Una familia de Buenos Aires en solidaridad constante con vecinos de El Soberbio

Ricardo Borrillo vive en Adrogué, al sur del Gran Buenos Aires. Hace diez años visitó El Soberbio y quedó conmovido con algunas comunidades ubicadas allí. Así empezó a realizar diversas y constantes acciones solidarias.

Borrillo contó que “empezaron con esto en familia hace 12 años, llevando ropa y calzados a una escuela para chicos con capacidades diferentes en Federación, Entre Ríos”. Pero hace una década que comenzó a volcar las donaciones que conseguían, a parte de los habitantes del centro este misionero.

“En un viaje que hicimos a Cataratas del Iguazú decidimos conocer El Soberbio. Habíamos visto un documental en la tele acerca de las comunidades de allí y llegamos con algunas bolsas con ropas y calzados, y una pelota de fútbol”, contó Ricardo. El detalle de la pelota no es menor: “fue la desencadenante de esta tarea hace tantos años. Una persona del lugar y que hacía de guía, nos pidió si esa pelota se la podíamos dar a los chicos del comedor del barrio Unión”, dijo Borrillo. Siguió relatando que “allá fuimos, previo aviso por una FM local de que llegaríamos en un rato. Era setiembre y llovía bastante. Ni bien entramos a ese lugar, un caserío muy precario, los chicos corrían a la par nuestra. Parecía que todos tenían medias rojas porque estaban embarrados con esa bendita tierra colorada. Nos dimos cuenta que una sola pelota para tantos niños no iba a alcanzar”.

Al regresar a Buenos Aires, el hombre escribió una carta de lectores al diario Clarín. Ricardo dijo que “fue el puntapié inicial. A partir de ahí recibimos cantidades de cosas. Nos enviaron ropa, calzados, juguetes, colchones, sábanas y material didáctico a través de la fundación Noble. Las Marías nos da yerba que mandábamos antes a los comedores comunitarios y ahora a los de las aulas satélites”, contó.

En un repaso, Borillo recordó otras acciones que volcaron en la región durante estos diez años. Mencionó la puesta a nuevo de las ocho salas del hospital, colocándoles duchas eléctricas, cortinados, sábanas, y pintándolas. También la entrega de herramientas, tornos, freezers, libros específicos y materiales para desarrollar trabajos a la Epet. Además trasladaron a Buenos Aires a una niña para que la operen de un tumor cerebral en el hospital Garrahan y compartieron su acompañamiento mientras duró la estadía.

Hoy Ricardo Borillo se siente pleno por poder ayudar. “Quiero agradecer mucho a quienes donan los elementos y a quienes nos ayudan con el traslado hasta Misiones. Llevamos unos tres camiones de cosas por año y no es fácil la logística para poder hacerlo. En ese sentido le agradecemos al supermercado Ceferino Rodríguez, de San Vicente, que nos brinda ayuda con un camión, a Ruy Veriuk y a Vialidad Nacional, que también aportan movilidad y traslado”, terminó relatando este hombre que decidió estar en solidaridad constante con la zona de El Soberbio.

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