Día del Padre: cómo viven los que recurrieron a la fertilización asistida

El deseo de tener un hijo no es único patrimonio de las mujeres. En esta nota se presentan historias de los hombres que gracias a los avances de la ciencia pudieron concretar su sueño y hoy se han convertido en progenitores.

Son muchas las parejas que por primera vez y luego de una larga espera no sufren al leer en una vidriera la frase «Feliz Día del Padre». Muchos hombres están cercanos a transitar la hermosa experiencia de la paternidad y sin embargo, por temor, por años de desilusiones, se les hace difícil expresar su felicidad. A ellos, les ha ocurrido lo que a muchos otros: la angustia de querer ser padre y no poder. Reina ese prejuicio de que la mujer es la única que sufre cuando los hijos no llegan y el hombre, es ese imaginario, tiene que sostener y apoyar moral y emocionalmente a su mujer, soslayando su propio pesar. Historias de vida que son el reflejo de una feliz y esperada llegada de la paternidad y trasmiten la profunda alegría de haber hecho posible lo que en un momento se vivió como imposible, de haber vencido un destino adverso.              

Claudia Azar, psicóloga de IVI Buenos Aires, clínica dedicada a tratamientos para la infertilidad,  en su labor diaria trabaja con muchas historias de quienes desean ser padres, «la mayoría llega a esta búsqueda con tres premisas fundamentales: tener un hijo es lo más placentero, lo más privado y lo más barato. Claro que cuando no resulta, no solo hay que romper con este sistema de creencias sino también incorporar un mundo nuevo a la vida cotidiana, el de buscar un hijo con ayuda médica: ya no somos dos… somos muchos. Se rompen muchas estructuras, la vivencia de incertidumbre es grande. Se aprende a correr riesgos.»

A continuación la historia de pacientes que decidieron compartir en esta fecha con aquellos que todavía sueñan con la paternidad. Daniel y su mujer están casados hace casi 5 años, llevaban 3 años de búsqueda, durante los cuales lograban embarazos que se detenían en el primer trimestre, 4 embarazos detenidos. Concurrieron entonces a la consulta con el especialista en fertilidad  en la cual se decidió  estudiar más profundamente a la pareja. Fernando Neuspiller, Director de IVI Bs As cuenta que «considerando que la causa de los abortos era cromsómica, era necesario hacer una fecundación in vitro y estudiar los embriones antes de transferirlos. En ese momento surgieron otros dos problemas: Daniel presentaba fragmentación del ADN de sus espermatozoides para lo cual habría que hacer un PICSI y su esposa era baja respondedora», ese último diagnóstico justificó realizar un procedimiento de ACUVIT (acumulación de óvulos vitrificados) y reunir una cantidad considerable de embriones para luego hacer DGP (diagnóstico genético preimplantacional) y transferir los embriones sanos. En noviembre del 2009 comienzan con la primera estimulación, la segunda es en enero del 2010 y luego la transferencia. Afortunadamente se embarazaron en la primera transferencia y hoy están cursando un embarazo de 24 semanas de gestación. Así lo sintió Daniel: «Es una sensación rara… faltan tres meses para que nuestra hija nazca y, si bien no falta nada, me da miedo festejar, estoy ansioso, contento… mi mujer está feliz, preparando la casa. Durante estos años cada día del padre, o mejor dicho cada Día de… (ni siquiera quiero decirlo) planeábamos irnos lejos esperando secretamente en nuestros corazones el día en que nosotros pudiéramos ser protagonistas. Hoy nuestro bolso está preparado para ir al Sanatorio y yo me pregunto cómo va a ser mi lugar en esta nueva etapa, cómo nos vamos a organizar, cuánto más tendré que trabajar o qué será de nosotros. ¡Fueron tantos años de espera! Quiero estar cerca de ellos, no me quiero perder nada. Pasamos por todo, encuentros y desencuentros. A los hombres suelen reclamarnos  que «no sufrimos» o que en esto «no ponemos el cuerpo», «que nos es tanto más fácil». Yo sabía que llegar a casa era hablar de tratamientos, resultados, cosas que hoy parecen lejanas. Hace 3 años que soñamos con este momento, pasé por todo, pero  tenía que estar fuerte, sentía que tenía y tengo que sostener a mi mujer. Hoy quiero festejar, ¡voy a tener en brazos a mi hija”.

 

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