Cayó un peligrosísimo delincuente al que relacionan con tres asaltos

Le hicieron una vigilancia encubierta durante cinco días. Recién el sábado, cuando entendieron que no había peligro y que podían reducirlo, decidieron actuar. Así fue la historia de la detención de José A. (36), un hombre considerado de altísima peligrosidad al que relacionan con al menos tres robos a mano armada ocurridos desde mayo para acá, en distintos puntos de la provincia.
El sospechoso formaría parte de una banda. Cuando lo sorprendieron intentó escapar, pero no pudo hacer nada. Los vecinos del complejo habitacional A-3-2 fueron testigos privilegiados del operativo, del que formaron parte investigadores de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) del Poder Judicial y de la Dirección Homicidios de la Policía provincial.
Hace cinco días que tenían el dato de que José se movía por Miguel Lanús. Lo siguieron y el sábado, lo capturaron, aproximadamente a las 16. Fue tomado por sorpresa.
No fue la primera intervención de la SAIC en el caso, en un allanamiento anterior habían decomisado elementos sustraídos en los atracos que le adjudican a José y a su gavilla.
El hombre atrapado en plena vía pública del barrio A-3-2 tiene antecedentes por delitos en contra de la propiedad.
Ahora la investigación continúa para dar con el resto de la organización.
El primero de los golpes que le adjudican a la banda del ahora arrestado sucedió el martes 26 de mayo, cuando dos ladrones armados entraron en la sede de la distribuidora de productos Arcos de Apóstoles y se llevaron 250 mil pesos.
El atraco se registró en un predio ubicado sobre la avenida San Martín. Los cinco empleados que se desempeñaban en el lugar fueron reducidos por los criminales armados. Uno de los maleantes actuó a cara descubierta y el restante con un pasamontañas puesto.
El segundo golpe que habría cometido el mismo grupo sucedió el 12 de junio, por la noche, en el barrio San Marcos de Posadas. José Montenegro (60) llegaba a casa de calles 67 y 158, junto a su mujer. Alrededor de las 22.05, lo sorprendió un delincuente armado, quien le exigió el maletín que llevaba. Allí guardaba los 315 mil pesos que había obtenido gracias a la venta de una camioneta.
Montenegro, coordinador de obra de una constructora local, se resistió. Entonces, el extraño le descerrajó cuatro balazos, sin ningún tipo de contemplación. Luego tomó el bolso y desapareció.
Tal fue la suerte del baleado, que los proyectiles no acabaron con su vida, sino que lo enviaron por unos cuantos días al hospital. Los proyectiles le provocaron la fractura de la tibia y el peroné de pierna derecha.
Del tercer atraco de la banda trascendió poco: solo que la víctima fue un “cambista”, que reside en jurisdicción de la seccional Quinta, es decir en Garupá.

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