Estados del Estado

Escribe Juan Carlos Argüello, jefe de Redacción de Misiones On Line 

El Estado tiene varios estados. Paternalista, de Bienestar, ausente y, el peor de todos, el del terror que dejó efectos nefastos. Todos tienen un sesgo económico que los distingue, aunque el del terror se emparenta con el neoliberal de los 90 por sus consecuencias en la destrucción de millones de empleos, el endeudamiento y la pobreza generalizada, que estallaron en 2001. Argentina pasó por todos esos estados. Ahora tiene un Estado presente, activo y que se anima a hacerse cargo.

 

La recuperación de los fondos previsionales, la recuperación de Aerolíneas, el desendeudamiento con el Fondo Monetario Internacional, las nuevas normas del Banco Central y ahora la renacionalización de YPF, son los símbolos del estado de situación. La presidenta Cristina Fernández ahora y Néstor Kirchner antes, iniciaron el nuevo tiempo, que convivió en paralelo con el cambio de paradigma iniciado en Misiones en 2003. La Jefa de Estado reivindica el rol del Estado como eje central de la economía.

 

El gobernador Maurice Closs lo dijo claramente en su discurso ante los legisladores el 1 de Mayo. “En el modelo de gestión de la Renovación el Estado es el ‘Gran Ordenador Social, Político y Económico’ de la comunidad misionera”.

 

Esa coincidencia se expresa en la línea de pensamiento y en la línea de acción. Por eso, ambos movimientos políticos mantienen una sintonía desde 2003, aunque no por ello deje de haber diferencias o reclamos desde Misiones hacia la Nación.

 

Esa decisión del Estado heterodoxa de hacerse cargo explica la recuperación de la economía argentina desde 2001, la caída de la pobreza y el crecimiento del empleo. Y es un faro en medio de la tormenta que padecen los países que siguen atados a recetas que fracasaron aquí. España, con 25 por ciento de desocupación -que se eleva al 50 entre los más jóvenes- y varios países de Europa que están al borde del default pese a los sucesivos ajustes, son lo que fue Argentina antes.

 

El premio Nobel de la Economía, Paul Krugman elogió el nuevo tiempo desde su columna en el New York Times. “La de Argentina es ‘una extraordinaria historia de éxito”. Krugman consideró que al país le ha ido tan bien como a Brasil, de quien se habla positivamente sobre su integración al BRIC junto a Rusia, India y China; pero no se reconoce de la misma manera la evolución argentina.  “¿Por qué para nosotros Brasil tuvo este salto (pertenecer al BRIC, Brasil, Rusia, India y China) y la Argentina sigue siendo desacreditada (menospreciada)? De hecho, sabemos muy bien por qué, pero no hablaría bien del estado de los reportes económicos”, ironizó.

 

Sin embargo, hay quienes expresan todavía aquí esas posturas y se indignan con el nuevo rol del Estado. Prefieren que el mercado fluya sin regulaciones y, menos jugados, no quieren que “este Gobierno” sea el que encarne el nuevo momento.

 

“Nacionalizar YPF está bien, pero en manos de este gobierno…” se escuchó en el recinto de Diputados a la hora de aprobar la expropiación del 51 por ciento de las acciones que estaban en manos de la petrolera española Repsol. Postura que revela la escasa visión de largo plazo y, en el corto, la poca expectativa propia de hacerse cargo de la Nación con un Estado mucho más fuerte y con más áreas que administrar.

 

No son todos, obviamente. En la oposición, la mayoría votó por la recuperación de YPF. Pero la votación abrió profundas -y nuevas heridas- en el seno de los partidos opositores. Ricardo Alfonsín expresó sus críticas hacia dentro del partido a quienes no acompañaron. Les achacó que sus diferencias no eran con el Gobierno sino que “no quieren (votar la expropiación) porque les tienen desconfianza al Estado, a la política, creen que el mercado es lo mejor que le puede pasar a la Argentina”.

 

La votación de YPF generó nuevos escenarios políticos. Para el Gobierno, el respaldo de algunos sectores le ratifica la idea general de que no depende tanto del partido (justicialista) ni de la presión de la CGT. Puede, al menos por ahora, andar sin ambos respaldos. El consenso social que alcanzan varias de las medidas que toma, excede  el plano de lo partidario para abarcar un universo mucho más amplio.

 

En la oposición también hay reacomodamientos. En el radicalismo se abrió un nuevo cisma y el peronismo disidente confirmó que la alianza con el PRO de Mauricio Macri está más consolidada que nunca. En soledad, pero no distanciado del Gobierno queda el socialismo y, aislado, los jirones de lo que fue el ARI de Carrió.  Esos reacomodamientos, tienen sus consecuencias en el interior de los partidos. Cómo, se verá más adelante.

