Leandro «Chino» Benítez, el técnico dentro de la cancha en Guaraní

La dupla técnica que dirige a Guaraní A. Franco está integrada por dos hombres de la escuela de Estudiantes de La Plata: Humberto y su hijo Martín Zuccarelli.

Humberto integró el famoso equipo de Osvaldo Zubeldía que fue Campeón de América y el Mundo a fines de los 60. En la escuela «Pincha» se estila que los equipos tengan un jugador que sea la voz de mando, de orden, dentro de la cancha. Zubeldía tenía en aquel equipo multicampeón a un hombre que hizo historia: Carlos Salvador Bilardo. Más acá en el tiempo, Alejandro Sabella tenía a Juan Sebastián Verón.

Cuando los Zuccarelli desembarcaron en el equipo de Villa Sarita, planearon traer a su técnico dentro de la cancha y lo concretaron apenas se abrió el mercado de pases, con la llegada de Leandro «Chino» Benítez. El volante mixto de 34 años es otro producto de la calle 1 y 57 (la sede del club que hoy presiden Verón), formado y forjado en Estudiantes, donde fue también campeón de América en 2009 con Sabella como DT.

Con apenas tres partidos en Guaraní, Benítez ya se transformó en la voz de mando y en el técnico de la cancha que tanto buscaban los Zuccarelli. Hay que verlo al «Chino» parado en el círculo central como número 5, ordenando a la defensa, dando indicaciones a los volantes, no pocas veces, levantándole la voz a un compañero cuando en lugar de un pase corto intenta el pelotazo largo.

También es DT con la pelota en los pies, porque con sus pases va marcando el ritmo de juego y el lugar por dónde el equipo va a gestar una jugada de ataque. Con Benítez la pequeña cancha de Guaraní parece más grande, porque aprovecha hasta el último centímetro de su ancho.

También es cierto que con Benítez, el equipo es menos vertiginoso y por momentos parece que lateraliza o ralentiza el juego. En principio parece todo a favor, para un equipo que hasta su llegada parecía siempre jugar muy acelerado y terminaba, en general, chocando contra la defensa rival.

Benítez no es de los que marcan yendo al piso, pero recupera muchísimas pelotas por su buena ubicación en el círculo central. También, distribuye mucho de cabeza, cuando la pelota queda dividida cerca de su área de influencia. A veces es como si tuviera ojos en la nuca, sabe donde está ubicado el compañero y la peina para cederle el balón. También suele amonestar a los volantes cuando eligen la aceleración en lugar del pase corto.

Por el pasan casi todas las transiciones del equipo de defensa a ataque, es el responsable del famoso primer pase. Parado más cerca de los dos centrales propios que de sus delanteros.

El otro día, tras su gran partido ante Boca Unidos -su anterior equipo, donde no le fue nada bien- el Chino se refirió a esa función de DT dentro del rectángulo verde.

«Un poco me lo pide el técnico y un poco es mi forma de ser ya que lo mamé de chico en el club que me crié, y por mi forma de jugar. Soy un jugador de 34 años donde, por ahí, Martín me pide que lo ayude adentro de la cancha en ese sentido y tratamos de hacer lo mejor para que el equipo siga creciendo», explicó a Misiones Online el «Chino», consultado acerca de esa función en la que se lo ve tan natural. Porque, además, hay que gritarle y darle órdenes a compañeros a quienes apenas se acaba de conocer.

Pero indudablemente, la experiencia y la jerarquía ayudan. Benítez sabe lo que es jugar partidos calientes, ante rivales grandes, en la Argentina y en el mundo. Jugó la final del Mundial de Clubes ante el Barcelona de Messi en 2009.

Martín Zuccarelli comentó el otro día que a veces «usa» a Benítez para ordenar al equipo en cancha. «Con un grito a Leandro alcanza», explicó el más joven de la dupla. Los Zuccarelli trabajaron con Benítez varias veces. Martín fue compañero de Maxi Benítez, primo del Chino, también en el Pincha.

En sus dos períodos como DT interino de Estudiantes (fue el segundo DT más joven en llegar a Primera, detrás de Luis Zubeldía), Zuccarelli lo dirigió. Humberto, por su parte, lo tuvo en Quilmes, cuando era manager o secretario técnico del Cervecero.

Consultado sobre la posición y su rol en el campo de juego, Benítez explicó que «en este esquema estoy jugando de cinco, solo, trato de iniciar las jugadas, en Estudiantes jugaba en la misma posición, con el «Chapu» (Braña) y Sebastián (Verón) nos ibamos rotando porque nos conocíamos de memoria, Martín (Zuccarelli) me pide que trata de iniciar juego, ordenar y ser el equilibrio en la mitad de la cancha».

A la hora de analizar el partido en diálogo con la prensa, Benítez también parece un técnico, no se le escapa nada de lo que pasó el el rectángulo y hace una descripción del juego poco habitual en otro jugador que acaba de mirar todo desde adentro. Por ejemplo, tras el juego contra los correntinos dijo:

«Ellos nos manejaron mucho la pelota, fuimos pasivos a la hora de recuperar, en el segundo tiempo siguió igual los primeros minutos, después siguió en campo, a partir de los últimos metros no sufrimos sobresaltos, pero costó porque el gol llegó a lo último», describió.

«El equipo quedaba muy largo, los delanteros no iban a presionar, si íbamos a apretar, tiraban para los costados la pelota, iba por arriba y no podia predominar el juego nuestro», desmenuzó el triunfo ante el Boca correntino.

A Benítez también se lo nota afianzado en el grupo, cuando se refiere a los compañeros que viajaron a Temperley para ganar el pase a octavos en la Copa Argentina ante el «Bicho».

-¿Cuánto influyó el triunfo por la Copa para el partido de hoy?

-Mucho, mucho, porque sabemos que es un grupo, para salir de esta situación tenemos que estar encaminados por un mismo camino, la otra vez se logró un punto importante con chicos que no venían jugando pero que son importantes para el equipo, que sigan así porque necesitamos de todos, cualquiera tiene que ser importantes, explicó.

MB

EP

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas