Cómo es la toallita inteligente que creó un joven argentino

Tras su participación en Singularity University, el mentor del dispositivo que detecta enfermedades ginecológicas a través de un chip en el apósito contó de qué se trata el proyecto.  «El objetivo es detectar enfermedades que son curables cuando se las descubre en etapas tempranas y que generalmente no son diagnosticadas precozmente porque no presentan síntomas hasta avanzado el cuadro», apuntó.

 

Como parte de su natural inquietud e iniciativa constante, Gabriel Weinstein se presentó este año en una nueva edición del Singularity University, la universidad no tradicional que nació hace seis años en el campus de la Nasa, en pleno Silicon Valley, con el objetivo de empoderar a su comunidad de estudiantes con tecnologías exponenciales para resolver los grandes problemas de la humanidad.

El programa, que dura 10 semanas y contó con la presentación de 4.500 personas de todo el mundo, apunta a que los participantes creen un equipo y presenten una idea que solucione alguno de los grandes desafíos de la humanidad, con la premisa de que sea factible y afecte positivamente a mil millones de personas en 10 años.

En ese contexto, la menstruación se convirtió en la aliada del equipo de Gabriel –que integró junto con dos daneses, una polaca y un búlgaro– ya que la iniciativa que idearon resultó ser una de las cinco ganadoras de las 22 presentadas al final de la cursada.

«Luego de investigar sobre patentes, tecnologías, y estudiar que 1.700 millones de mujeres tienen su período todos los meses en todo el mundo, comprobamos que cumplíamos con todas las condiciones y nos pusimos a trabajar», contó a Infobae Gabriel, quien destacó: «Descubrimos que en la menstruación hay 60% de marcadores (datos) que están presentes en una muestra de sangre extraída del brazo, pero además hay otros 300 que no están en la sangre de las venas y que tienen que ver con la salud reproductiva».

«Es que en el período menstrual hay sangre, fluidos, endometrio, donde encontramos marcadores para HIV, sífilis, gonorrea, HPV y clamidia, entre otros que analizamos», enfatizó el joven de 31 años, quien adelantó que incluso piensan en la posibilidad de «incorporar valores relacionados con la fertilidad».

Consultado sobre cómo funcionará la toallita, Gabriel contó que el apósito tendrá tres capas: la primera, de contacto con la piel; la segunda, de absorción y filtrado; y la tercera, la del chip que leerá los microfluidos. «El chip estará, a la vez, compuesto por tres componentes: un sensor, una batería y un transmisor de radiofrecuencia, que enviará la información al celular de la mujer», detalló el emprendedor, que ya cuenta con inversores para su proyecto.

«En realidad el transmisor no va a informar qué es lo que detectó, sino que halló algo fuera de lo común para que la mujer consulte a su médico», agregó el joven, quien consideró que, dado que no todos están preparados para recibir cierta información, el dispositivo no informará, por ejemplo, que detectó HIV.

Gabriel explicó que los teléfonos celulares podrán contar con una aplicación para que la mujer chequee esa información cuando lo desee. «El objetivo es detectar enfermedades que son curables cuando se las descubre en etapas tempranas y que generalmente no son diagnosticadas precozmente porque no presentan síntomas hasta avanzado el cuadro», justificó, y aclaró: «La iniciativa no contempla cambiarles a las mujeres su comportamiento durante el período, o que se vuelvan adictas o dependientes de un chip mes a mes, sino ayudar a una detección temprana que complemente el diagnóstico posterior de un especialista».

Acerca de si existe algún tipo de contraindicación por la presencia de radiofrecuencia en una zona tan íntima, Gabriel confesó que «la primera idea era hacerlo con un tampón, pero requería otra investigación sobre cuánto tiempo podía estar la mujer expuesta a esa radiofrecuencia y por eso fue descartada, además de que el chip tiene un tamaño que no cabría en un tampón». Pero adelantó que «en dos o tres años el chip va a reducir su tamaño y podremos hacer la versión tampón».

En el mercado, ¿cómo y cuándo?

Para que la toallita inteligente esté en el mercado sólo faltan algunas investigaciones, ya que, por suerte para Gabriel, su prototipo cuenta con varios interesados en financiarlo. «La idea es definirlo antes de fin de año», confesó.

Tras anunciar que el invento sería lanzado en América Latina, el joven adelantó que la idea es incluir dos de estas toallitas en el paquete de las convencionales. Es que, en encuestas que realizaron durante los cinco meses de trabajo, resultó que el 85% de las mujeres estaban dispuestas a usarla y pagar un poco más sus apósitos mensuales. «Y decidimos incluir dos en el envase porque también comprobamos que ante un resultado desfavorable, casi todas las mujeres querrían volver a chequearlo», subrayó.

Si bien el proyecto fue parte de un trabajo en grupo, hoy Gabriel es el único integrante de los formados en Singularity que conserva el proyecto. «Cuando volvimos, cada uno intentó seguirlo desde su país de origen, pero fue difícil. Ya no teníamos la misma disponibilidad que antes. Les consulté si existía algún inconveniente con mantenerlo y decidí hacerlo por mi cuenta. Una de las opciones era irme a los Estados Unidos, donde están la tecnología y los profesionales, pero quiero que el producto sea argentino. Quiero traer acá lo que aprendí», aseguró.

 

(Infobae.com)

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