El librero Matías Scarabotti, propietario de la librería “Tras los pasos” recibió el premio “Elvio Vitali” al Librero del año otorgado por La Fundación El Libro, en el marco de las Jornadas Profesionales del Libro que se llevan a cabo en Buenos Aires. Para él, el premio se debe a que Misiones tiene una masa importante crítica y de lectores que se está notando en los grandes centros urbanos.
El librero Matías Scarabotti señaló que durante los siete años que hace que trabaja en Misiones junto a su mujer, han hecho un gran esfuerzo para lograr nuevos lectores. “Nosotros estamos enormemente agradecidos con los lectores de Misiones, estamos sumamente conformes para lo que eran nuestras expectativas y para lo que fueron nuestros orígenes de una librería tan pequeña, con mucho esfuerzo, sin nada y con muy poca ayuda. Por lo tanto lo único que tengo es agradecimiento respecto a esto”, dijo en ese sentido.
Según dijo en la provincia hay nuevos lectores, sobre todo chicos y jóvenes, ya que “para los adultos siempre es más difícil empezar cosas nuevas”. “Los adultos que siempre leyeron y son asiduos lectores lo siguen siendo y cuánto más oferta hay y más bonita es la atención y la estética de los locales, más le podés ofrecer y más pueden consumir. Pero es un público que no se mueve tanto y por eso creo que nuestro desafío y nuestra lucecita está en los chicos, en los jóvenes. Y funciona, no hay que pensar que los chicos no leen, hay que terminar con ese mito. Los chicos sí leen y les encanta”, dijo al respecto.
En ese sentido consideró que un rol importante para que haya nuevos lectores lo cumple el mercado en la producción de sagas y novelas que tienen un impacto en el mercado y que están relacionadas a la televisión y al cine. Por otro lado, indicó que las redes sociales son una herramienta importantísima que ayuda mucho con la inmediatez y la masividad que tiene. “Ahora es así y no hay que tenerle miedo, no hay que pensar que se van a terminar los libros por el advenimiento de lo digital, al contrario, hay que pensar en cómo nos podemos apoyar en ese mundo y en ese consumo digital para poder vender más libros y poder desarrollar más el consumo de la lectura. Porque hoy los jóvenes publican algo de un libro en facebook o twitter y enseguida hay mil personas que lo están leyendo, y antes esas mil personas con el boca a boca tal vez tardaban cinco meses en enterarse, o más, o nunca”.
Para los nuevos lectores, según Scarabotti, lo que más se busca son novelas de autores contemporáneos y no tanto los clásicos. En ese sentido estimó que el mercado ha acompañado mucho a las librerías en los últimos con el desarrollo de una gama de productos y libros asociados a la tele y a las películas, como sagas que tienen un gran vuelo de imaginación, creatividad y velocidad. “Las sagas nuevas se venden muy bien. Los chicos de hoy necesitan novelas que acompañen su velocidad, la velocidad que tienen para vivir y para consumir otras cosas. Están con la compu, con Internet, con la inmediatez. Entonces si la literatura no acompaña eso, se cae”.
Por otra parte, llamó a los padres y las familias a apoyar a sus hijos pequeños para que incursionen en la lectura. “Los chicos chiquitos necesitan un apoyo por parte de sus familias. Que los papás, sean lectores o no, traigan a la librería a los chicos, que revuelvan, que vean, acá pueden venir, tocar, sentarse en nuestras mesitas y más allá de que se lleven algo o no, que vengan a ver lo que hay. Está preparado el rubro para los chicos de hoy, los libros, viene con muchos colores, acompañados de sonidos, videos, rompecabezas”, explicó.
“Hay muchas opciones para que los chicos se enganchen inmediatamente. Necesitamos simplemente que la familia los traiga y si después el chico no se engancha, bueno, puede pasar, pero no le quitemos la posibilidad de que lo haga”, remarcó.
Un rubro difícil
El camino de las librerías no es fácil y en ese sentido el librero señaló “es un rubro difícil porque si bien hay una masa de lectores importante, sigue siendo un mercado muy chico en función de otros rubros, no es lo mismo que el mercado de la ropa o de la comida. Entonces sigue siendo un mercado muy pequeño y los costos para poder operar comercialmente son los mismos que los de cualquier negocio. Por lo tanto siempre es un desafío y un esfuerzo muy grande el tema de las librerías, no solamente en Misiones sino en cualquier lugar”.
Sien embargo, Scarabotti deposita su esperanza en los más chicos, que según su experiencia pueden sentirse muy atraídos. “Cuando arrancamos con una librería muy pequeña, con muy poquitos libros en la planta baja del Shopping, teníamos chiquitos clientes de 7 años que iban con los papás y que hoy ya tienen 14 o 15 y vienen solitos a buscar sus novelas, son lectores voraces. Es decir que hemos creado nuevos lectores”, dijo finalmente.
