Una aventura extrema: dormir a 150 metros de altura. Mirá las imágenes.

Los nervios y el miedo forman parte de una de las aventuras donde el objetivo es tener los pies más alejados de la tierra: acampar colgados a 150 metros del suelo en paredes verticales.

Sólo los más atrevidos montañistas tenían el privilegio de ver la cordillera de las Rocallosas, en Colorado, EE.UU., desde una óptica diferente.

Ahora no necesitas ser un «hombre araña» para poder disfrutar de esos espectaculares paisajes, aunque pasar una noche al borde del precipicio no es apto para personas que sufran algún tipo de trastornos como de vértigo.

Valles interminables de bosques, lagos y montañas. Las Rocallosas son uno de los paisajes naturales más emblemáticos de Estados Unidos, destino para miles de personas que buscan el contacto con la naturaleza.

Sus paredes han sido objeto de deseo para un gran número de escaladores, que al conquistar los numerosos ascensos que ofrecen sus montañas, forman un vínculo especial en la relación entre el ser humano y su entorno.

Pero estas espectaculares vistas ya no son privilegio de unos pocos, en especial desde que hace dos años el operador turístico Kent Mountain Adventure Center, con sede en Colorado, ofreciera la posibilidad de acampar colgado en una pared.

«Nos contactó el presentador británico Charlie Boorman para preguntarnos si podíamos instalarle unos portaledge o tiendas de campaña colgantes. Estaba filmando junto a su equipo algo sobre las aventuras extremas en EE.UU. Lo hicimos y, con la ayuda de Jennifer Barlett y la oficina de turismo de Colorado, lo ampliamos al público en general», explicó Harry Kent, director de KMAC.

«Hablé con los guías y coincidieron en que era un buen paquete turístico para KMAC, en especial porque no había nadie ofreciéndolo en el EE.UU. ni en el mundo. Allí empezamos y luego comenzó a llegar el interés de los medios de comunicación y las personas».

Según Kent no se trata de algo muy difícil de hacer y que incluso los principiantes podrían disfrutar de un fin de semana en la pared. «Definitivamente no hay que ser montañista. Sólo se necesita un nivel físico básico para poder subir. Y si no puedes ascender desde el suelo, te podemos bajar desde la cima con una cuerda. Lo único es tener un apetito para la aventura».

Hay personas que cuentan que durante su experiencia nunca pudieron quitarse esa sensación de nervios y miedo del estómago, pero que ver el atardecer y amanecer desde la pared de una montaña fue impactante. Además está la oscuridad de la noche y la sensación de estar a 150 metros del suelo.

«El principal peligro que hemos identificado para acampar en un pared son las tormentas eléctricas. Podemos arreglarnos con la lluvia e incluso la nieve, pero si sabemos que llegarán nubes al área y que podrían haber tormentas eléctricas bajamos y esperamos a que pasen antes de volver a subir», alertó Kent.

«Los clientes nunca se quedan solos y un guía los acompaña en todo momento en la pared. Los sistemas que utilizamos tienen numerosas aplicaciones de seguridad para minimizar el potencial peligro. Es una aventura muy emocionante».

«Una vez en el saliente se trata de relajarse, tomar fotos, conversar, leer, beber té o incluso servirte un poco de vino. Pero lo principal es ver los paisajes, el escenario. Eso lo hace aún más especial», concluyó Kent.

 

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