Con un humor que se debate entre la filosofía profunda y la ontología a lo “Zona Baja”, Fer Rosa cierra el ciclo que mostró una faceta más “intelectual” de su memorable Rulo Espínola. La última función será este sábado a las 22 en la Sala Mandové.
“De dónde venimos”, “A dónde vamos”, Aristóteles, Platón, el “efecto mariposa”, puro filosofía de alto caché pasada por el tamiz de Rulo quien, camiseta de la Albirroja mediante y tereré de por medio, se encarga de bajarnos a la cotidianeidad temas que han desvelado a todos a lo largo de la historia de la humanidad.
Estrenada en octubre del año pasado, “Por qué hace eso” mantiene la característica principal de Rulo Espínola, ese ciudadano de la Zona Baja pero con altas pretensiones sociales. “Licenciado en comercialización de productos de baja salida”, desde su mesita de vendedor, Rulo ve pasar la vida y, como todo gran observador y filósofo urbano, opina, relata y se ríe de ella durante poco más de una hora en la que el público se hace cómplice riéndose de las penas propias que, como estiletazos, Rulo le refrega en la cara a estos “curepas badulaques”. Pero hay más. En este espectáculo, Rulo demuestra su interés por temas tan disímiles como el “efecto mariposa” o el “intercambio comercial fronterizo”, a la vez que se pone profundo con afirmaciones dignas de Minguito Tinguitela como “No es culpa de uno ser pobre, pero está en uno respetar su pobreza”. Ni el Chavo del 8 se habrá despachado con tanta sinceridad alguna vez.
Alce la copa, esto es un chiste
La Sala Mandové se presta para el disfrute de una obra. Su formato de café concert, con una barra limitada pero con lo necesario para pasarla bien, permite disfrutar de un buen tinto con empanadas, pizzetas o una cerveza. Precisamente, a la sombra de una(s) botella envasada en Mendoza (ya vacía), a este escriba se le ocurrió tender un puente entre lo que hace Fer Rosa y los geniales Monty Python, que a fuerza de bajar línea filosófica al llano popular, logran hacer convivir la intelectualidad con la vida diaria del pueblo. Después de todo, tal vez no sean tan diferentes el humor inglés y el guaraní.