 

El Gobierno tiene ahora la gran responsabilidad de manejar otra megaempresa y ratificar que el Estado puede hacerse cargo igual o mejor que el sector privado.

 

La primera señal es alentadora, ya que la Presidenta nombró como gerente a Miguel Galluccio, un ingeniero joven, formado en la empresa que luego emigró para incorporarse a la compañía francesa Schlumberger, líder mundial en servicios petroleros, donde llegó a ser presidente de la división de gerenciamiento de proyectos. El ejecutivo deja una cómoda posición en Londres para asumir este desafío.

 

Galuccio es experto en la localización y perforación de hidrocarburos no tradicionales (como lo son el shale gas y el shale oil de Vaca Muerta). Además, por su paso en Schlumberger, tiene buena relación con Petrobras.

 

Cristina remarcó el viernes, cuando promulgó la ley de expropiación, que la gestión de YPF será profesionalizada, “pero tendrá una conducción política” para poner al recurso energético al servicio de las necesidades del país. La soberanía energética es vital para el sostenimiento del desarrollo económico.

 

“El debate de dónde obtenemos la energía dominará la escena social y política misionera”, coincidió el gobernador Maurice Closs, en referencia a otro recurso, que Misiones tiene en abundancia: el agua.

 

“Apelo a un debate serio, sustentable, sincero, con datos y propuestas basados en la verdad. Asumiendo que cualquier decisión que se tome tendrá su costo. Nada es idílico; si no queremos generar energía, simplemente tendremos que dejar de consumirla”, advirtió en su discurso ante los legisladores.

 

“Misiones se anticipó en la legítima apropiación de los recursos naturales. La ley de soberanía energética se anticipó a la ley de nacionalización de YPF. Tienen un fundamento idéntico la ley que aprobó esta Cámara y la de YPF”, dijo el presidente de la Cámara de Diputados, Carlos Rovira y autor de la ley de coparticipación energética.

 

Misiones tiene por delante no sólo el debate interno sobre el recurso y el uso de la energía, sino también plantarse con firmeza ante la Nación para lograr beneficios que hagan sustentables la construcción de las represas que afecten territorio provincial. La ley de coparticipación energética es una herramienta, pero además habrá que gestionar obras complementarias que beneficien a los pueblos y que se construyan incluso antes que el agua comience a crecer. De esta manera, Misiones podría generar otra vía de ingreso de recursos a largo plazo, que, de otra manera, difícilmente se consigan. La reforma de la ley de Coparticipación Federal es una utopía que no se resolverá de la noche a la mañana. Ningún gobernador estará dispuesto a ceder dinero aunque deba reconocer el liderazgo de Misiones en la región.

 

Con la Renovación consolidada en el poder, los partidos de la oposición no consiguen imponer agenda y mucho menos reposicionarse de cara a las legislativas 2013. No hay liderazgos a la vista que sacudan la modorra renovadora.

 

El Justicialismo quedó al borde de una nueva intervención por la demora del ex senador Luis Viana en convocar a elecciones internas, lo que le reclaman de diversos sectores. El apoderado del PJ Nacional, Jorge Landau anticipó que “si no se ponen de acuerdo entre todos los compañeros, va a terminar habiendo una nueva intervención del PJ misionero, lamentablemente”. El tema se tocará el 18 en Chaco, con la presencia de Daniel Scioli, presidente del partido.

 

Es que el PJ está dividido entre quienes se sostienen en el Frente para la Victoria, los que otean el mejor rumbo para sus candidaturas en la provincia -como los intendentes- y quienes aspiran a una alianza definitiva con Mauricio Macri.

 

Julián Arias, hombre de confianza de Ramón Puerta se convirtió en el “normalizador” del PRO en Misiones, de la mano de Humberto Schiavonni, otro ex funcionario del apostoleño. Arias aseguró que “el PRO es la única oposición real en la Argentina”. 

 

El PRO será la estructura con la que Puerta intentará seguir en carrera en 2013. “Olvídense del PJ, es una sigla que el kirchnerismo maneja con desprecio, desde hace una década”, dijo el ex gobernador.

 

En la UCR, las aguas están divididas y no sólo por la elección de autoridades. Hay una corriente  de jóvenes que pretenden ganarse su lugar desplazando a la dirigencia que se mantiene en los cargos partidarios y electivos desde hace más de una década. También impulsan un cambio de pensamiento sobre los debates que se deben dar en Misiones. “Así como estamos, desde hace rato que nos va muy mal”, definió uno de los nuevos dirigentes que asoman para disputar la conducción.

 

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