Carta del Obispo Martínez: «Brochero y las perisferias de hoy»

En su carta de este domingo monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas, nos recuerda: «El sábado 14 de este mes de septiembre hemos vivido la beatificación de nuestro querido “Cura Brochero” José Gabriel del Rosario Brochero. Estamos especialmente agradecidos a Dios porque nos permite tener a este hombre, un Pastor según el corazón de Dios… quien fue ungido por Dios para ungir al pueblo fiel, “un verdadero Pastor con olor a ovejas, al decir del Papa Francisco”, como modelo de hombre de fe para los argentinos y para el mundo.»…

“BROCHERO Y LAS PERISFERIAS HOY”

Carta monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas 
para el 24º domingo durante el año (15 de septiembre de 2013)

 

El sábado 14 de este mes de septiembre hemos vivido la beatificación de nuestro querido “Cura Brochero” José Gabriel del Rosario Brochero. Estamos especialmente agradecidos a Dios porque nos permite tener a este hombre, un Pastor según el corazón de Dios… quien fue ungido por Dios para ungir al pueblo fiel, “un verdadero Pastor con olor a ovejas, al decir del Papa Francisco”, como modelo de hombre de fe para los argentinos y para el mundo. El ejemplo de su vida como cura simple, trabajando décadas en un lugar pobre de Córdoba, sirviendo a todos, sobre todo a los pobres como instrumento de la salvación y anuncio del Reino e instrumento también de la promoción y dignidad humana, nos da esperanza que el bien común y el amor donado es posible en nuestra Patria y en este inicio del siglo XXI. Ahora podemos encomendarnos al “Cura Brochero”, y pedir su intercesión por nuestras necesidades, y la de nuestros hermanos pobres, enfermos, quienes eran sus predilectos.

“Este domingo el Evangelio que leemos (Lc. 15,1-32), nos presenta las llamadas “parábolas de la misericordia de Dios”. En realidad son las respuestas en parábolas que el Señor da a los fariseos y los escribas que se escandalizaban y murmuraban contra Él: “Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos” (Lc. 15,2).

El Señor les responde con la parábola de “la oveja perdida”, de “la moneda perdida y encontrada” y del “padre misericordioso”. Les dice: “Les aseguro que de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse” (Lc. 15,7).

Así como Brochero que iba al encuentro de las personas Traslasierra, en Córdoba,  el desafío de nuestro tiempo será “salir”, o bien buscar a aquellos que no lo conocen a Dios, a los que no están. Es interesante la referencia específica que realiza Aparecida a los nuevos problemas sobre todo urbanos que se globalizan hasta en sectores rurales y que también nos deben hacer reflexionar a nosotros: “La ciudad se ha convertido en el lugar propio de nuevas culturas que se están gestando e imponiendo con un nuevo lenguaje y una nueva simbología. Esta mentalidad urbana se extiende también al mismo mundo rural. En definitiva, la ciudad trata de armonizar la necesidad del desarrollo con el desarrollo de las necesidades fracasando frecuentemente en este propósito… La Iglesia en sus inicios se formó en las grandes ciudades de su tiempo y se sirvió de ellas para extenderse. Por eso, podemos realizar con alegría y valentía la evangelización de la ciudad actual. Ante la nueva realidad de la ciudad se realizan en la Iglesia nuevas experiencias, tales como la renovación de las parroquias, sectorización, nuevos ministerios, nuevas asociaciones, grupos, comunidades y movimientos. Pero se notan actitudes de miedo a la pastoral urbana; tendencias a encerrarse en los métodos antiguos y de tomar una actitud de defensa ante la nueva cultura, de sentimientos de impotencia ante las grandes dificultades de las ciudades” (511-513).

En la Diócesis venimos buscando caminos que nos movilicen a vivir esta dimensión discipular y misionera, sabiendo que no podemos evangelizar si no amamos. Mirando al mundo y al hombre, varón y mujer concretos de hoy, con cierto optimismo, positivamente, tratando de ver también que las semillas del Verbo están en nuestra realidad. Si no tenemos esta actitud, de amor y diálogo, no podremos captar los códigos desde los cuales tendremos que evangelizar y tener esta actitud de salir, un salir misionero, “ir a todos”, a los más alejados y a los que están más excluidos.

Finalmente quiero unirme a un acontecimiento importante que se está viviendo en nuestra Diócesis, en la Parroquia Inmaculada Concepción, de Concepción de la Sierra, el encuentro diocesano que organiza la Pastoral de la Salud. Los agentes pastorales, sobre todo laicos estarán en dicho encuentro orando y proyectando esta pastoral que se une a tantos hermanos y hermanas que sufren y necesitan experimentar el abrazo amoroso de nuestro Padre Dios y de sus hermanos y hermanas en la Fe.

 

¡Un saludo cercano y hasta el próximo domingo                                                                 

Mons. Juan Rubén Martínez

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas