüenza. Para el perfeccionista no existe la escala de grises, es todo o nada por lo que vive sometiéndose a situaciones imposibles de alcanzar por lo que el fracaso es una constante.”
Por su parte y haciendo mención a los primeros resultados de la investigación, la Lic. Mónica Serppe explicó cuáles son los síntomas y factores de riesgo del niño deprimido. “Los niños deprimidos hacen síntomas como ser problemas con el sueño, aislamiento, falta de energía, problemas alimentarios, en niños más pequeños las quejas somáticas son el síntoma y factores de riesgo puede traducirse en abandono, altas exigencias familiares y sociales, falta de contacto afectivo, depresión de algún familiar directo, falta de apoyo y vínculos. Para que un niño no padezca y se vea expuesto a estos factores es importante que el niño cuente con contención afectiva, además de disminuir las exigencias según la etapa evolutiva en la que se encuentra, la disciplina es fundamental dejando de lado el ser permisivo, armonía familiar y comunicación”.
Para concluir la Lic. Serppe expuso. “La investigación es de tipo cuantitativo, realizada con muestra de 257 niños de Misiones y Entre Ríos (entre 9 y 11 años), a través de cuestionarios entregados en horas de clases. El objetivo fue detectar si el perfeccionismo predecía a la depresión”. Y prosiguió, “Los resultados fueron muy llamativos, el Perfeccionismo especialmente en reacciones negativas ante el fracaso predijo significativamente los síntomas de depresión, explicando un 25% de la misma, asimismo las reacciones de los niños ante el fracaso predecía la autoinculpación en gran medida y la falta de energía. Los resultados apoyaron la hipótesis de que el Perfeccionismo predecía la depresión”.
El proyecto se encuentra en una primara etapa, con miras a mayo de 2017 como tiempo límite para concluir con el proceso de investigación.
MAB 3
