Definir al fútbol como «dinámica de lo impensado» no es original. Pero el título del famoso libro del periodista argentino Dante Panzeri es ideal para que los apostadores justifiquen lo que les ha pasado a muchos de ellos en el Mundial de Brasil, en el que los favoritos generan cada vez más dudas, otros la pasan mal, y otros tienen pasaje de regreso antes de los octavos de final.
Uno podría imaginarse una victoria holandesa ante España, pero el comienzo favorable a los ibéricos (1-0) hizo que las casas de apuestas creyeran durante unos minutos que el favoritismo de Holanda para salir campeón debía pagar menos de 10 a 1.
Pero apenas una hora después la cuestión era totalmente opuesta. Con el 5-1 sellado en el marcador, quienes establecen las tendencias se encontraban ante una situación difícil: ¿Cuánto crédito darle a los naranjas a partir de entonces?
La pronta eliminación de España a manos de un equipo sin peso alguno en las tendencias como Chile fue el primer síntoma que puso en tela de juicio las previsiones de quienes toman dinero a favor de uno u otro equipo y deben definir cuánto pagarán por cada acierto.
Pero todo terminó por irse a la basura cuando Costa Rica fue el «asesino» menos esperado en el «grupo de la muerte»: derrotó a los campeones Uruguay e Italia, lo que terminó de decantar también la eliminación de Inglaterra. ¿Y ahora?
La cuestión parecía un poco más tranquila para Brasil, que a pesar de las polémicas había cumplido con las expectativas numéricas del debut con su 3-1 sobre Croacia. Pero la realidad deportiva hizo eclosión en el choque con México. El Tri (que pagaba 80-1 en la pizarra de apuestas)mantuvo el empate ante el anfitrión y por entonces máximo favorito (7-2).
Esto vuelve a poner en un brete a quienes fijan esos números. ¿Sigue siendo Brasil más favorito que Holanda? ¿Y Alemania? Según Brett Atends, especialista de Forbes, antes de la Copa las tendencias establecían una carrera de tres: los locales, los germanos y la Argentina. El resto quedaba bastante más lejos.
Ahora las tendencias deberán ser revisadas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en este tipo de torneos hay muchos los apostadores «irracionales», que siguen una lógica histórica o lineal, sin importar los vaivenes deportivos coyunturales. Por lo tanto, sus preferencias serán difíciles de modificar.
Lo que parece claro es que escasean las apuestas «conservadoras». Dar a Brasil como favorito supone hoy un riesgo mucho mayor que hace dos semanas. ¿Pero cuánto más? Parece lógico que Alemania, que aplastó 4-0 al Portugal de Cristiano, se establezca en el primer lugar. ¿Holanda no está pagando demasiado (9-1) después de aplastar a España y sacar chapa de candidato?
Chile es uno de los que ha dado un salto notable: de pagar 41.00 al comienzo del certamen pasó a 21.00 tras la derrotar a España y mandarlo de vuelta a Madrid. Aun así, no llega a entrar en el Top 10 (ver debajo) de las casas de apuestas.
De todos modos, cualquier respuesta que parezca razonable ahora mismo puede ser desmentida en apenas 90 minutos. Una cosa es segura: el trabajo de los «bookmakers» -los corredores de apuestas- se volvió tan intenso como complicado. Por el momento, la principal responsabilidad es de Costa Rica, Chile y México. ¿Serán las únicas sorpresas? (Infobae)
